lunes, 11 de marzo de 2013

Fresas amargas - X

Hola a todos, continuando con las actualizaciones~ hoy toca este fic que ya poco a poco está llegando a su fin. Un beso *-*
Bill desayunaba una ensalada de frutas, comiendo las fresas con algo nostalgia. Ian no se daba cuenta de nada, le hablaba de muchas cosas, negocios, salir en la tarde, visitar su joyería.

—No quiero que te deprimas, Belleza, estaba pensando salir hoy en la tarde, ¿qué dices? —Bill alzó la mirada un tanto incomodo, y es que él tenía ya planes.

—Saldré en la tarde… —No quiso dar detalles, Ian le miró algo extrañado, se llevó una mano al mentón— Tengo amistades aquí… —sonrió disimulando—. Ian, debo buscar un lugar dónde quedarme, tenía una casa, pero debo hablar con mi papá.

Exactamente no vería a su papá en la tarde, ese no era el plan, pero él sabía que también debía hablar con su papá, de alguna manera debía terminar con el rencor o con las cosas que él consideraba inconclusas.

Pero precisamente esa tarde había quedado ver a Tom, aún no sabía si iba a tener el coraje, cómo le hablaría, cómo Tom reaccionaría, Bill no lo sabía, parecía que el Tom que conoció hacía años, era otro, y él no se quedaba atrás. Habían cambiado en muchos sentidos.

—De acuerdo, Bill. —Ian lucía comprensivo, suspiró y prosiguió tomar su desayuno.
***

Tom, luego de besar a Andrej, le vio salir de la casa rumbo para la clínica de animales. Él se quedó en casa aquella mañana, aún permanecía en pijama y tenía en una mano su celular, al cual acariciaba sin ser conciente, no quería desprenderse de ese aparato como si de éste dependieran muchas cosas. En su mente almacenaba una serie de recuerdos pequeños los cuales producían sensaciones agradables y a la vez no, todo parecía contradecirse de manera extraña.

Y todo por aquel primer amor. Le vería y esta vez en circunstancias diferentes, pues Tom no sabía qué le diría… Habían acordado verse en un lugar público, un parque en el centro de Liepzig para evitar roces incómodos, así lo prefirió Tom y Bill había aceptado. Aún faltaba horas para aquello y Tom decidió sacar a uno de sus perros a pasear. Se cambió y guardó en su bolsillo su prescripción médica, necesitaba buscar medicamentos que le ayudaran a sobrellevar ese estrés que sería verle.

En la calles logró entrar a una farmacia y así automedicarse. Era consciente que hacía mal y algo en su cabeza le decía que era una forma de matarse. Recordó al psicólogo de su adolescencia que le decía que él solía atormentarse mucho con su forma de pensar, que su propia mente era la que le causaba mal con pensar que Bill estaba lejos y que solo eso bastaba para sentirse mal, mas su mente minimizaba el hecho de que Bill le amaba a pesar de la distancia, eso debilitó el amor, la duda terminó por separarlos, haciendo que Tom le escribiera mensajes que no alimentaban la relación, buscando que Bill reaccionara e hiciera un milagro de aparecerse a su lado, cosa que no pasaba y fue cuando todo llegó a colmar… Bill le terminó porque ya no notaba afecto, y todo eran recriminaciones. Y para Tom, sentirse aún más alejado, significó la muerte. Y esa sensación de querer morir estaba latente en él. Su corazón necesitaba de fármacos para que latiera a como él quisiera, pues sin eso, sentía que se sumergía en un adormecimiento de tristeza.

—No puede estar pasando —se dijo a sí mismo. Su perro Max alzó la vista para verlo y sus orejas decayeron, hasta el perro se daba cuenta que algo malo le pasaba.

Regresó al departamento y se sentó en el comedor con el celular en sus manos… Quería llamarlo, ansiaba saber si no se arrepentía de verlo, o escuchar su pequeña risa que le calmara sus nervios de punta. Pero suspiró y agitó la cabeza, eso no era correcto, bastaba ya con verlo en la tarde… Y ese sentimiento de culpa le hizo marcar los números de su actual pareja, Andrej.

