miércoles, 19 de diciembre de 2012

Helado de Fresa - V

Siguiendo con las actualizaciones, no me olvido de este fic~ Un saludo a todos los que aún leen, sigan teniendo una bonita semana.


—Tomi, me han invitado a la fiesta de Heidi. —Eso le fastidió a Tom, ¿quién lo había invitado?

Era un viernes, ambos chicos estaban en la estación del tren esperando por el tren de Bill.

—¿Irás a esa fiesta? —preguntó un tanto incómodo, evitando mirarlo a los ojos.

—¿Vamos? —Tom frunció el ceño.

—No soy un chico popular, entiendo que te hayan invitado, sabes que se entra en parejas ahí, Heidi es especial.

—Yo puedo entrar con quien quiera y me gustaría ir contigo. —Tom lo pensó y mucho. Estuvieron en silencio ahí sentados.

Tom sabía que no encajaría ahí en medio de todos los niños ricos de la escuela. Pero por otra parte estaba el hecho de que Bill quería ir, y si no iba con él, ¿con quién iría? Así que eso último le incitó a aceptar. Bill se emocionó y besó sus labios con delicadeza, Tom supo que había hecho bien. Luego de aquello, Bill tomó su tren, habían acordado verse al día siguiente para ir a la fiesta.

La casa de la tal Heidi quedaba cerca de la de Bill, así que lo lógico sería que Tom vaya a su casa a recogerlo, así lo haría. Pero ahora debatía en como tenía que ‘actuar’ allá, estaba muy nervioso.

La noche del viernes casi ni pudo dormir, y todo el sábado estuvo ansioso y hasta para escoger una ropa adecuada se desesperaba.

—Odio las fiestas, las odio —se decía una y otra vez, pero recordar a Bill ilusionado lo animó aún más. Bajó de su habitación y se dispuso a salir.

—Wow, mi hijo parece todo un jovencito —habló su madre mirándolo de pies a cabeza—. ¿Tendrás una cita? Nunca me hablas si ya te gusta alguna chica. —Las mejillas de Tom se colorearon, a él le gustaban las chicas desde que tenía 10 años, Simone creía que aún era un niño con semejantes 14 años.

—Ya bájale madre, es mi vida privada… y bueno —agachó la cabeza—, hay alguien… —Simone chilló emocionada, era la primera vez que Tom le hablaba así.

—Oh, cuéntame, ¿cómo es ella? —Tom tragó saliva, no era una ‘ella’ era un ‘él’ y por más maquillado que pudieran estar sus ojos, era un chico, y ese lado chico que tenía era lo que más le encantaba a Tom. No era complicada su pequeña relación, ambos se entendían por eso, por ser chicos.

—Estoy por llegar tarde… luego te cuento, ¿si? —claro que no lo haría, o inventaría una chica.

—Llegarás temprano, ¿no? —Tom vaciló… quería quedarse en casa de Bill para evitar el viaje largo hasta su casa.

—Me quedaré con Bill, como la otra vez… es que si viajo de regreso tan de noche… puede ser peligroso —Simone se puso nerviosa.

—Entonces debes llevar tu pijama y todo lo demás —Tom se rascó la nuca, que especial su madre.

—Bill me prestará una, no iré a una fiesta con una maleta, mamá. —Simone suspiró resignada.

—Está bien, ahora quiero un abrazo de mi bebé. —Abrió sus brazos y Tom por compromiso fue y la abrazó.

Minutos después estaba rumbo a la casa de su Bill, para así ir a esa bendita fiesta. No se le hacía ilusión, sólo lo hacía por Bill.

Nervioso tocó el timbre de su casa y esta vez Bill no fue quien le abrió, era Amelia.

Pasa joven— parecía amable, pero… así le había parecido el papá de Bill y resultó ser un golpeador de mamás. No podía confiarse, definitivamente no podía—. Bill está alistándose.

—Entiendo.

—Sabes, tú pareces quererlo mucho. —Tom enrojeció ante aquello, acaso la nana sabía de su amor por Bill—. Tranquilo. —Rió un poco ante su nerviosismo—. Yo no sé nada, sólo… no sé si sabrás lo que ha pasado realmente aquí.

—Eh… Bill me contó algo.

—Sus padres se van a separar en los próximos meses. —Eso le cayó como balde de agua helada, no se lo esperaba—. Y su mamá quiere la custodia. No sé lo que Bill piense de esto, su madre quiere llevárselo a otra ciudad. —A Tom se le formó una mueca de sorpresa seguido de una de tristeza que no pasó desapercibida por la nana—. Lo lamento, sólo, me gustaría que… pues, que no lo ilusionaras más, ya sabes a lo que me refiero. —Tom se sintió tan débil y pequeño en ese momento, incapaz de defender la pequeña relación que tenía con Bill.

