martes, 4 de diciembre de 2012

Minino~ 14

Hola a todos *-*~ les traigo un capítulo más de este fic, pongo una imagen que es un regalito que me dieron una vez, no tengo registrado quién ;_; pero amé el detalle de las letras en rosa *o*. Un besito :*

Georg miraba de reojo las reacciones de su hijo. Bill simplemente caminaba hacia la casa de lo más normal, se relamía los labios tratando de que no parezca nada extraño, aún sentía una especie de vergüenza como si hubiese sido descubierto haciendo algún acto prohibido. Tenía las orejas decaídas y esa mirada disimulada, Georg lo conocía.

—Bill —le llamó serio—, ¿qué pasó ahí adentro? —Ya estaban en la casa y Georg le tomó del brazo para encararlo.

Simone fue a su encuentro.

—Georg, suéltalo, ya te expliqué…

Ella le había dicho que Bill ahora salía con el vecino y lo veía muy ilusionado, ella no quería arruinarle esa felicidad e ilusión, pero quería protegerlo.

—Bill, responde —exigió Georg.

—Papá él era Tom, mi novio —habló seguro.

Georg hizo una mueca de disgusto y luego jaló a Bill al sofá de la sala, lo sentó ahí, y le lanzó una mirada extraña a Simone… ella sobraba ahí. Simone alzó ambas manos en señal de haber entendido lo que Georg le quería decir y diciendo una disculpa, salió de ahí rumbo a su cuarto, los dejaría solos. Sería una charla de hombre a… hombre minino.

—Hijo…

—Papá, llegas y ya quieres sermonearme. —Se cruzó de brazos, Bill podía predecir qué le diría.

—Déjame hablar. Lamento llegar así otra vez a tu vida, sabes lo mucho que te aprecio, siempre he intentado demostrártelo… —Bill suspiró calmándose un poco—. Creí que te gustaban las chicas, ya sabes, antes hablábamos de “gatitas”, ¿qué pasó con eso? Ahora andas con un tipo.

—Es que… —Bill enrojeció un poco—. No sé cómo pasó, la verdad antes no me atraía ninguna chica, tampoco algún chico… solo Tom, él es el único. —Georg se puso una mano en la cabeza, trataba de comprender ello y no sonar radical, pero algo en su corazón le decía que ese tal Tom no era de confiar, que buscaría aprovecharse.

—Pero ese tipo… Bill, ese tipo quiere tu culo nada más. —El minino saltó en su asiento ante esa afirmación, empezó a ponerse nervioso.

—No… él me quiere completo, no una parte. —Georg puso los ojos en blanco, Bill no entendía su punto.

—De manera sexual Billy, acostarse contigo, eso nada más.

—¿Lo conoces? Apenas lo has visto, él es bueno Georg, y… —Se mordió el labio para luego suspirar—, si quiere acostarse… eso… —rió nervioso—. No lo sé, pero si él quiere… él me enseñará cómo.

—¡No! Bill, no estás preparado para esas cosas, hijo… es tan pronto.

—Como mi vida… es algo que les cuesta entender a ustedes dos, pronto seré de su edad y más temprano que tarde moriré… es así papá, y quiero vivir la vida de la mejor manera.

—De todas maneras es riesgoso… ya sabes, nadie puede saber lo que eres, sería peligroso, lo sabes. —Bill asintió un poco triste, no quería decirle que Tom sabía.

—Si Tom supiera… estoy seguro que entendería.

—Cuando tu mamá me lo contó, no lo entendí Billy, me costó mucho, solo por amor a ella pude asimilarlo, y luego fue fácil amarte como hijo.

—Él me ama, él entendería…

—Las personas no se enamoran de la noche a la mañana, una ilusión es muy diferente al amor, aunque engañosa. —Levantó en dedo índice y le tocó la punta de su nariz, Bill solo frunció el ceño.

—Yo siento que es amor… —Georg suspiró resignado.

—Hablaré con ese tal Tom, mejor y ahora mismo.

—¡No! Papá… no soy un bebé.