—Aló, Tom —contestó con una sonrisa en sus labios, Tom sonrió también, le infundía paz.

—¿Todo bien?

—Claro que sí… —suspiró—. Mi Tom debe estar aburrido allá… día libre a la fuerza mientras aquí estoy por operar a un perrita, tendrá ocho bebés.

—Suerte con ello.

—Ya quiero estar allá contigo… —Tom cerró los ojos y bajó la cabeza, le hacía daño.

—También yo, te estoy esperando —Andrej rió emocionado.

—Te amo Tom… creo que debo colgar, están sedando a la perrita.

—De acuerdo, hablamos en la noche —colgó.

¿Hacía bien o no? Estaba dudando. Si Andrej no sabía nada no le hacía algún mal.

Las horas pasaron rápidas más aún con lo acelerado de su corazón por los fármacos. Inspiraba aire a cada momento y en su habitación se acicalaba como cuando era un adolescente… Se puso una badana en la cabeza, sus piercing que había dejado de usar por estar en el hospital y se vistió como hacía años, una polera ancha con unos jeans, él no era conciente de que su deseo era aparentar el Tom del pasado de alguna manera. Pero no quería ir refinado en algún traje a verse con Bill, quería ir como era él por dentro, el chico censillo de clase media.

Uno de sus perros le ladró moviendo la cola cuando él salió del cuarto, era irreconocible de seguro.

—Tú guarda el secreto, Pantufla —le dijo y su mascota se inclinó como haciéndole reverencia.

Salió del departamento y tomó un taxi. Sus manos estaban heladas, su respiración agitada y sus pupilas dilatadas, intentaba suspirar a cada momento para calmar su nerviosismo ¿Cómo estaría Bill? ¿Cómo luciría esta vez? Tom se obsesionaba muchas veces con la imagen de Bill, y es que todo eso venía de cuando tenía catorce años.

Cuando las clases habían empezado y él era el alumno nuevo en aquella escuela, se sentaba adelante y antes de empezar la clase, entraba un grupo de chicos los cuales se reían a menudo y parecían ensimismados en ellos nada más. Tom se percató de la risa hermosa de uno de ellos y de lo bello que eran sus ojos ligeramente remarcados, eso bastó para que todas las veces que Bill entrara en el salón de clases, sus ojos se clavaran en él, se descubrió enamorado de la belleza de un chico, cada parte de él se le hacía impresionante en aquel tiempo. Fue así como su mente tramó un día expresarle lo que sentía, y pese a todos sus temores, se arriesgó y Bill le aceptó… El pelinegro amaba verse en aquellos ojos enamorados del de rastas, y como éste era capaz de hacer de todo para satisfacerle en muchos sentidos. Ese era el secreto de su pequeña relación sin muchas complicaciones, el poder de la atracción el uno con el otro.

Pero ahora todo sería distinto.

Tom llegó al sitio indicado, a la hora indicada, caminó por aquel parque y disimuló sus ansias. Se llevó las manos a los bolsillos y se apoyó en uno de los árboles frondosos, había una ventisca de aire tibio el cual movía las hojas que yacían en el suelo pedregoso del camino. Sacó su celular y vio la hora, puntual, sonrió y suspiró, le tentaba mucho llamarle y saber si vendría o no, pero no quería hostigarlo.

Pronto, una risita en particular le llamó la atención e hizo que girara el rostro hacia aquel chico delgado que venía por el camino, tenía el cabello rubio y vestía todo de blanco, sonreía algo tímido y Tom suspiró, era él, Bill.

—Hola Tom —saludó cuando estuvo frente a él y Tom sonrió para igual saludarle.

—Hola, al fin llegaste. —No podía quitar su vista de la dorada cabellera de Bill—. Veo que decidiste cambiar otra vez. —Bill rió y se pasó la mano por la cabellera.

—Me conoces, es inevitable en mí…

—Lo sé, vamos —le indicó para caminar.

