martes, 11 de diciembre de 2012

Minino~ 15

hola a todos *-* lamento tardar algo u_u aquí les dejo un nuevo capítulo. Saludos~

Ya era noviembre, y el frío era cada vez más intenso. Ya no podían salir de casa a caminar por ahí, o ir al parque. Lo mejor era estar en casa.

Había pasado algunos días. Bill no podía ver a Tom seguido, apenas minutos, apenas llamadas por teléfono o mensajes de texto.

Se miraba en el espejo las recientes ojeras que tenía. Desde hacía algunos días no podía dormir por temor a encontrarse a esa mujer entre sueños. Es que Bill por naturaleza era muy curioso, pero su sentido felino le decía que no debía ser curioso con ella, algo dentro de él le advertía peligro. Aunque racionalizaba y decía que era solo un sueño, aquellos ojos de la que se hacía llamar Misha, celestes como los suyos, le perturbaban mucho.

En sueños, ella una vez lo miró a los ojos y él sintió que ella entraba en su mente a mirar las imágenes de recuerdos que él tenía ahí. Entonces, se desesperaba tanto que terminaba por despertar. Se había jurado no decirle nada más a ella. Misha molesta, podía tocarlo en sueños para ver sus ojos. Y así fue como Bill empezó a tener miedo al dormir.

Como ir a la escuela era opcional para él, esta vez decidió no ir. Necesitaba descansar. Había creado un método bastante malo, pero que le aliviaba, se recostaba en la cama con un reloj despertador y lo programaba cada quince minutos, entonces tomaba una siesta y cuando empezaba a entrar en sueño profundo, el despertador sonaba. A veces lograba ver la cara de Misha mirarlo con decepción en cuando aparecía dispuesta a saber de él, y luego ambos escuchaban el sonar del reloj, y Bill regresaba.


Simone le cuestionaba ese hecho extraño de poner a sonar su despertador cada quince minutos, pero Bill no quería preocuparla, así que no le decía nada.

El Minino se sentó en su cama, bastante cansado, los ojos se le cerraban y era de mañana. Tomó su reloj despertador y programó quince minutos. Pero sus dedos estaban algo adormecidos y se olvidó de hacerlo bien. Se recostó con la esperanza de descansar un poco sin ser perturbado.
 

***

Tom, en su trabajo, estaba en la oficina de su jefe, quería hablar seriamente de tomarse vacaciones o al menos pedir ayuda. Algo debía hacer porque el trabajo lo estaba matando.

—Tom, si quieres un aumento, ¿por qué no te esperas a Navidad? Sabes que damos un aguinaldo, ¿de qué te quejas? —habló serio su jefe.

—No me quejo, solo que en el área de publicidad se necesita gente, en verdad es mucho trabajo, tengo trabajo acumulado desde hace dos días, y no puedo ponerme al día hasta hoy, es casi imposible señor Morris.

—¿Quieres compartir el trabajo? —ofreció el jefe.

—¿Cómo?

—Puedo contratarte un asistente, ¿qué dices? —Tom lo pensó—. Una asistente.

—Humm… sería muy buena idea, pero… —quería intentar preguntar si podría ser alguien menor de edad.

—Pero nada —Y el jefe interrumpió—. Tengo aquí hojas de vida de gente que quiere trabajar en esta empresa. Mañana tendrás una asistente. —Le sonrió y Tom torció la boca—. Ahora vete que tengo trabajo.

De regreso a su oficina, no quería ver todo el trabajo que tenía que hacer, editar artículos, fotos y mandarlos a la editorial, un trabajo bastante pesado y cansado.

Su oficina era pequeña a un extremo de todo el local, tenía muchos documentos a su alrededor, necesitaba una mano con el orden y el archivo de todo eso, ya que aquel lugar parecía tan caótico. A su lado estaba la secretaría en donde Candy trabajaba. Tom no tenía ojos para ella, mucho menos mente para pensarla, ahora solo pensaba en su minino.

Candy era una mujer muy rencorosa, aún buscaba la manera de tener de vuelta a Tom, así que aprovechando que Tom estaba estresado, ella entró a su oficina con su pequeña minifalda roja y sus tacones. Tom ni la miró, estaba editando una portada de revista que la necesitaban con urgencia.