—Señora Amelia, yo quiero a Bill demasiado.

—Lo sé, por su bien entonces, piénsalo. —Tom tragó saliva y luego ella se fue dejándolo sentado en la sala esperando a Bill.

¿Qué le había querido decir ella? ¿Que quizá debía alejarse de Bill porque él se iría lejos? ¿Era eso? Tom se angustió, su corazón dolió ante esa suposición. Pasando algunos minutos, Bill bajó las escaleras radiante, estaba tan bello con los ojos delineados como un gatito, Tom otra vez se sintió pequeño.

—¡Tom! —Lo abrazó fuerte—. Qué bueno tenerte aquí.

—Hola Bill —aspiró aire oliendo sus cabellos, que delicia se le hacía, Bill olía como a fresas.

Ambos chicos decidieron ir a la fiesta, tomaron un taxi que los condujo a la casa de Heidi. Tom estaba tan nervioso, aquella casa era como un palacio, enorme y pomposa, la música de podía escuchar hasta la calle. Muchos chicos, los más populares de su escuela, estaban ahí, todos luciéndose de la mejor forma posible, luciendo sus citas, luciendo sus vestimentas de marca, luciéndose simplemente, pura vanidad.

Bill tomó tímidamente la mano de Tom al bajar del taxi y se dirigió con él a la puerta del local.

—Bill, si nos ven así…

—Descuida, es para entrar. —Tom se puso nervioso, pero confió en Bill. Llegaron a la puerta y un hombre alto estaba registrando los invitados—. Bill Kaulitz. —El hombre lo miró y buscó en la lista.

—Pase. —Bill jaló a Tom quien pasó con la cabeza gacha. Ya dentro Bill le soltó la mano.

Había tanta gente ahí dentro, estaban bailando por un lado, y por otro lado había una barra de bebidas. Tom no sabía hacia dónde ir. Pero Bill parecía conocer el lugar. Ambos se dirigieron hacia una sala en donde había un grupo de chicas altas, eran del último año.

—Feliz cumpleaños linda Heidi —saludó Bill dándole dos besos en ambas mejillas, luego saludó a sus amigas de la misma manera, ellas parecían atentas con él—. Él es Tom, mi amigo —lo presentó con un una sonrisa, Tom tímido se acercó a ellas y las saludo.

—Fe…feliz, cum, cumpleaños… —apenas pudo decir.

—Están en mi casa, siéntanse como en ella. —Sonrió la alta rubia y continuó bailando. Listo, había terminado las formalidades, era tiempo de divertirse.

Fueron hacia la barra en donde Bill pidió algo de tomar. Lo ideal para él era un cóctel de fresa, pero era menor de edad, no podían dárselo, sólo podía tomar alguna bebida burbujeante, pero nada de alcohol. Tom notó aquello, el interés de Bill por esa bebida entonces, dejándolo a un lado, se acercó a la barra y con voz firme pidió.

—Un cóctel de fresas por favor. —Miró fijamente al señor de la barra, sabía que no le daría uno.

—No menores.

—No es para mí, ve a esa chica de allá. —Señaló una que parecía mayor—. Me ha pedido un cóctel de fresa. —El hombre no le creyó—. Sólo uno. —Metió su mano al bolsillo y sacó algo de dinero, aquel hombre lo replanteó en la mente, no haría daño con un simple cóctel, así que le sirvió uno, Tom agradeció con una enorme sonrisa.

Regresó donde Bill quien se sorprendió por el detalle.

—Oh, Tomi gracias. —Tom rodeó la cintura de Bill con una mano y Bill se le pegó aún más al ritmo de la música contagiante. Cada quien estaba en sus cosas, nadie los miraba, a nadie le importaba ellos dos juntos, la mayoría tenía los ojos puestos en las más de cinco chicas que bailaban al frente, todos hablaban de ellas.

—¿Deseas… quieres bailar? —A Bill se le formó una enorme sonrisa, se dio la vuelta y se pegó a Tom así, tomando una de sus manos que estaba en su cintura, Tom apoyó su mentón en su hombro. Bill lo miraba de soslayo sonriéndole tímido—. Eres… hermoso. —Logró susurrarle al oído, aunque la música era estruendosa.