En aquel parque no había muchas personas, el lugar parecía algo desolado, ideal para conversar, además Tom había divisado un café cerca, uno de esos lugares pequeños en Liepzig en donde podrían conversar sin problemas y en donde difícilmente encontrarían personas conocidas que les interrumpieran.

—Creo que ha pasado semanas… —Habló Bill para romper aquella tensión incómoda.

—Sí, ¿cómo está todo allá, tu mujer e hijas? —Bill agachó la cabeza, Tom no sabía todo lo que había pasado, todo lo contrario, creía que estaba muy bien allá, pasándola de lo lindo.

—Hemm… —Tom le miró y pudo notar que algo pasaba—. Me separé de ella…

—Oh… —Tom no sabía qué decir.

—Tuvimos muchos problemas… Ahora ella está en casa de su mamá con mis pequeñas.

—Que mal, no lo sabía, pero supongo que… que puedes verlas, ¿verdad?

—Sí, llegamos a un acuerdo, no me separarán de mis nenas. —Tom le sonrió aliviado y le codeó.

—No pensé que te separarías de ella, pero los hijos son hijos, que bueno que no perderás contacto. —Bill lucía serio escuchando a Tom, éste comenzaba a ponerse algo ansioso.

Llegaron al café y se sentaron en la última mesa del local, pidieron dos cafés amargos y se sentaron frente a frente.

—Dime Tom, ¿qué tal estás tú? —Tom sonrió de lado y sin mirar a Bill suspiró.

—Estoy muy bien, el trabajo es algo estresante, y pues estar en casa tampoco es tan relajante, hay días en que debo cocinar y atender a las mascotas, así que estoy en constante actividad que creo que un día me sofocaré. —Bill escuchó aquello con un ligero malestar—. La vida no es tan fácil, hay que vivirla nada más.

—Hay que decidir vivirla, Tom. Así funciona. La vida está llena de decisiones, buenas o malas, pero decisiones…

—Como acostarse con quien quiera, ¿no? —atacó Tom casi sin querer, como un impulso de hacerle pagar sus frustraciones. Bill abrió la boca algo indignado, él había querido hacerle notar su nueva forma de pensar y el otro salió recalcándole sus errores vergonzosos en la cara—. Bill, lo siento, yo… —Que infantil le pareció a Bill quien cerró la boca y dio un sorbo a su café acabándolo.

—Te gusta herirme, ¿verdad? Te has vuelto ponzoñoso. —Se levantó de la silla y Tom sintió que su corazón se le salía.

—Espera, Bill… no te vayas así.

Pero Bill no detuvo su paso, dejó un par de euros en la mesa y salió de ahí con Tom yendo por su tras. Ahora sí estaba nervioso.

—Escúchame, Bill —alzó el tono de su voz cuando estuvieron fuera de ese lugar y se adentraron por el camino del parque nuevamente. Bill caminaba muy rápido y se había puesto sus gafas de sol—. No voy a negar que me moleste ese hecho… No voy a ocultarte mis sentimientos, me decepcionaste, cómo pudiste ser capaz… ¡Y muchos lo saben! Hasta Andrej tiene que decirme lo que haces a escondidas. —Bill se detuvo sintiendo toda su sangre recorrer su cuerpo de la rabia, ¿qué buscaba Tom? ¿Qué era toda esa forma de hablarle? ¿Qué se creía de él?

Giró sobre sus talones y se quitó los lentes mostrándole su furia. La mirada molesta que tenía Tom sobre él cambió a una de asombro y es que el rubio le miraba con odio en los ojos, Tom tragó saliva.

—Bill…

—¡Cállate! —Se le acercó con movimientos rápidos y le tomó de la chaqueta negra para luego golpear su espalda en un árbol—. Mira, Tom, tú no eres nadie para fiscalizar mis actos ni restregármelos por la cara, ¡nadie! —Aquello le dolió a Tom en sobremanera—. Tengo derecho a relacionarme con quien quiera, no soy nada tuyo porque tú tienes dueño, es así.

