Minino~ 30

Buenas noches~ aquí les traigo este capítulo~ veremos qué es de Tom *-* Los quiero~

En plena oscuridad logró salir del agua luego de que casi se asfixiara tratando de liberar sus piernas amarradas a una piedra.

Luego de liberarse, asomó su cabeza hacia la superficie y así tomó aire con desesperación. Y luego fue consciente que debía salir de ahí puesto que el agua era demasiado fría, sabía que podía morir de hipotermia.

No supo darse cuenta de que sus brazos se movían a tal velocidad, nadando en las aguas casi como un pez, y es que eran sus ganas por salir de ahí. Todavía el cielo estaba oscuro, pero aún así pudo distinguir la orilla, y al llegar ahí solo se quedó recostado con la respiración agitada, aliviado de que estaba vivo.

«¿Qué pasó?» Fue su pensamiento. Y luego comenzó a sentirse muy confundido, como si lo que estaba viviendo no fuese la realidad misma y un dolor punzante en el pecho le hizo encogerse en sí mismo y darse cuenta de que su cuerpo no estaba bien.

Cuando sintió el impacto de bala golpear su pecho, no sintió dolor alguno. Era extraño, pero no dolió e incluso creyó que podría mantenerse en pie a pesar de todo… Lo que le dolió fue ver a Bill. Aquellos ojos celestes llenos de pánico por su causa, eso a él le dolió en sobremanera y cuando quiso decir algo, simplemente no pudo, el cuerpo no se lo permitió, cayó desplomado al suelo con Bill sobre él y todo se volvió negro total.



Su cuerpo flotó en una especie de agujero negro en donde vio pasar su vida en segundos lentos, como si todo a su alrededor flotara y se hacía liviano. Se vio de pequeño y se vio con sus padres, luego la imagen de su hermano Brad, lo mucho que él había significado y la esperanza que sintió de que lo volvería a ver al ser consciente de que había muerto. Vio la muerte de su hermano y cómo él buscó desligarse de sus padres y buscar su independencia, vio a Casimir, el gato especial y también vio el primer día en que conoció a Bill… El primer beso dentro del auto, las pequeñas citas que tuvieron cuando aún no había complicaciones… La confesión de saber quién era realmente y luego el derecho de tocarle, pensar que estaría con él para siempre, ahora sólo sentía cómo se desvanecía en el firmamento. Entró a una especie de neblina blanca y apacible, entonces aquellos pensamientos de que existe el cielo se acentuaron en él, ¿realmente existía? Al parecer sí, y luego una tristeza extraña le inundó y es que se sentía solo en medio de esa nada.

Luego de aquello, por un momento creyó sentirse absorbido por alguna fuerza extraña, como si la tierra le llamara o algo parecido, solo se sintió alerta de ello, hasta que una descarga eléctrica le hizo regresar a un hoyo negro y despertó en una realidad dolorosa. Había vuelto a la vida, pero precisamente no recordaba aún lo que había pasado. Y permaneció ahí por un momento hasta que su cuerpo se relajó y entró en sueños.

***

Jared abrazó a Bill y lo recostó en la cama, debía descansar de alguna manera puesto que no lo había podido hacer y ya el sol se asomaba por el horizonte. Estaba amaneciendo y Jared tenía mucho sueño, ellos eran de dormir plácidamente por horas, pero por consideración a Bill estuvo despierto acompañándole hasta que al fin ambos durmieron.

Furst interrumpió la paz en cuanto supo aquello y aún no había hablado con Jared, debía hacerlo así que irrumpió en el cuarto en donde ellos descansaban despertándolos de un susto. A Bill se le erizó la cola notoriamente y el gatito Casimir que dormía al pie de la cama se alertó también.

—¡Jared! —llamó Furst sin ver a Bill directamente—. Debo hablar contigo.

El mayor frunció el ceño, más o menos él sabía de qué iría todo. Se levantó perezosamente de la cama y volteó a ver a Bill.

—No tardaré, descansa que regreso. —Bill asintió a él y prefirió no mirar a Furst, por culpa de ese hombre extraño estaba donde estaba y tenía la ligera esperanza de que Jared abogaría para que él fuese libre, esperaba que así sea.

Jared salió caminando perezosamente y Furst lo condujo a su despacho tomándolo del brazo. Y al entrar le miró furioso.

—¡Qué pretendes, Jared! —le gritó en la cara y Jared retrocedió un poco.