—Tom… —canturreó ella acercándose—. Estás tan estresado, cariño.

—Sí, así que si me disculpas, debo terminar esto. —Ella no desistió, terminó cerca de él y puso una mano sobre su hombro—. Heidi… diré, Candy, ahora no.

—¿Heidi? ¡Tienes otra mujer! —Tom sonrió de lado mirándola.

—¿Qué crees? Ahora déjame por favor. —Ella se inclinó un poco hasta su altura, para susurrarle al oído.

—A puesto que no lo hace como yo —Tom se estremeció un poco—. Hum, por eso estás así, estresado, tenso como una roca. —Le tocó el hombro—. Te falta acción baby, lo sabes… —Tom se quedó pensando, pero pensando en cómo era su mente antes de conocer a Bill.

Cuantas veces él había acudido al sexo para desestresarse, para pasarla bien y había funcionado en aquellas oportunidades. Ahora eran meses en las cuales había estado en total abstinencia por consideración a Bill; además, lo que ellos tenían era especial, bastante especial para ser tomado como un simple placer con que quitarse el estrés. Como lo era Candy, claro está.

—No me toques —dijo cuando ella rozó su cuello con sus largas uñas. Tom podía reconocer su debilidad, Candy era hermosa, sensual y provocativa. Un Bonito pasatiempo. Pero sabía que sería una vil traición para con su novio si le permitía un poco más.

Pero Candy lo conocía, sabía sus debilidades y lo que a Tom le gustaba. Lo empujó un poco de los hombros y la silla en la que estaba sentado retrocedió un poco, ella se puso en frente de él. Tom pestañeaba seguido, con el ceño fruncido, debía parar de inmediato, antes que ella le parara algo de su cuerpo.

—Candy, es en serio… —Casi jadeó cuando ella se le sentó encima, sus mejillas se colorearon, empezó a tener calor cuando las piernas de la voluptuosa mujer estaban a ambos lados de él, haciendo que la pequeña falda se le alzara hasta casi la cintura. Descarada.

—Puedo aliviarte… hum, ¿qué dices? —Bajó una de sus manos hacia su entrepierna—. Aquí abajo me dice que quieres.

—Candy… —La tomó de la cintura fuertemente, y luego cerró los ojos mordiéndose el labio inferior—. Solo un momentito… —se dijo a sí mismo, sintiéndose culpable. 


***

El reloj no sonó. Y a Bill le fue difícil despertar. Otra vez se encontraba en aquella habitación en blanco, arrodillado ahí, esperando despertar, pero nada de eso pasó.

En sus sueños tenía la capacidad de volar, y así lo hizo, saliendo por la gran ventana.

—¿Tom? —llamó algo temeroso, sabía que la mujer gato podía aparecer en cualquier momento. Movía sus orejas a todas direcciones y tenía los ojos totalmente abiertos, dilatados para observar si pasaba algo.

El mundo de sus sueños era extraño, casi como un bosque seco, con muchas hojas secas de colores. Evitó caminar para que sus pisadas no sonaran, prefirió volar.

Sentía su corazón latir del temor y casi se asfixiaba debido a que estaba agitado, aún buscaba con la mirada Tom y aunque sabía que vivía un sueño, verlo ahí le traería calma. Pero no aparecía en ningún lado. Escuchó a lo lejos el maullido de una gata, era Misha y su cola se erizó en el aire. Bajó al suelo y caminó sigiloso entre los árboles de aquel bosque seco. Miró al cielo, nubes grises se amontonaban, que extraño lugar. Decidió ocultarse.

—Gatito… —llamó ella caminando por encima de las hojas con su traje negro brillante y esta vez tenía un látigo en una mano. Bill podía verla desde un hueco grande en un árbol. Pero algo le decía que ella podía olerlo, y así era. Ella caminaba en dirección hacia donde él estaba—. Oculto en un hueco como un ratoncito, que decepción, ¿eh?

—No quiero hablar contigo —habló Bill saliendo de su escondite.

—No más despertador —sonrió ella.

—No eres real… eres de mi sueño y los sueños no son reales… —dijo seguro, ella sonrió mostrándole aquellos colmillos pequeños casi como los que él tenía.