—Bill, suéltame… —éste le soltó—. Creí estúpidamente en promesas del pasado, creí que respetabas ello, ¡creí en ti, en tus malditas palabras! —gritó y Bill apretó los dientes, alzarlo su puño hizo lo que nunca creyó sería capaz de hacer… Golpeó a Tom en el rostro y éste cayó en el césped, Bill se quedó parado mirándolo desde arriba, Tom se quejaba.

—Vives enfrascado en el pasado, en un pasado que nunca regresará, reacciona ya.

Tom estaba indignado y dolido, se sentó en el césped y no quiso mirarle, le dio la espalda temiendo Bill se iría de ahí, lo cual el rubio no pensaba hacer. Pero el temor de Tom era tal que Bill podía notarlo.

—Tom… —llamó sentándose a su lado bajo la sombra de aquel árbol.

—Déjame Bill, ya reaccioné y la verdad haberte visto ahora ha sido muy mala idea, esto no tiene solución, nunca habrá una… —No quiso mirarlo a los ojos, sabía que si lo hacía caería hipnotizado por esos ojos, los ojos de su primer gran amor.

—Así no haya una solución decido aclarar las cosas hoy, ahora… —Tom apenas asintió.

—Habla de una vez. —Bill suspiró y se abrazó a sus piernas, apoyando su mentón en sus huesudas rodillas.

—¿Quieres saber la pura verdad? —Tom aún estaba dolido, él prefirió evitar contacto, ni le miró—. Sí me acosté con muchos… Creo que en mi vida nunca había cometido tantos errores como estos. Por eso tuve problemas con Astrid, mi vida allá se volvió un infierno en pocos días… Juro que deseé acabar con todo muchas veces, no sé, escapar. De alguna manera comencé a odiarme cuando supe que había caído tan bajo como mi padre… —aquello que dijo ni lo había pensado, se quedó sorprendido de sus propias palabras, meditando en ellas, Tom lo miró de soslayo por el silencio repentino, pero estaba casi en sock que no sabía qué decirle—. Al final terminé siendo como él —soltó con la voz entrecortada—. Lo que más temía, terminé siéndolo… Y lo hice porque quería escapar de algo. Quería escapar de ti, Tom.

—No me eches la culpa a mí —respondió a la defensiva, Bill lo sintió como otro golpe más y agachó la cabeza—. Bill…

—Tom, dime en la cara que no te ha pasado lo mismo. —Tom se incomodó un poco—. Es mejor si lo sé ahora, anda, sé cruel, lo necesito, dime que eres feliz con tu pareja, que yo ya no te merezco por puto, porque rompí la promesa, anda dímelo.

—Intento hacer una vida… Intento ser feliz, intento olvidarte…

—Dime que lo has logrado, más aún por saber la clase de hombre que soy ahora. —Tom le miró, perdiéndose en aquellos hermosos ojos felinos, delineados artísticamente, ¿por qué no podía dejar de quererle?

—No lo he logrado y no sé por qué me cuesta —habló sincero—. Pero Andrej no se merece que le haga tal cosa…

—Lo sé.

—Pero te quiero… no quiero quererte, pero lo hago… —habló Tom sintiendo aquella sensación dominante de cómo cuando tenía catorce, aquel fuego interior al cual quería apagar, aquello que le decía que recuperara a Bill.

—No querrás que Andrej supiera que tienes un amante. No quiero ser el amante de nadie, menos tuyo.

—No llegaremos a un acuerdo… Fácil para ti que ahora no estás con Astrid, qué fácil, ¿no?

—¡Yo no te pido nada! Pero quiero una solución, Tom, es lo mejor, no quiero ir y venir y no saber si puedo verte.

—Ahora dejas Francia y vienes cuando ya tengo una vida, que genial, Bill no sabes lo mierda que me siento ahora, ¿todo depende de mí? Una gran mierda —se frustró y puso ambas manos sobre su cabeza.