—¿Pretender qué? Ese chico está destrozado, casi no ha conciliado el sueño, él viene de otro contexto, Furst; no podrás tenerlo así a la fuerza, le mataste a una persona importante, que carente de inteligencia, en verdad me decepcionaste —soltó con seguridad y Furst alzando una mano le dio una bofetada, Jared se tocó la ardiente mejilla para luego voltear a verle con ira en los ojos—. Me golpeaste…

—Sí, porque eres insolente, ¿qué forma de hablarme fue esa? —Jared le miró desafiante, pero Furst achinó los ojos, un gesto que le indicaba al otro que estaba colmando su paciencia y a Jared no le gustaba pelear con Furst, él extrañaba al Furst que le crió, al que le enseñó muchas cosas de la vida; no quería alguien que le esté recriminando todo el tiempo, así que desistió en discutirle—. Quiero que mantengas tu distancia, sé que debo remediar ciertas cosas por eso regresaremos a casa, allá en Hamburgo en donde nadie nos estará molestando, creo que es mejor estar mudándonos, necesito que estés de mi lado. —Jared le miró serio y le volteó la cara—. ¿Qué pasa? Anda, habla, nadie te lo impide.

—No quiero que lo toques… suficiente tienes con Misha, ¿por qué Bill? ¡Me tienes a mí! —Furst sonrió de lado, otra vez con los mismos cuestionamientos.

—Bill también es mío y es parte de ustedes, quiero que le muestres que esta vida es mucho mejor que lo que esa mujer Simone le dio, no quiero que lo pongas en mi contra, ni mucho menos te aproveches de él, eso quiero que te quede claro y que no cambiaré contigo, tendrás todo de mí. —Jared apretó los dientes.

—¡Solo pedazos!

—Jared, cuida ese tono —habló firme—. Te he dado muchos privilegios, e incluso más de los que le he dado a Misha, te he dado más libertad, he permitido que construyas esa casa cerca al bosque, es más… —Sacó de su bolsillo unos boletos de avión—. Vamos a Egipto el fin de semana, vamos solo los dos por dos días. —Las orejas de Jared se movieron ansiosas e incluso su cola se elevó en el aire.

Egipto… su sueño era poder conocerlo, buscar misterios en aquella cultura pasada que en parte era suya. Furst había planeado muy bien como tenerlo de vuelta.

—Ven conmigo. —Le extendió la mano y Jared se la tomó dejándose acariciar. Pronto estuvo ronroneando y luego Furst cerraba con llave su oficina, tendría un momento íntimo con Jared y éste no pudo negarse. Aún buscaba una esperanza en el corazón hueco de Furst, aún quería ser el favorito.

Un viaje solo con él, lo había esperado en su corta vida y al fin se daría.

***

Bill se removía en la cama ansioso, y pudo al fin dormir. Sabía que iría a la casita de sus sueños y así fue. Ahora ésta era de color gris y el clima se había puesto muy hostil ahí adentro, el cielo estaba plomo y los árboles totalmente pelados. Suspiró sabiendo a qué se debía y se metió por la ventaba de aquella casa. Se sentó a esperar, total, estaba durmiendo.

Misha entró por la ventana y se le acercó.

—Así que recién duermes… —Bill ni la miró, se encogió haciéndose una bolita y apoyó su mentón sobre sus rodillas—. Bill…

—No quiero estar ni aquí… Quiero morir y encontrarme con él. —La mujer gato suspiró y pasó una mano por su espalda.

—Ya… no hables tonterías. Hagamos algo. —Bill le miró apenas—. Cuando Furst te busque, pídele salir, pídele una cita… verás a todos los lugares que él te pueda llevar.

—¡No quiero!

—Lo sé, solo te digo eso para que observes en qué lugar estás, así te será fácil planear escapar y por ningún motivo dejes que te ponga un collar metálico en el cuello, no te dejes poner… él tendrá una cita contigo hoy, y deberás mostrarte interesado como para que te saque de la Pen house. Esa es mi recomendación.

—Misha, no podré. No quiero ni verle, le odio demasiado. —Misha suspiró.

—Lo sé, pero hay sacrificios que se deben hacer si quieres salir de aquí… —Misha se alertó un poco cuando escuchó sonidos en aquel mundo de sueños, era Jared quien estaba cerca, podía sentir su presencia—. Un momento…

Salió por la ventana, dejándole la duda en Bill. Y fue donde Jared a su casita en forma piramidal de color negra y entró sin avisar encontrándolo con una sonrisa agradable recostado en el sofá de su salita.