—Tienes cinco años, aunque no pueda explicarle eso al tal Tom, le diré que debe respetarte.

Se levantó del sofá y decidido caminó hacia la puerta, Bill le tomaba del brazo, tratando de impedir que vaya por Tom, pero Georg estaba con todas las ganas.

Salió de casa dejando a Bill encerrado prácticamente y se dirigió hacia la puerta de Tom. Bill corrió hacia la ventana de su cuarto para salir por ella y meterse muy disimuladamente en la casa de Tom, se ocultó cerca de las cortinas de la ventana. Pronto escuchó a Tom salir de la cocina para abrir la puerta principal de su casa. Su corazón latía mucho, no quería que nadie le separara de su novio.

Tom dio un sobresalto en su sitio al ver al otro hombre parado frente a su puerta, con los brazos cruzados y con esa mirada penetrante, sentía que podía leer sus pensamientos.

—¿Puedo pasar? —cuestionó Georg totalmente serio.

—Claro, me gustaría saber quién eres tú.

—Me llamo Georg, soy el novio de Simone, Bill es como mi hijo —Tom rió un poco, pero eso no le hacía la más mínima gracia al otro.

—Oh, ya veo… jejeje…

—Es en serio. —Se sentó en el sofá y Tom carraspeó.

—¿Qué deseas? ¿Hablar sobre Bill? Te diré todo lo que quieras saber. —Georg se acomodó en el asiento, acercándose más a Tom para intimidarlo un poco.

—Conozco a los tipos como tú, ya sabes… que les gusta pasar un rato agradable con alguien —Georg le sonreía, pero la sonrisa de Tom decayó con ello.

—No. Espera, estás interpretando todo mal, yo quiero a Bill en serio, nada de juegos con él.

—¿No me vas a decir que no quieres acostarte con él? —Tom tragó saliva. Él quería, pero no por esa razón estaba con Bill.

—No estoy con él por eso… estoy porque lo amo…

—En dos meses…

—Sí, eso bastó nada más, él es especial… ya sabes, en muchos sentidos. —Ambos se miraron como si supieran algo en común, Georg se puso nervioso.

—Bill es muy especial, tanto que si supieras lo realmente especial que es, creo que lo dejarías, o… quien sabe y termines perjudicándolo.

—No podría, no, eso no.

—No luces de mi confianza, Tom —habló firme—, por mí fuera, me llevaría a Bill lejos de aquí.

—Si me dieras una oportunidad, verías que no sería capaz de hacerle algún daño a Bill, juro que no.

—Eso lo veremos, por ahora, él es menor de edad, ¿entiendes? Tan menor como no tienes idea, y no voy a permitir que se vean en las noches, ni que esté en tu casa a solas contigo. —Tom trató de calmarse, todo le parecía muy injusto, ni siquiera era su hermano realmente, era el novio de Simone, que cuñado para más sobreprotector tenía Bill.

—No dejaré de salir con él, es mi novio, ni que fueras su padre para impedírmelo.

—¡Soy como su padre! —Alzó un poco la voz mirándolo retadoramente, Tom alzó ambas manos y trató de no confrontar aquello—. Los tendré vigilados… espero y demuestres quererlo como dices, porque si no, te las verás conmigo.

Y eso fue todo. Se despidieron y Georg salió de la casa. Bill había escuchado todo, y podía sentir la respiración de Tom agitada y como apoyado en la puerta de la casa, trataba de relajarse, suspirando de rato en rato.

—Tomi… —susurró desde su posición y Tom se inquietó con aquello, buscándolo con la mirada se dio cuenta de su presencia cerca de la ventana.

Tom fue con él y rápidamente lo abrazo y luego besó su frente.

—Te quiero minino, no quiero que te separen de mí. —Bill abrazó su cintura, pegándose más a él, apoyó su cabeza en su pecho sintiendo los latidos agitados de su novio.

—No nos separarán… mis padres pueden ser tan sobreprotectores, pero ellos saben…

—¿Qué dijiste?

—¿Hmm?