—Vine por una solución, y deberé visitar Paris a cada momento, tengo hijas. No me iré ahora antes de llegar a un acuerdo contigo —Tom suspiró y le miró, Bill pudo notar algo diferente en sus ojos rojos.

—Andrej no querrá dejarme y yo… no sé, no quiero dejarlo, me sentiría muy mal, no sabes como es él, es especial, ha hecho mucho por mí, él no me dejará.

—Lo sé… ante ello no puedo hacer nada Tom, si es tu decisión… —suspiraron al mismo tiempo y permanecieron en silencio.

Tom sentía su cabeza querer explotar, aparte de los medicamentos que le estaban invadiendo el sistema nervioso, estaba el estrés por no poder resolver aquel problema.

—No puedo hacer nada Bill… no puedo. —Bill asintió y puso una mano en el hombro del chico tenso el cual tembló ante ese tacto.

—Estaré aquí algunos días… —Tom se removió quitando la mano de Bill sobre su hombro y le miró.

—Y luego te irás, será todo como siempre… —Bill asintió, no podía negarle ese hecho.

—Regresaré para verte, y luego deberé irme. Es eso.

Tom extendió una mano y le tomó la suya con algo de temor, Bill le vio bien el rostro percatándose que le había partido el labio, se sintió mal por ver la herida sangrante, parecía que Tom no se había percatado que tenía el labio partido. Entonces Bill le limpió ese rastro de sangre con el pulgar, causando que Tom frunciera el ceño del dolor, Bill no quitó su mano de su rostro, le acarició con algo de delicadeza sintiendo a Tom temblar.

—¿Pasa algo, Tomi? —preguntó con sincera preocupación, su pulso era raro y sus ojos ligeramente rojos le había llamado la atención.

—Nada, déjame —le apartó la mano—. Todo esto cae sobre mí, yo debo dar la última palabra. No sé qué decir, Bill.

—… —suspiró algo cansado—. Lamento que sea así, no hablaré más de ello, creo que debo irme…

Se pusieron el pie, Tom comenzó a agitarse, esa sensación de perderlo otra vez le fastidiaba en sobremanera, había como un enojo dentro de él que se activaba cada vez que Bill decía que tenía que irse, era como sentirse abandonado otra vez. Él odiaba las despedidas con él puesto que verle era difícil y sumamente incierto. Bill pudo notar esa mirada de enojo combinada con desesperación.

—Tomi… no me mires así —habló con una sonrisita, no quería que Tom se molestara o discutieran otra vez.

—No me digas como mirarte o no —respondió seco—. Ahora vete… —Bill frunció el ceño y se le acercó.

—Regresaré… Y quiero una respuesta, quiero estar contigo, lo quiero de verdad —las palabras para Tom no surgían el mismo efecto de hace años, las palabras de Bill solo resonaban para él como un sonido agradable el cual no significaba nada porque ya no creía en él—. No me crees, ¿verdad? ¡Te quiero! No perdería mi tiempo aquí, no me arriesgaría a verte si no fuera así…

—Ahora que no estás con Astrid me buscas y me dices eso.

—¿Por qué siempre ves mis errores? Siempre ha sido así, que por qué no estaba en Alemania, que por qué no te llamaba, y miles de excusas más para poner barreras, eso es lo que pones y ¿sabes Tom? Llegaré a cansarme y el día que decidas renunciar a todo por mí ya no estaré más aquí… Se ama y se deja de amar…

—Yo quiero… —prefirió callar, sus emociones le dominaban y ya se sentía muy abrumado por todo.

Bill se le acercó y Tom retrocedió un poco hasta que su espalda chocara contra el tronco de un grueso árbol.

—Aléjate —pidió nervioso, pero Bill le sonrió de lado, llevó sus manos hacia la cintura de Tom y se la tomó presionándose un poco contra Tom quien solo giró el rostro cuando le besó en la comisura de sus labios la cual estaba algo hinchada por el golpe de hace momentos.

Tom suspiró intentando calmarse sin éxito. Bill olía delicioso y tenía todas las intenciones de besarle, entonces Tom se rindió dándole la cara y dejando que el otro le besara...

