Minino~ 29

Hola a todos~ aquí les dejo uno de los capítulos más tristes de este fic. Y quiero agradecer a Yadiii por tan bello regalo que me dio una vez! es tan hermoso, escenas de la vida de Bill, ideal para este capítulo *-* muchas gracias!!

Había muerto… Y su sangre salía por borbotones manchando la alfombra de por sí roja, Bill entró en una especie de ataque de pánico, y es que no lo podía creer, se suponía que algo así no pasaría nunca en su delante, se suponía que quizá lo más probable hubiera sido que él se muriera antes que Tom, no al revés.

Gritó y lloró desesperado sin percatarse de lo que pasaba a su alrededor. Luego de gritar y darse cuenta de que Tom no regresaría, se acurrucó al lado de su cuerpo esperando. Se hizo una bolita y no quiso moverse de ahí.

Unas manos fuertes le tomaron de los hombros.

—Hey, Bill… —le llamó Jared—. Lo lamento, ven… —Las lágrimas le impedían ver con claridad.

Alzó la vista y se dio cuenta de que querían alejarle de Tom. Había cerca de tres hombres vestidos de negro, uno de ellos tenía una bolsa grande de color negro en donde pensaba meter a Tom para sacarlo fuera de la Pen House. Misha discutía con Peter, le reclamaba airada y él solo la empujaba.

—¡No! —gritó cuando lograron tomar el cuerpo inerte de su gran amor, Bill sabía que ante ello no podía hacer nada. Sus piernas flaquearon y se arrodilló viendo como aquellos hombres jalaban a Tom. El pequeño Casimir estaba erizado cerca de la escena y no dejaba que nadie le atrapara, sin Tom él se sentía inseguro. Jared se acercó a Bill y éste de un salto se le colgó del cuello, rompiendo en llanto otra vez—. Pide que no me alejen de él, pide que no… —Le humedecía el cuello con sus lágrimas.

—No sé si podré. Se lo llevarán a un cuarto especial, lo lamento. —Le pasaba sus fuertes manos por la espalda del minino, el cual enredó su cola en uno de sus brazos, Bill lloraba sin consuelo, aferrándose a él con desesperación, Jared no le entendía, pero era de su especie, podía percibir su dolor con más facilidad—. Vamos. —Le jaló un poco.

Bill sintió tal temor. Aún no podía creer que era la realidad misma la que estaba viviendo. Escuchó a Misha gritar y Jared le alzó en brazos pues sus piernas flaquearon.

Se llevarían a Tom a algún lado para deshacerse del cuerpo lo antes posible y él no pudo más que aferrarse al cuerpo que le daba seguridad en ese momento, solo quería que el alma no le siguiera doliendo tan profundo como le estaba doliendo. Su corazón sangraba y sus lágrimas nublaban todo su ser… Eso no era llanto, era como morir en vida, así lo sentía.

—Jared, haz algo… —susurraba y se abrazaba a él fuertemente—. No dejes que se lo lleven.

—Shh… No hables, vamos. —Caminaba por el pasillo buscando alguna habitación, Bill necesitaba reposo, la impresión de su novio muerto había sido demasiado. Quería protegerlo y alejarlo de esa escena.

Metían a Tom en la bolsa negra y lo llevaban de ahí.

Misha estaba indignada, roja de la ira y Peter no podía calmarla. Al parecer todo se había salido de control en ausencia de Furst, éste estaba en un negocio importante y no quería interrupciones, eran transacciones millonarias y todo lo referente a inversiones era su pasión, así que interrumpirlo para hablarle de un muerto en la Pen House sería una grave sanción para Peter o alguno de sus secuaces.

Así que nadie lo llamó. Peter trataba de arreglar el asunto con Misha, la mujer gato estaba furiosa y le reclamaba el hecho de haber matado a alguien con Bill dentro de casa, que él era nuevo, pequeño aún, y que ella estaba segura de que Peter sabía quién era Tom. Lo había hecho a propósito casi delante del pequeño minino al que llamaban Macky.

—¡No más gritos, Misha! —le gritó dándole la espalda.

—¡De esta no saldrás! ¡No sabes lo influyente que soy sobre Furst! —Peter se detuvo en el pasillo y una sonrisa maliciosa se le formó en el labio, giró lentamente y la miró.

—¿Ah sí? Déjame reírme. Sabes que eras influyente, lo eras. Pero ahora no lo eres, hasta Jared tiene más influencia que tú. Y sabes que a Furst le mueven más los hombres… —Río y ante eso Misha no podía refutar, era la pura verdad, Furst había cambiado un poco a lo largo de los años, aunque quería a Misha, se empecinó con tener a Bill con él y también solía tomarse muchos tiempos privados con Jared y quien sabe con quienes más.

Misha no quiso discutir más, simplemente dio media vuelta buscando con la mirada a Jared, viéndolo alejarse con Bill en brazos al cual escuchaba llorar ya con menos intensidad.

Se agachó y miró debajo de una pequeña mesa que en ese pasadizo estaba, sacando de ahí al gatito negro que Tom había tenido en sus manos minutos antes cuando entró. El pobre animalito, preso del susto, se erizó, pero Misha supo ronronear para apaciguar aquello, haciendo pequeños sonidos para calmarlo y así lo consiguió.