—Hueles a sexo —dijo ella y él la miró algo serio.

—Tengo vida privada. No diré nada al respecto. —Ella se ofuscó un poco.

—Teníamos un trato… No pasaría nada sin mi consentimiento, fallaste el trato. —Jared torció la boca, estaba ofuscándose.

—Misha, hace años creo yo que rompí el trato, será mejor que te acostumbres, me iré a Egipto con él. —Sonrió de gusto—. Solo los dos… estoy emocionado…

La mujer gato sintió un dolor en el pecho. Ella estaba acostumbrada a compartir a Furst con Jared, pero al ver que éste se ponía mucho mejor y había crecido totalmente, sabía que era una desventaja para ella por un lado, solo por uno.

—Te prefiere solo porque sabe que envejecerás rápido, pero yo soy su mujer desde antes que nacieras así que no me acostumbraré a algo que solo es temporal. —Salió de la casa airada y frustrada.

***

En la noche, Bill ni había probado bocado alguno. Solo permaneció durmiendo casi todo el día. Y Furst se armó de valor para entrar a la habitación otra vez, pero esta vez con una bandeja de comida deliciosa con olores especiales que despertaron a Bill en una.

—Pescado con trozos de galleta —le dijo poniéndolo sobre la mesita al lado de la cama. Casimir, el gato, se ocultó debajo de la cama y Bill se puso en estado de alerta otra vez.

—No deseo verle —dijo con pequeña voz—. Le odio con todo mi corazón, es el ser más despreciable que he conocido. —Furst apretó los puños, comenzando a airarse, casi nunca nadie en su vida le había declarado tal desprecio.

—Macky, escúchame, yo no lo mandé a matar, jamás haría semejante cosa, ya amedrenté a Peter por hacer esa atrocidad. Quiero que estés bien, que te sientas bien aquí. He venido a invitarte a salir. —Al decir eso Bill recordó lo que Misha le había dicho.

—Quiero salir… —fingió.

Afuera hacía mucho frío y Furst le sonrió complacido, el pequeño quería salir así que mandó a uno de sus sirvientes a que le preparara para aquella cita. Casi refunfuñando, se quejaba por aquello, pero era buena idea salir, aunque debía ser cuidadoso.

Y Bill salió muy bien arreglado a su primera cita con el hombre a quien más odiaba en el mundo, aquel sujeto que se creía su dueño.

Le llevó a un fino restaurante el cual estaba preparado especialmente para Bill y luego se lo llevó a una terraza en un hotel muy lujoso en donde había un enorme telescopio y le mostró las estrellas.

—Te podría hasta dar el cielo… ¿Sabes de dónde vienes? Apuesto que ni sabes tus orígenes —dijo con una sonrisa en sus labios, Bill evitó mirarlo como en toda la noche.

—Sé algo… —Era verdad, él sabía algunas cosas pues Misha y Jared le habían dicho, además que él había sido testigo en sus sueños de algunos misterios de su existencia.

—Pues no sabes más que lo que ves en sueños y esas cosas, no todo aquel mundo es real, solo yo sé la absoluta verdad porque fui yo quien les creó. —Bill le encaró y con el ceño fruncido le miró.

—¡No fue usted! ¡Fue su padre! ¡Además usted es un simple ser humano como todos y no sabe tal verdad! —Furst se molestó tanto que lo jaló del brazo para bajarlo de aquel lugar y llevarlo a casa.

—¡No sabes con quien hablas! ¡Te estoy tolerando porque eres nuevo, pero después no tendré contemplación contigo, deberás ser manso como todos!

Bill sintió tal frustración, pero el hecho de sentirse solo y desamparado en manos de ese tipo, además de la desesperanza de no volver a tener a Tom, hizo que evitara una confrontación. Al menos la salida había servido para, efectivamente, saber dónde estaba. En el corazón de Teltow, en el centro de la cuidad.

***

Pasaron los días y Bill logró hacer mucha empatía con Jared y Misha, en especial con Jared ya que ambos contaban con muchas similitudes y experiencias parecidas. Furst había dejado de insistir con Bill por la sencilla razón de que había salido un negocio importante el cual financiaría uno de sus proyectos más ambiciosos… Crear más hombres gatos, e incluso Peter le había conseguido el nombre de algunos científicos los cuales serían capaces de venderle sus vidas y trabajar para él por siempre, estaba alistando todo para reabrir el laboratorio en Hamburgo, en la mansión en donde su padre había vivido y en donde, por primera vez, crearon un ser diferente: Misha.