Y cayeron otra vez, es como si estuvieran destinados y están dándole la espalda a su destino trazado... Veremos qué más pasa. Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas~

11 comentarios:

  1. Cada vez se pone mejor, sinceramente amo este pequeño fic, tiene de todo un poco, lo único que espero es que ellos terminen juntos, no importa se vuelven a pasar años, pero que terminen juntos, han pasado por tantas cosas, han luchado contra promesas del pasado y han luchado contra ellos mismos y sus sentimientos, creo que sería lo indicado que terminaran juntos.
    No hay siempre finales felices, pero este puede ser uno.
    Continuala pronto. Besos.

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    1. hallo <3 gracias por amalo a pesar de ser tan gfnfnfgngf así XD y veremos cómo termina...
      besos, se acerca el tan ansiado final
      <3

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  2. las palabras de Tom fueron muy duras y en algo Bill tiene razón él siempre ve las cosas malas de él. espero que pronto lleguen a una solución

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    1. hallo, pues sí, Tom fue muy claro, pero para qué scar el pasado ya hecho? veremos qué más pasa
      <3

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  3. todo es tan complicado...
    me gusta mucho este fic...
    y por mas que pienso no veo solución...
    para mi que no quedan juntos, pues Bill siempre viajara por sus hijas.. al menos que Astrid muera y ellas le queden a Bill :D Ok no.
    Tom ¬¬''' en parte me molesta que siempre dice que no seria justo hacerle eso a Andrej.. pero, ¿es justo seguir haciéndole daño a Bill más de lo que ya le ha hecho?, Tom no piensa en eso vv creo que no comprende a Bill y que exactamente Bill no tiene la culpa de todo lo que la vida ha hecho que él sea lo que es ahora ni de lo que ha sufrido; pues me parece mucho mas complicada la vida de Bill que la de Tom... aunque por otro lado, es cierto que Andrej no tiene la culpa y él solo quiere ser feliz también con la persona que quiere... pero no entiende que el corazón de esa persona ya tiene dueño y se llama Bill u.u ...
    La verdad sí me gustaría que al final ambos queden juntos en una relación formal como debe ser, pues han pasado por tantas adversidades que sería justo que al fin pudieran amarse juntos tal y como quieren... pero si caemos en la realidad, la vida es injusta.

    cuidate! besos!
    Criis. ^^

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    1. Hallo <3sí, parece complicado... veremos si tiene solución o no...
      Tom es considerado por Andrej y aun tiene rencor hacia Bill y quiere que pague por romper la promesa...
      y no pierdas las esperanzas, algo saldrá de todo eso, en especial de la cita~
      muah<3

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  4. Yo quiero que terminen juntos :'(
    sufro por ellos D': Que Tom deje a Andrej y se quede con Bill!! >.< a pesar de todo deben quedarse juntos :c
    Cuidate!! xoxo ^-^

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    1. hallo <3 sí, también quisiera eso, pero veremos si se puede o no.
      muah <3

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  5. Me encanta que incluyas al guapo de Andrej *--*
    TnT xq el amor es así? Lo haces tan perfecto! Es como en ka vida real cuando el destino quiere algo para ti siempre hay barreras, y de alguná manera tienes que cruzarlas y es muy dificil, al tomar atajos las cosas se complican más ú.ù
    Esto es lo que pasa en tú historia y me gusta n.n le da emoción, pero es triste, creo q soy masoquista lol
    ojala encuentren la manera de estar juntos
    No quiero que Andrej sufra pero yo quiero más a Bill y Tom juntos, así q lo siento Andrej :(
    Espero el proximo con ansias
    Besos

    An-Yii

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    1. hallo <3 te gusta Andrej? XD
      y buerno, la vida es media así a veces x_x el tiempo pasa y sigues quieriendo a una persona D:
      veremos si encuentran una salida o no... estos ya son los capítulos finales...
      besos <3 <3

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  6. Tom deberia entender q Bill lo ama si ni acostandose con tantos ha logrado olvidarlo es por algo

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