Tom no quería separarse de él, aún más con el temor de saber que podía perderlo en cualquier momento, eso le asustaba y trataba de pasar más tiempo con él, compartir más, conocerlo más, tenerlo por más tiempo tanto como fuera posible.

Bill hipó sin querer al terminar su cóctel, dio la vuelta encarando a Tom, sonriéndole…

—Me gustó ese trago…

—Dudo mucho poder traerte otro de ese, además si regresamos a tu casa, Amelia me gritará si llegas algo mareado.

—No estoy mareado. —Hizo un puchero no intencional, eso le partió el corazón a Tom.

De regreso en la barra. —Se lo suplico, un cóctel de fresa por favor, es… es que mi novia me terminará si no le llevo uno, le juro que no es para mí, salgo con mujeres mayores, tengo una reputación que cuidar, señor por favor, un cóctel de fresa.

—Jovencito, otro ya no.

—Por favor un cóctel de fresa, le pago el doble… —Estuvo así por tanto tiempo que el señor sintió verdaderamente pena, que niño más insoportable, debía tener una novia muy exigente. El hombre se evocó a su adolescencia nada popular y tuvo compasión. Le dio su cóctel.

Regresó apurado encontrando a Bill bailando con una chica. Tom se inquietó un poco.

—Bill… —éste lo miró y se despidió amablemente de la chica.

—Gracias. —Tomó el cóctel y se lo bebió todo en una… tanto le costó conseguírselo y ya había desaparecido.

—Oh no, no iré por más. —Bill le sonrió.

—No pediré más lo juro, no quiero que te alejes de mí. —Tomó su chaqueta y lo atrajo hacia él.

—Ten cuidado —dijo nervioso poniendo sus manos en sus caderas—. Hay… hay gente… Dios mío —jadeó al verlo tan provocador acercándose a él, relamiéndose los labios.

—Lo sé, por eso… quiero que nos vayamos, aquí no hay más cóctel de fresa para mí, no podemos bailar nada porque te pones nervioso. —Tom se ofendió.

—Lo hago por ti, para que después no te estén diciendo homosexual en la clase.

—Lo somos… ¿te incomoda? —Tom no se había planteado eso nunca y Bill parecía hablar del tema como si nada, estaba algo desinhibido Tom podía percibirlo y eso lo intimidó.

—Sabes que no, no me importa que seas chico, es decir, lo siento, si me importa que lo seas, me gusta que seas un chico, pero sólo me gustas tú, sólo ha pasado contigo, no me siento homosexual, lamento no sentirme homosexual… —se avergonzó por decir aquello pero Bill soltó una risita cerca de sus labios.

—Eres el primer chico al que escucho decir que lamenta no sentirse homosexual —lo abrazó—. Y también pasó sólo contigo. Vámonos de aquí.

Ambos chicos salieron de aquella fiesta y tomaron un taxi de regreso a casa de Bill, eran como las once de la noche, y Bill empezó ver doble.

—Siento fresitas volar por mi cabeza, Tomi… —se quejó mientras bajaba del taxi.

—Oh Gott, es la bebida, ¡ese cóctel! —Se puso nervioso y a la vez se sintió culpable…

—De fresitas, jijiji —Trastabilló y casi cae al suelo, pero Tom los sostuvo.

—Escúchame bien, Bill —Tomó su rostro y lo miró fijamente—. Tienes que tratar de caminar bien, estoy seguro que allá dentro nos llamarán la atención en especial a mí, así que por favor reacciona. —Dio palmaditas en su mejilla y Bill pareció entenderlo.

Entraron a la casa totalmente a oscuras, y subieron las escaleras, Bill reía de todo, estaba emocionado.

—Shh… Bill, tus padres saldrán al verte en este estado. —Miraba a ambos lados del pasillo por si alguna puerta se abría.

—¡No le importo a nadie! —habló fuerte y Tom tapó su boca—. Huumm… —Intentaba hablar.

—Por favor… no digas más. —Lo soltó y Bill se puso serio.

—Mamá no está, se fue de casa, sólo papá duerme, pero… estoy seguro de que ¡no le importo! —Volvió a chillar y se abrió una puerta en el fondo del pasillo. Era Amelia, la nana con un camisón largo de pijama y ruleros en su cabeza, Bill no pudo evitar reírse ante eso poniendo más nervioso a Tom.

—Jovencito, ¿has tomado? —Miró molesta a Tom, éste agacho la cabeza.

—Lo lamento, no pensé que un cóctel lo pondría así. —Trató de excusarse.