—¿A qué le temes? —Bill se quedó pensando por un momento—. Soy igual a ti… no deberías temerme, ¿por qué huyes? —Él abrió la boca queriendo responder, pero no encontraba las palabras—. Habla.

—Simplemente no me agradas… no te conozco, no me importa si dices ser como yo… no me conoces, no te diré mi vida, ni te dejaré leer mis pensamientos… —Ella frunció el ceño e hizo sonar su látigo en el suelo, haciendo que muchas hojas secas se remuevan de ahí, Bill retrocedió un poco y gruñó teniendo su cola erizada y levantada en señal de amenaza.

—Que miedo, gatito… —Sonrió y Bill retrocedió aún más hasta que su espalda dio contra el enrome árbol detrás suyo. Deseaba despertar—. De quienes deberías desconfiar es de ellos, de la raza humana, no de mí. —Lo miraba fijamente, y Bill sintió que buscaba en su mente, imágenes empezaron a pasar como fotografías de su vida, y cerró los ojos con el corazón latiéndole a mil.

—Una mamá…

—¡Cállate! —Giró el rostro al sentirla cerca suyo y ella le tomó el rostro otra vez enfocándose en su mente.

—¡Shh! —Con la otra mano hizo sonar su látigo otra vez—. Mírame… —el Minino algo asustado abrió los ojos, la mirada curiosa de Misha le llamaba la atención, ¿qué quería ella?— Una mamá… ¿Simone? —Bill pestañeaba no queriendo que ella le lea la mente, pero ella se concentraba—. Oh, Tom, Tom… linda casa… —le sonreía—. ¿Quieres ver algo?

—No…

—Vamos, es de Tom, tú quieres —Ella seguía sonriéndole.

—No lo conoces… no está aquí.

—No lo está, y no lo conozco, pero sé donde está… ¿quieres saber? —La curiosidad lo hizo avanzar unos pasitos hacia delante y ella le extendió la mano—. Ven… ¿Minino? —preguntó habiendo recordado leerle un recuerdo en donde Tom lo llama así.

—Sí…

—No debiste decirle quien eres, no debiste, Minino.

—Tú no mandas en mí.

—Yo no… tu dueño sí.

—Mi dueño es Tom —Ella río.

—No…

—¡Tú no sabes!

—Sé más que tú y te callas, ahora ven.

Bill se mordía el labio ansioso de saber qué es lo que ella tenía que mostrarle, moría de curiosidad y de temor a la misma vez. Caminaron por el bosque de su sueño hasta llegar a la enorme casa blanca que ahí había. Ella miró hacia arriba, una ventana abierta con cortinas que se mecían con el viento gélido.

—¿Saltas? —le dijo ella. Ambos saltaron tan alto y entraron a la habitación en donde siempre empezaba el sueño. Ahí había una puerta para adentrarse a la casa, pero Bill se resistía, tenía temor.

—No quiero…

—¿Te parece si solo la abro y vemos que hay adentro? —él asintió estando alerta por si tenía que salir corriendo de ahí, y si tenía que desesperarse por despertar.

La puerta tallada en madera se abrió y una luz salió de ahí para luego convertirse en un espejo brillante. Bill abrió los ojos asustado, retrocedió.

—No entraré ahí…

—No es necesario —habló Misha con una sonrisa—. Mira…

El espejo que los reflejaba se distorsionó un poco y aparecieron imágenes como las de una película, ahí había una oficina con muchos papeles y archivos por todos lados, y una mujer dando la espalda sentada sobre alguien, ella se movía sensualmente. No se podía escuchar nada ni ver quien era el hombre que sostenía a la mujer posesivamente. Algo dentro de Bill se quebró con una ligera sospecha de estar viendo una escena de la vida real de… del hombre que amaba.

—¿Qué significa esto? —preguntó algo agitado, con temor.

—Solo mira… los humanos Minino, como son, como gozan, oh sí —gimió—, gozan mucho… ¿nunca has tenido sexo?

—No —dijo tajante, y otra vez su vista se enfocaba en aquella mujer del espejo, la cabellera que tenía le recordaba a alguien—. No quiero seguir viendo e… —abrió la boca asustado al ver que la mujer se movía tanto y se podía ver a quien besaba… era Tom— ¡Tom! ¡Tomi! —gritó dolido y se tapó la boca con ambas manos. Su vista se nubló con sus lágrimas y empezó a retroceder cada vez más.