Misha estaba enterada y la idea le pareció abominable, pero prefirió no decirle nada a Jared o Bill, además de que estaba peleada con el mayor, los celos estaban dividiéndolos poco a poco puesto que supo que dentro de días tomarían aquel viaje a Egipto solo Furst con él y a ella no le había prometido nada.

Había una habitación muy cómoda en donde les gustaba ver películas y pasar un tiempo agradable, mientras Misha prefería estar sola, Jared y Bill buscaban estar juntos lejos de los estúpidos guardias y evitando sentirse aislados sin esperanzas.

Estaban recostados en el sofá jugando con Casimir, el gato de Tom ahora vivía con ellos y Furst lo había permitido por Bill. Ya tenía una canastita en donde dormía y además de sentirse feliz puesto que compartía la comida deliciosa para él.

—Bill… —Jared estaba sentado y la cabeza de Bill reposaba en sus muslos, estaba ronroneando intentando dormitar.

—¿Humm? —apenas dijo con los ojos cerrados.

—Estoy por ir a Egipto, a conocer ese país junto a Furst. —Bill frunció el entrecejo—. No pongas esa cara…

—No sé cómo puedes querer a ese maldito.

—Tampoco lo sé, pero creo que algo ha cambiado… —Guardó silencio por un momento y vio los ojos de Bill abrirse para mirarle, Jared le acarició el rostro provocando que Bill intensificara su ronroneo, Bill esperaba a que él hablase, pero no lo hizo.

—Dime…

—No, aún no. —Bill se sentó en el sofá y es que era muy curioso, encaró a Jared.

—Dime, qué ibas a decir… qué ha cambiado. —Jared pestañeó seguido y luego suspiró.

—Empiezo a… —prefirió callar otra vez y es que estaba confundido, no quería cometer algún error.

—¿A qué? —insistió poniendo una mano sobre el hombro del otro y Jared le miró de reojo.

—A enamorarme de ti.

Al decir eso, Bill evitó su mirada, él no pensaba que podría pasar aquello y se sintió extraño, no supo qué decir y Jared simplemente dejó de mirarle, se puso en pie y se alejó de ahí… Se había arrepentido de decirle eso sin estar muy seguro. Pero últimamente solo pensaba en estar a su lado aunque en el fondo quería a Furst, y las sensaciones de querer proteger a Bill, el sentirse identificado con él de alguna manera hizo que sintiera más que una relación de especie para con él. Jared quería más de Bill y aquello le molestaba un poco puesto que Furst no lo permitiría y Bill solo parecía tener mente para Tom aunque sabía que había muerto.

Jared salió de la habitación y Bill se quedó confundido, de todas maneras no debía cerrarse totalmente, de todas maneras disfrutaba el tiempo con Jared aunque sabía que quizá nunca pudiera olvidar a Tom… y es que eso para Bill había significado mucho.

Pasados los minutos, el minino se levantó de ahí y caminó sigiloso por el pasillo que le llevaría a su habitación, pasando cerca de la puerta de Jared, se detuvo con una duda en el pecho y al tomar el pomo y percatarse que estaba abierta decidió entrar. Era evidente que Jared le había escuchado, éste estaba sentado en su cama con una libreta puesta en sus muslos, estaba escribiendo algunas cosas. Y permitió que Bill se le acercara, cerrando la libreta y guardándola debajo de su almohada.

—¿Qué haces aquí? —preguntó sin mirarle y Bill se sentó a su lado.

—Quería saber si… si estabas bien, eso era todo —Jared le miró y sonrió un poco.

—Claro que estoy bien… debo alistar maletas —aquel tema lograba molestar a Bill, él no quería quedarse solo en esa casa, quería que Jared le ayudara.

—Lo sé, pero cómo podré salir… si te vas, ¿qué será de mí? —Jared puso una mano sobre su cabeza y acarició sus orejas.

—Solo serán dos días nada más, quiero ver ese lugar y luego te ayudaré a escapar, lo juro…

—¿Aún deseas irte conmigo?

—Sí, es lo que quiero.

—¿Y dejar a Furst… aunque lo quieras, lo dejarías?