—Eran dos y de fresa —interrumpió Bill—. Amelia, no te pagues con Tom él es muy amable conmigo, quería beber algo de alcohol para… ya sabes, no pensar más en todo esto.

—Oh, mi niño. —Amelia lo abrazó delante de Tom quien podía entender un poco más de lo que pasaba en Bill, en su familia…

Un sonido de una puerta abrirse los sacó de su tranquilidad, era el padre quien salía con un cigarro en mano, lucía serio.

—Bill, ve a dormir ahora —vio a su amigo Tom y le intentó poner buena cara.

—Señor buenas noches —saludó nervioso.

—Hola… —miró a Bill rudamente—. Bill, qué dije de pintarte así, ve a lavarte la cara. —Bill volteó la cara, esa era una de las razones por la cual no pensaba quedarse con su papá cuando sus padres se separaran—. Amelia, deseo hablar con usted —declaró duro, era obvio que le pediría que alejara a su hijo de aquel jovencito, ya mucho escucharlo hablar de Tom había hecho que él armara algunas cosas en su mente, quizá su hijo era gay, eso le enfurecía, así que mejor prevenir, pensaba él.

Amelia habló con el señor, y captó el mensaje, aunque ella se sentía cómplice de Bill, debía acatar órdenes, Tom tendría que dormir en el cuarto de video, pondría ahí la pequeña cama plegable.

Acercándose a los chicos otra vez llevó a Bill a su habitación siendo ayudado por Tom.

—Tom —habló ella—, esta vez dormirás en el cuarto de video, armaré tu cama ahí.

—Oh no, no, no, no… —No dejaba de quejarse Bill aferrado a su brazo—. Él es mi novio.

—¡Bill! —A Tom casi le dio un paro cardíaco. Amelia rió un poco.

—Estás ebrio Bill, tu primera borrachera. —Miró seria a Tom—. Y tú tienes mucho que ver, jovencito.

—Lo, lo siento en verdad. —Se sentía tan culpable.

—¿Se quedará, verdad?

—Tu padre no quiere —susurró para que Tom no la escuchara, pero él pudo percibirlo. Amelia lo arropó y permitió que Tom se le acercara y le diera las buenas noches con un beso en su frente.

Luego lo acompañó hacia el cuarto de video escuchando las quejas de Bill, pero eran las órdenes.

—Señora Amelia, en verdad no fue mi intención que regresara así a casa, en verdad que no…

—Lo sé, sé que Bill lo hizo por los problemas que tiene aquí. —Eso angustió aún más a Tom.

—Buenas noches jovencito, mañana en la mañana habrá tarta de fresa como te gusta. —Le sonrió y cerró la puerta dejándolo ahí.

Tom se acomodó en la camita, pensando en Bill… en lo que le había dicho Amelia, en el futuro. Todo eso lo asustaba tanto, no sabía cómo cambiar el futuro… como proteger a Bill, como apoyarlo, y todo eso lo angustiaba.

Cerró sus ojos rindiéndose al cansancio. Creyó soñar con Bill y sólo al abrir los ojos y ver dos ojos brillando en su delante supo que no estaba soñando, oh bueno, ahora no soñaba.

—¿Qué haces aquí? —susurró en la oscuridad—. Tu papá puede saber de esto y de seguro… ya sabes…

—No le importo Tomi, ¿te importo a ti? —Parecía suplicante de respuesta.

—Claro que sí, demasiado. —Se hizo a un lado en aquella camita, Bill se adentró en ella—. Eres lo más especial que he tenido jamás, y me importas mucho. —Sintió como Bill se acomodaba cerca de él, no parecía mareado, parecía lúcido totalmente.

—Quiero… quiero estar junto a ti para siempre, no quiero irme de aquí.

—Pues no te vayas… quédate, no te apartaré de mí. —Bill suspiró y rodeó el cuello de Tom, se acercó más hasta rozar sus labios.

—Bésame… —susurró y Tom puso una mano por debajo del pijama de Bill provocando en él un estremecimiento y luego un acercamiento más íntimo. Besó sus labios dulcemente—. Tócame… —Tomó su otra mano y la llevó a su vientre por debajo del pijama. Tom se sentía flotar en una nube, no pensó que Bill le permitiría tocarlo de esa manera. Tocar su piel directamente le erizaba totalmente, sentía que el aire le faltaba y a Bill le pasaba lo mismo—. Ahh… Tom —gimió su nombre ocultando su rostro en su hombro.