—Los humanos son así, Minino…

Él no le contestaba, solo quería despertar y saber si eso era real o no. Algo le decía que era real.

—¡Tom! ¡Tomi! —gritó desesperado cayendo de su cama, estaba sudado otra vez tomaba bocanadas de aire con el corazón latiéndole a mil—. Oh no… —comenzó a llorar desesperado, el dolor en su pecho era tan grande que se sentía morir.

¿Los humanos eran así? Pero se suponía que él era humano. Otra vez se sintió solo, quizás Misha tenía razón. Quizás. 


 ***

“!Tom! ¡Tomi!” escuchó Tom en su mente, y se sobresaltó, era la voz de su Bill, su novio. Abrió los ojos mirando a la mujer frente a él sintiendo cómo le besaba y estimulaba el cuerpo.

—¡Déjame! —gritó él y esta vez ella bajó de su regazo puesto que él había gritado y quizás alguien podía asomarse por la oficina a ver si algo le pasaba. Estaba casi siendo violado por una mujer.

—¿Qué pasa Tom? —dijo ella acomodándose la minifalda.

—Pasa que no quiero y punto.

—De seguro ella te volvió impotente —se burló. Él se levantó de ahí y salió para el baño. Prefirió escapar.

“¡Tom! ¡Tomi!” otra vez aquella vocecita angustiosa sonó en su mente. Debía ver a Bill, sentía que debía verlo para saber si estaba bien o no.

Con manos temblorosas, tomó su celular y marcó su número. El teléfono sonó, pero nadie le contestó.

Fue a la oficina de su jefe buscando alguna excusa.

—Señor Morris, lamento interrumpirle, pero me encuentro enfermo.

—¿Y?

—Juro tenerle todos los artículos y ediciones que me falta para mañana temprano, le doy mi palabra.

—No podrás Tom, es demasiado.

—Pagaré para que lo haga Joe, le dejaré encargado que avance esa edición.

—Si mañana me tienes el trabajo, puedes irte.

—Gracias por su comprensión.

Salió de ahí, casi corriendo subió a su auto y arrancó con prisa.

Había una parte dentro de él que le decía que estaba exagerando, que se guiaba de sensaciones y eso era tan femenino, como el famoso sexto sentido; pero otra parte de él le decía que quizás tenía razón, que algo había pasado con su Bill, y esa otra parte podía más que la primera parte racional.

Llegó a su departamento, intentado llamarlo de nuevo, y ninguna llamada fue contestada, subió el ascensor con su corazón latiendo a mil.

Por otra parte, Bill permanecía en los brazos de Georg, su papá, llorando incapaz de explicarle sus verdaderas razones. Georg pudo oírlo llorar en el cuarto y había entrado algo desesperado, Simone trabaja y él aún no conseguía un trabajo en esa ciudad, por eso pasaba el tiempo arreglando la casa y cuidado de Bill.

—¿Qué pasa Bill? ¿Qué pasó? —le susurraba en el oído mientras lo abrazaba, Bill simplemente sentía dolor dentro de él, como haber perdido a alguien… se sentía roto e incompleto, solo, aunque ya no se sentía único ni exclusivo—. Es Tom, de seguro es ese patán —Bill no decía nada y lo miró con tantas lágrimas en sus ojos y las orejas decaídas—. ¡Es por él! —exclamó furioso…

—Papá… no soy el único, ni para él, ni para nadie… —volvió a llorar.

—Claro que lo eres, eres único, Bill y especial, como tú no hay otro. —Abrazó a Bill que no dejaba de lamentarse.

—Para él no… sniff… él quiere a otra.

—¿Viste a Tom con alguien más? —Bill apenas asintió y Georg frunció el ceño bastante fastidiado—. ¡Es un patán! —En ese momento ni se ponía a pensar en cómo Bill había podido ver eso, solo se enfocaba en los sentimientos de su hijo.

Bill simplemente quería que aquel dolor en su corazón pasara, y que Tom le dijera que lo que vio en aquel sueño, era completamente falso producto de su mente…

La puerta sonó y Georg fue a abrirla dejando sentado a Bill sobre su cama. Se sorprendió al ver a Tom, con cara de preocupación, y algo de nervios.