—Llamaste padres a tu hermana y su novio —Bill lo miró y cerró su boca. Contarle todo sería demasiado—. ¿Ellos saben que eres un… minino? —Bill asintió.

—Son como mis padres y claro que saben como soy…

—Bill, ¿tus padres quienes son?

—Te dije… —trató de recordar la mentira que le había dicho aquella vez que Tom descubrió lo que él era, Bill había hablado muchas cosas como que no puede decirle a nadie, que eso sería muy peligroso, y le había dicho algunas mentiras de sus orígenes.

—Que Simone y tú no los habían conocido…

—Oh, sí, no sé cómo vine al mundo.

—Descuida —le besó en los labios—. Lo importante es que estás aquí conmigo, en mis brazos y no te dejaré ir.

—Quisiera quedarme, pero me están llamando —dijo moviendo las orejas de manera inquieta. Tom no podía oír nada, pero sabía que Bill sí—. Quisiera… —se mordió el labio un poco indeciso, pero luego lo miró a los ojos—. Quiero que me tatúes… —Tomó la mano de Tom y la guió hacia el borde de sus pantalones, alzó un poco su polera y le hizo tocar su piel directamente, más debajo de su cintura— aquí… una estrella. —Tom jadeó ante aquella imagen, y tomó con toda su mano parte de la cadera de Bill, pegándolo más a él, cuerpo a cuerpo.

—Claro… —le susurró en el oído—. Te hago todo lo que quieras. —Bill rió un poco.

“Voy donde Tom otra vez si no regresas aquí” Escuchó a Georg llamarlo, sólo él podía percibirlo. Así que tomó el rostro de Tom en sus manos y le plantó un beso.

—Llámame cuando puedo venir y aquí estaré. —Se besaron como despedida, y Bill salió de su casa por la ventana.

***

Tom tenía tanto trabajo en la semana. Había decidido acumular horas aunque esto sea lo más matador del mundo. Pero lo había hecho por Bill. Casi tres días sin verse, sin que haya podido ir a recogerlo a la escuela, sin que hayan tenido alguna cita… Después de esos días de arduo trabajo, al fin llegaba a casa antes del anochecer.

Llamó a Bill, le permitirían salir pues no era de noche. Y así fue, el minino estaba ya en su casa, muy perfumado y apetecible de pies a cabeza, con un dibujo de una estrella en mano.

Tom podía sentirse intimidado por tanta belleza. Había preparado su cama con todo lo que se necesitaría para tatuarlo. Tomó en sus manos el diseño.

Bill se sentó en su cama viendo como Tom miraba el diseño e iba alistando unos guantes.

—¿Nervioso? —preguntó Tom, él bastante ansioso.

—No… sí tú lo harás, no estoy nervioso —dijo con una sonrisa en sus labios. Miró a la ventana, aún había luz afuera.

—Acuéstate en… la-la cama —apenas dijo, suspiró y buscó un pañuelo con qué secarse el sudor que empezaba a brotarle en la frente. Debía ser fuerte, esto debía ser tomando como algo profesional y nada personal. 

Vio como Bill se recostaba en su cama y luego ante su atenta mirada, se alzó la polera azul que llevaba puesta mostrándole su plano vientre y luego se desabrochó sus jeans bajándoselo un poco.

—¿Está bien así? —dijo inocente y Tom abrió la boca tomando aire, para luego tragar saliva atorándose un poco, comenzó a toser—. ¿Tomi?

—Cof, cof, todo está bien, así… estás bien… bien…

Se arrodilló en la cama y gateó hasta él. Dejó a un lado el algodón con alcohol que tenía para desinfectar la zona que sería tatuada y sus manos dieron con el vientre de su novio, quien se agitó un poco sintiendo cosquillas.

—Tom… jijiji —Rió nervioso, abriendo un poco sus piernas, Tom fue entre ellas y acercándose más le besó el vientre—. ¿Qué haces? —puso ambas manos en la cabeza del otro sintiendo sus trenzas, las acarició mientras reía y abría aún más las piernas, moviéndose en la cama. Los labios de Tom le besaban su vientre descubierto, luego de tantas risas, un rubor comenzó a aparecer en su rostro, y pequeños suspiros y jadeos salían de sus labios. Otra vez aquella sensación tan electrizante en todo el cuerpo.