—Estoy aquí —susurró y luego le besó el cuello delicadamente—. No te dejaré. —Llenándole de palabras reconfortantes, subiendo sus manos hacia su espalda y luego bajándolas hasta el borde del pijama, acariciándole con la yema de los dedos. Bill le besó el cuello también, tratando de hacer lo mismo que Tom le hacía—. Te quiero, te quiero…

—Siento que… ahh… —Se pegó más a Tom ocultando su rostro de él, aferrando sus piernas a las de Tom enredándolas en él y empezando a moverse contra su cuerpo. Ambos abrazados por la espalda, jadeaban en el oído del otro, incapaces de hablar más, sólo jadeos, sólo pequeños gemidos y sólo el vaivén de sus cuerpos. El ardor, los temblores, todo aumentaba y ambos no sabían en qué podía terminar todo eso, era la necesidad mutua de tenerse… y de quererse.

Al final, un temblor los sacudió a ambos al mismo tiempo y un casi chillido salió de los labios de Bill el cual Tom cayó con un beso… ambos sabían lo íntimo que había sido eso y no se arrepentían.

Bill se aferró a Tom poniendo su cabeza en su pecho, escuchando sus latidos acelerados.

—Te amo Tom, no quiero dejarte, no quiero. —Tom tragó saliva, tenía un nudo en la garganta, y tuvo miedo… no quería dejarlo tampoco.


u_u al parecer un divorcio podría separarlos, veremos cómo lo hacen frente.

14 comentarios:

  1. Nooooooo!!!!! Porfavor que no se separen!! No pueden seria muy cruel! >_< Pink dime que no lo haran porfaaaaaa!!!!!! Te juro que lloro si eso pasa! :(
    no tardes en poner el siguiente porfaaa!!

    Hasta el otro :)
    Bye,bye

    Meoww!! :"3

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    1. hallo <3 creo que faltan dos capítulos para saber si se separan o no o_o gott...
      tardé mucho >.< pero subí
      besos <3

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  2. :O veo lo complicado de la situación, pues si Bill se queda con su madre, obviamente se ira y separara de Tom... pero si se queda con su padre :S creo que podría maltratar físicamente a Bill :S
    que complicado...
    vv Tom debería llevarlo a vivir con él... pero ¿Como?.. :S

    Cuidate! besos!
    Criis.

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    1. hallo <3 exacto, es tan complicado cuando una familia se separa, ocaciona cosas así x_x
      veremos cómo termina todo
      besos <3

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  3. oowww son tan lindos, que me da pena, lo que estan pasando, el padre de Bill, no los quiere juntos, la madre de Bill se lo llevara si se queda con ella, es todo tan complicado, que ojala que no se separen

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    1. hallo <3 sí... es tan complicado que al parecer nada hará que funcione, pero veremos, aún faltan dos capítulos más para el final de la primera parte de esta historia de amor
      besos <3

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  4. Un amor dificil para tan corta edad :(
    Amo este fic por su trama
    besos pink
    cris :)

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    1. hallo
      a que sí u_u es tan cierto... difícil. Besos a ti :*!!
      muah muah

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  5. chales ke fuerte u.u ...pobres ..apenas van empezando y ya los kieren separar u.u ...ke culpa tiene ellos de ke sus papas se kieran separar...ke fuerte :/ ...Gracias! :3..espero el proximo! ;).. y aun ando en las posadas xD..por eso no e comentado lo demas jiji xp ...pero en cuanto me desocupe lo are ;D...yu si muy ocupada jaja xDD...

    SALUDOS BESOS Y APAPACHOS! <3

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    1. hallo <3 sí u_u fue fuerte... espero tengas internet permanente <3 gracias por siempre comentar *o* lo valoro
      besos <3

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  6. Ow! Son tan lidnos *O* Pobre Bill, tener que pasar por el divorcio de sus padres ú_ú entiendo que quiera irse con su mamá, pero no quiero que deje a Tom! D: Espero no lo deje…
    Y Tom… tan preocupado por su novio<33'

    Espero hasta el siguiente capitulo C:

    Cuidate,! que estés bien, besos.

    Atte: Alejandra

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    1. hallo <3 veremos cómo avanza esto del divorcio de sus padres y si se va o no, me temo que poco pueden hacer por si eso pasa...
      besos <3 pronto subiré lo demas

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  7. hallo <3 me gustó que lo llamaras fantasma de algodón *o* le daré una mirada a ver si hay fics~
    muah muah gracias<3

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  8. hallo <3 veremos cómo evoluciona o no esta peqeña relación... y no todo es color de rosa efectivamente, ya falta poco para el final de esta primera parte
    besos <3

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