—Hola… hum, ¿puedo hablar con Bill? —pidió algo temeroso por la mirada del castaño, quien se cruzó de brazo saliendo de la casa y cerrando la puerta tras él.

—Escúchame. No sé lo que le has hecho, pero sé que es tu culpa, él es mi hijo, ¿entiendes? Y no voy a permitir que venga un patán como tú a arruinarle la vida haciendo de él lo que le da la gana —Tom lo miraba absorto, empezó a tartamudear y a no saber cómo explicar lo que quería.

—Solo vine a saber de él… solo eso, no le hice daño… —apenas dijo y la culpa empezó a crecer en él. Su conciencia lo acusaba—. Quiero verlo, por favor. —Pestañeó seguido y luego esquivó la mirada intensa de Georg, éste achinó los ojos interpretando sus gestos.

—Puedo ver que algo le hiciste… —Hubo un silencio, Tom no podía negarlo, sentía un nudo en su garganta que le oprimía cada vez más.

—Bill —habló con tono suave—, sé que me oyes… quiero verte…

—¡Shh! —le chistó Georg algo sorprendido por la manera de hablar de Tom, ya que al parecer Tom sabía que Bill podía oírle, eso Georg no se lo esperaba. Tom frunció el ceño, quería pasar de Georg y ver a Bill.

Entonces la puerta se abrió y Bill salió sin la capucha, Georg se alteró un poco y lo abrazó como para ocultarlo.

—Descuida, papá —apenas dijo. Tenía los ojos rojos y algo hinchados del llanto, pero lucía calmado.

Georg se hizo a un lado permitiendo que Bill terminada de salir y diera la cara a su novio.

—Bill… —Tom avanzó hacia delante, pero Bill lo detuvo con una mano sobre su pecho—. ¿Qué pasa?

—¿La besaste? Dime… —Tom se sobresaltó, ¿cómo Bill sabía eso?— La mujer de vestido rojo en la oficina de trabajo, la besaste… —Un silencio prolongado le hizo temblar, Bill podía asegurar que fue verdad.

Georg avanzó un poco y lo tomó del cuello.

—¡Bill hizo una pregunta! —le gritó en la cara. Tom lucía anonadado, y mirando a Bill asintió para luego agachar la cabeza.

El puño de Georg impactó su rostro cayendo él al suelo.

Se sintió tan mierda que no dijo ni hizo nada para remediar ese hecho. Sintió que perdió a Bill por tan poco… perdió su mundo por un segundo de placer. Eso no se lo perdonaría fácilmente.
 

***

Misha estaba recostada en un sillón grande de cuero negro, estaba bastante cansada después de regresar de su viaje imaginario hacia la mente del Minino. Pero ni bien cerró los ojos, entró a aquella sala alfombrada su compañero Jared y la despertó sentándose a su lado.

—Ey, Misha, cuenta… —Ella ronroneó abriendo los ojos y batió sus pestañas.

—Hablé un poco con él, aún me tiene miedo.

—¿Cómo es allá? —ella rió un poco.

—Es tan… no lo sé, es tan virginal, siempre lo mismo, la casa blanca en el bosque seco, muchos árboles y hojas secas, no hay nadie en ese ambiente, aunque él llama a Tom, hasta ahora no lo he visto.

—¿Bosque seco? —se quedó pensando—. Casa blanca… está tan solo.

—Nadie lo ha tocado. Eso me consta y… adivina. —Ella sonrió mostrando sus colmillitos. Jared se impacientó y le picó con el dedo en el vientre para que hablara—. ¡Ay! Ya… Pues no pude evitar aprovechar mostrarle a su novio… con otra. —El otro abrió la boca sorprendido.

—Hiciste bien —sonrió mostrando sus colmillos y moviendo su cola desesperado, ansioso—. Haremos que él venga a nosotros…

—Sí.

—¿La próxima vez me llevarás con él? Ya quiero conocerlo…

—Primero déjame descansar y pedir permiso al dueño.