—Minino, espero poder tatuarte —dijo con voz ronca, aún repartiendo besos en su piel, sintiendo como comenzaba a temblar y a desesperarse de manera tan… Tom debía de parar, o luego él terminaría perjudicándolo.

—Márcame… —Tom apretó sus puños en las sábanas y lo miró a los ojos—. Quiero que este tatuaje simbolice eso… una marca tuya en mi piel porque te pertenezco. —Tom trató de controlarse, sobretodo las ganas de tomarlo como suyo en ese instante, hasta lo visualizaba y se le hacía tan tentador.

—Te marcaré minino, como mío… —El otro rió un poco por el tono de voz de Tom y esa mirada tan demandante que tenía.

—Sí… —Llevó ambas manos arriba de su cabeza, sujetándose de la almohada y ahí se quedó.

Una estrella era dibujada en su bajo vientre con manos casi temblorosas, Tom lo miraba de rato en rato, acariciaba su piel.

—Esto dolerá un poco… pero será un momento. —Bill asintió suspirando.

La maquinita fue encendida y la aguja entró en su piel causando en él un estremecimiento, apretó los labios y cerró los ojos ante las pequeñas punzadas rápidas que se daban en su piel. La tinta comenzaba a formar la estrella que él había diseñado.

—Ahh… —comenzó a agitarse cuando el dolor lo ponía nervioso, Tom acariciaba su piel, limpiando pequeños rastros de sangre que la aguja provocaba. La colita de Bill se erizó un poco durante el proceso, Tom intentaba calmarlo acariciándole en vientre.

—Falta poco, está quedando genial, me gusta como se ve en tu piel. —Bill le sonrió, comenzaba a sudar de la ansiedad que el dolor le producía.

El cielo comenzó a oscurecerse y al fin Tom había acabado. Vendó el reciente tatuaje con una gasa pequeña. Bill se sentó quejándose un poco, respirando agitado y abrazó a Tom dándole un pequeño beso en sus labios, agradecido. Tom lo cargó en brazos para sentarlo en sus piernas y besarlo aún más.

—Quisiera estar así contigo —habló Bill—, juntos, muy juntos… —Tom sonrió ante ello, besó su frente y luego sus labios.

—¿Te gustaría vivir conmigo? —Bill se sobresaltó y lo miró a los ojos—. Quisiera vivir contigo, puedo hablar con tu hermana… al menos hacer el intento. —Los ojos de Bill se abrieron de la sorpresa, él sintió un calorcito especial en su vientre, una sensación que él la interpretó como pertenencia. 

Algo que le decía que no sería más de Simone, ahora sería de Tom y eso le emocionaba.

—Yo quiero —habló emocionado—. Soy tuyo Tom, me marcaste ahora… Te pertenezco.

Aunque el minino debía consultar con su mamá, él cada vez veía más su destino junto a Tom.

El celular de Bill sonó cuando comenzaron a besarse un poco más intensamente y las manos de Tom se adentraban por debajo de la polera de Bill, tocando su piel y sintiendo como él otro comenzaba a agitarse y buscar más contacto. El celular volvió a sonar…

—¡Joder! —exclamó Tom, esta vez frustrado, sentía su sangre recorrerle el cuerpo de manera desesperada. Pero al mirar la hora en su reloj de pulsera, podía predecir quien llamaba.

—Papá —contestó Bill el celular y Tom lo miró algo inquieto, llamar a Georg “papá”—. En un momento estoy allá…

—¿Estás agitado? ¿Quieres que vaya por ese sin vergüenza? ¿Qué te dije de no estar en su casa en las noches?

—Lo sé… ya estoy por regresar…

—Dame el teléfono —pidió Tom, Bill negó con la cabeza, y colgó luego, él no quería más peleas.

—Debo irme, te veo pronto, ¿verdad? —Tom tomó una de sus manos y lo condujo hacia la salida.