—Quiero dejarlo, ya no quiero quererlo. —Bill le sonrió y se le acercó para apoyar su cabeza en su hombro.

Jared aprovechó esa cercanía para tomar su rostro y mirarle a los ojos de cerca, Bill pestañeó, pero luego un rubor se apoderó de sus mejillas y cerró los ojos algo asustado.

—Quiero olvidarle —le dijo Bill y Jared supo a qué se refería—. Ya no quiero sentirme así… no quiero que te alejes de mí, no quiero que todo lo que quiero y empiezo a querer se aleje de mí… —habló en un susurro y luego sintió los labios de Jared sobre los suyos.

No era la primera vez que se besaban, ya antes en el bosque, aunque Bill no quiso aquello, Jared le había besado, pero esto era diferente… Esto fue correspondido por Bill quien al sentirse vulnerable y vacío optó por extender sus brazos y abrazarle, ladeando la cabeza abrió un poco la boca, perdiéndose en esa sensación agradable del beso… Su vientre se contrajo en cuanto Jared movió sus labios, humedeciendo los de él de una manera única… Definitivamente aquella humedad le era muy atrayente, cómo succionaba sus labios con delicadeza y a la vez dominio. Jared destilaba fuego así como él, era extraña aquella sensación de sentirse arder, pero justamente eso le reconfortaba a los dos.

Rompieron el beso algo confundidos y luego Jared le abrazó aprisionándole en su pecho y besando la coronilla de su cabeza, las manos de Bill se aferraron en su chaqueta y ahí se quedó, ronroneando.

—Te prometo que estaré contigo, no voy a dejarte —habló Jared—. Te quiero…

—Hazme libre, por favor.

—Lo haré, te lo juro… no pasarás ni una semana más aquí, aprovecharemos el tiempo de mudanza, pero debes esperar un poco más.

Bill entendió, y después de sentirse tan miserable, al fin podía ver una salida…

***

Tom había caminado cerca de dos días por un lugar desolado, hasta que llegó a una carretera y un auto lo llevó a un pequeño pueblo.

Estaba desorientado y no sabía cómo explicar lo que le había pasado, simplemente había despertado en el agua y había salido de ese lago, era todo lo que podía decir, no recordaba su nombre, ni de dónde era.

Así que algunos hombres que lo vieron vagando por la calle le indicaron ir a la policía y ahí el oficial tomó sus datos.

—¿Y esa herida? —preguntó el oficial al verle sangrar del pecho un poco.

—No lo sé… ya no duele.

—Parece de bala, dónde habrás estado.

—No lo sé —Tom trataba de recordar—. Estuve en el cielo —dijo pues una imagen de nubes o una espesura llegó a su mente. El oficial rió ante ello y luego le mostró el computador.

—Creo que eres éste —le mostró la pantalla y Tom se quedó mirando aquella foto de su identificación.

—¿Tom Trümper? —El oficial asintió—. Suena bien… ¿tengo una familia?

—Déjame ver… vives en Hamburgo, tienes veintiún años y… sí, tienes familia.

Eso era un alivio para Tom, no estaba solo en el mundo.

Al salir de la estación policial, le dijeron que podía pasar la noche en un albergue para indigentes mientras veía la manera de regresar a Hamburgo el cual estaba a mucho de distancia, y debía buscar los números de teléfono de algún familiar.

Caminó en la oscuridad sintiendo que de alguna manera, lo oscuro se veía azulado y eso le permitía distinguir los objetos del ambiente.

—Qué extraño —se dijo a sí mismo y se sobó los ojos—. ¿Hay luna llena? —alzó la vista y no, no había luna llena—. Algo pasa con mis ojos… Quisiera recordar al menos lo elemental, dónde vivo…

***

En las afueras de Teltow, Simone lloraba desconsoladamente en los brazos de Georg y lo peor era que no podía denunciar el caso.

—Ha muerto, Georg, alguien le ha hecho daño…

—No, no pensemos eso, Bill aparecerá ya verás. —Georg miró al vacío, el celular de Tom ahora reportaba estar fuera de servicio… Algo había pasado con él, pero prefirió no decirle nada a Simone para no angustiarla más de lo que ya estaba—. Tengamos esperanzas…

—Lo intento —dijo ella.

Solo quería que esté vivo y que esté bien…

¿Podrá sacarlo? ¿Podrá recordar quién es? Lo veremos muy pronto. Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas *-* Gracias por leer~