Huy... o_o hay otro mundo diferente. Veremos qué más pasa, gracias por leer y comentar *-*

15 comentarios:

  1. *o* ya vas x el capitulo 15 wiiii, ya casi ya casi llegaras a donde te kedaste y x fin podre leer, lo que me contaste *----------* Ya quiero, ya quiero. ya quiero *-* jeje
    Misha <3 aww u.u recordar que x esta fick le puse asi a mi gatita y ahora ya no esta T.T y Jared *-* el puede ser malo, pero me gusta juajuajua xD
    yo quiiero tener un mundo de esos, estan bien geniales...
    Felicidades pinky C: x tu fick y x las demas estan muy buenas n.n y originales :DD
    Animos~ <3

    Zuii:3

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    1. Hallo n_n creo que falta mas de la mitad para llegar a donde me quedé. pero pronto :3
      de verdad lo de Misha? awww mi gata se llama así, de hecho pusse ese nombre justamente por eso :3 espero no le haya pasado nada malo a tu gatita u_u
      besos <3 <3

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  2. :O juro que no recordaba esto!
    apenas recuerdo en donde se quedo el fic..
    Toooom! como pudiste hacerle eso al Minino? :(
    .. ya quiero leer el proximo... :D
    hasta que cap. estaba publicado en thf.es?

    Cuidate! besos!
    Criis.

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    1. hallo, cuando leo para subir voy recordando partes jajaja
      Estaba pulicado creo que hasta el 33 mas o menos
      besos <3

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  3. diosssss que interesante!!! aaa que malo de tom!! y porbre bill aaaa espero el proximo capi!! besos

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  4. Al comienzo de leer el capitulo se me movió la pantalla sin darme cuenta y seguí leyendo en el capítulo de poster y al rato me quedé como ¿Que hacen en una avión? :C jajaja que mal.
    Me gustó mucho el cap, aunque no puedo imaginar como será eso de otros gatitos reunidos con un dueño... y que bajó que calló Tom dejandose llevar solo por sus impulsos -.- siento decirlo pero tiene lo que merece, aunque espero que Bill sepa perdonarle...
    Besos y abrazos~~ C:

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    1. XDDDDD sería raro lweer algo y luego darte cuenta que no es el fic que sigues xddd pero bueno n_n
      hay más como Bill, y ese será un gran problema para todos, veremos qué más pasa y si le perdona o no
      muah muah <3

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  5. Pobre del minino :C que mal plan de Tom, dejarse besar por esa ¬_¬' ahora por eso se quedo sin su minino, espero y se reconcilien pronto; Misha❤ me gusta el nombre, pero no me agrada ella ewé

    Cuidate, que este bien, besos C:

    Atte: Alejandra

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    1. hallo <3 sí, pobre minino y malo Tom u_u cayó en la tentación... veremos más de esa gata mujer :3
      besos Alejandra<3

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  6. Pobre minino! U.U hay Tom tenias qu echar todo de cabeza?? Y tambien que iban! Ashh!!! Hombre tenia que ser!!! Misha supongo yo que es asi como hatunela cierto?? Con el traje y todo verdad? Pero sin la mascara.. juju

    Nos vemos en el otro
    Bye,bye :3

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    1. hallo <3
      xddd sí, hombre malo u_u pero veremos cómo lo superan o si es que no :x y Misha es como gatubela XD como Bill, de su especie, las mismas orejas y la colita peludita.
      besos <3 <3

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  7. nuncan faltan las desgracias en una relacion u.u ...y todo por faldas!!!! ¬¬'...ke onda con lo hombres! ¬¬'...si es ke son hombres ... xDD..bueno ya xD....ya se van a conocer Jared y Minino~ :3 ... me encanta! xB ...Gracias!! ^^..espero el proximo! ;)..

    SALUDOS BESOS Y APAPACHOS!! <3

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    1. hallo <3
      u_u xd sí, Tom lo ha arruinado esta vez..
      pronto se conocerán los tres hombres gatos y sabrá su orígen
      besos <3 <3

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  8. Y hace su aparición en sus sueños una iwal ke Minino: MIsha Y le hace ver a la asquerosa y vulgar Candy excitando a Thomas y este dejandose !! :( KOMO PUEDE HACER SUFRIR A SI AL GATITO solo por kalentura??? Maldito Thomas!! FUCK!! sigo leyendo.. :) ♥

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