—Te llamaré, quisiera tener el fin de semana libre, pero aún no sé si eso será posible, la revista me está absorbiendo como no tienes idea.

—Entiendo Tom…

Afuera de la casa, en el pasillo estaba Georg parado. Tom se sobresaltó, pero lo saludó amablemente y le entregó a Bill. El minino caminaba un poco extraño, entonces Georg lo tomó de un brazo.

—¿Qué hiciste? —estaba asustado… ¿acaso Bill había tenido intimidad? Georg iba a moler a Tom a golpes, estaba por retroceder para regresar a casa del de trenzas, pero Bill lo detuvo.

—Solo fue esto… —Se alzó la polera y le mostró el tatuaje cubierto por una fina gasa transparente. Georg se horrorizó.

—¿Qué es eso?

—Un tatuaje… le pertenezco… —Georg tragó saliva, le asustaba la forma en como Bill hablaba, apenas había pasado dos meses y parecía otro.

—Nada de pertenencias ni ocho cuartos, pase a la casa jovencito.

***

Esa noche no pudo dormir, pero cuando fue la madrugada, al fin sus párpados se cerraron.

En sus sueños siempre estaba Tom junto a él, abrazándole, mostrándole secretos de la vida, como trabajar, estudiar más, ser independiente y hasta como ser un esposo. Ese tipo de sueños habían llegado cuando apenas habían cumplido un mes de novios.

Quizás idealizaba demasiado a Tom, pero no se veía con otro que no sea él. 

—Gatito… —una voz femenina le llamó en sueños, él la buscaba con la mirada.

Estaba en una especie de cuarto blanco y aquella voz maulló luego, causando que Bill se erizara.

—Tom, ¿dónde estás? —llamó él en sueños. Cuando lo hacía por lo general Tom aparecía, pero esta vez no tenía el control de su sueño.

—¿Quién es Tom? —habló la voz femenina.

—¿Quién eres tú? Este… este es mi sueño.

—Te lo diré luego que me digas quién es Tom… y lamento meterme en tu sueño…

—Tom es mi novio —dijo con una sonrisa.

—¿Qué Tom? ¿Tom Cruise?

—No —Bill rió aún buscando la voz…—Tom Trümper… ¿Quién eres tú? —En aquel lugar había una ventana y afuera estaba iluminado por el sol radiante, entonces la figura de una mujer entró por la ventana causando susto a Bill quien retrocedió.

La mujer tenía una cola y unas orejas idénticas a las suyas… vestía de látex negro en todo el cuerpo resaltando su figura femenina, brillaba con el sol. 

—Soy Misha, una como tú. —Bill se asustó ante ello… se asustó tanto que quiso despertar—. Espera, no te vayas…

—¡Ahhh! —despertó sudando. ¿Qué había sido eso? 

Agitado salió de su habitación, ya era casi el medio día… no había nadie en casa. Fue por un vaso de agua. 

Alguien como él… se supone que él era el único en el mundo.

Se suponía.

Se suponía... por lo visto no es el único. Veremos qué más pasa. Un beso a todos <3

5 comentarios:

  1. aaaaaaaaaaaaa no quiero el siguinte T.T aaaaaa no podre dormir para nada !!!
    ok me espero

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    1. ha pasado tanto tiempo, en la noche quizá actualice este fic. Besos <3

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  2. ajuaa!! ..empieza lo mero gueno! :B...me encanta!! ^^...y al fin (otra vez 77') mi internet regreso...ke lata de estar nadamas mamando ke a cada rato se va 77'...para eso estoy pagando!!! ..ok ya :B...

    Gracias!! ..espero el proximo!! ;)...

    SALUDOS BESOS Y APAPACHOS!! <3..

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    1. hallo *-* me alegra que tu internet haya regresado :3 y espero no se vuelva a ir u_ú
      muah <3 pronto subiré el que sigue.

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  3. Misha me recuerda a Misho mi gato xD me encanto el cap. y ... Geo es un poco sobreprotector no crees? xD

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