—Vamos pequeño —le dijo y éste se le acercó pudiendo ella levantarlo en brazos. Miró a los guardias que jalaban el cuerpo de Tom en la bolsa negra, ellos lo llevaban a un cuarto temporal para preparar un auto con qué sacarlo de la Pen House sin levantar sospechas y arrogarlo a algún lado. No era la primera vez que sacaban un cadáver delante de ella. Misha aún recordaba a Lucas, el viejo científico, ella lo vio morir de un tiro en la cabeza y luego vio cómo se deshacían de su inerte cuerpo como si él no hubiese valido nada en aquella casa. Aquella vez fue la primera vez que sintió que algo realmente malo pasaba con Furst y los demás… Pero amaba a Furst.

Caminó con el gato en brazos, sabía que debía ir donde Bill y acompañarlo, sabía que estaba muy mal.

Entró a un cuarto, al de Jared, éste lo había adecuado con muchas pinturas de Egipto y todo estaba finamente arreglado. Sobre su mueble de cuero, lo recostó y acarició su rostro pasándole un pañuelo.

—Quiero morirme… —habló Bill con una voz rota, irreconocible, Jared solo asintió y se arrodilló en su alfombra, tomándole una mano y apretándola para darle ánimos.

—No sé ni qué decirte… Debes ser fuerte —Misha se acercó a la escena y se detuvo al pie del mueble con el gato entre sus brazos.

—Se supone que moriría yo antes que él… Esto no puede estar pasando, no así, ¡yo no debería estar aquí! Deben ayudarme… No pedí nacer así, ni vivir aquí. —Sus lágrimas volvían a salir a borbotones.

—La vida a veces es tan impredecible —habló Misha y Bill la miró.

—Por favor, no dejes que se lo lleven sin darle yo una sepultura… —pidió en un susurro— Ayúdame Misha, te lo suplico, no dejes que se lo lleven…

—No se lo llevarán ahora, no antes que Furst lo vea —agachó la cabeza, y es que casi podía adivinar las intensiones de Furst, gozaría su victoria.

—Quiero… quisiera verlo —miraba fijamente a Misha y ella evitaba verlo.

—No, Bill —le dijo Jared—, será mejor que reposes aquí, los guardias no querrán que nos acerquemos al cuerpo…

Misha se quedó mirando a Jared por un tiempo y luego soltó al gato junto a Bill para dar media vuelta y salir de la habitación. Miró por el pasadizo y no vio a nadie. Entró luego algo decidida.

—Bill, yo puedo llevarte con él, pero si solo me prometes no alarmarte, que será el adiós que necesitas darle antes de no verle más.

Bill no podía prometer tal cosa, simplemente lo que había pasado no debió haber pasado, él no podía prometer nada. Pero asintió fingiendo y se sentó en el sofá.

Jared le ayudó a levantarse, pasando una mano por su cintura. Su colita estaba sin movimiento alguno, colgando nada más y sus orejas hacia atrás y abajo… lucía demacrado y no era para menos.

Caminaron sigilosos por el pasillo, evitando pasar por donde había fallecido puesto que aún permanecía ahí su sangre, Bill podía olerla y ese olor era tan particular como Tom, lograba entristecerlo al solo recordar su rostro con una sonrisa coqueta en sus labios y ese piercing con el que le había rozado tantas partes de su cuerpo. Ahora simplemente ya no existía.

Misha se detuvo al final del pasillo, en una puerta marrón en donde habían puesto algunas cosas inservibles, ello sabían que ahí estaba Tom, podían olerlo.

—Por favor Bill, compostura —le dijo ella y Jared apoyó sus manos en sus hombros, le sacudió un poco, él entraría junto con Bill.

Entraron al cuarto oscuro y rápidamente sus ojos brillaron, ellos podían ver todo en colores azulados. Se detuvieron al ver el cuerpo de Tom en el suelo, en una bolsa cerrada, Bill comenzó a temblar de la impresión y Jared le abrazó impidiendo que viera aquello.

Misha se arrodilló y abrió el cierre de la bolsa, suspiró ante aquello, torció la boca totalmente desconforme y se sentó en el suelo acomodando las trenzas del chico inerte.

—Jared… —habló bajo—. ¿Crees que ellos tengan otra oportunidad como nosotros? —Jared sabía a qué se refería, pero Bill no, el pequeño se dejaba abrazar nada más.

—No lo creo, los humanos simplemente mueren… Aunque nosotros no somos inmortales, tú me resucitaste con tu sangre, pero juro que morí, aún recuerdo algunas cosas de ese día. —Bill alzó la vista y le miró a los ojos.

—¿Qué dices? —Jared le sonrió un poco y Bill miró hacia abajo, la bolsa fría que contenía a Tom. Pudo ver su rostro, sus ojos cerrados como si solo durmiese y otra vez las lágrimas amenazaban con salir.

—Un día morí por accidente y Misha me salvó.

—Fue Lucas, tú ya no te acuerdas de él, pero él era muy sabio —dijo ella. Bill la miró y se arrodilló a su lado.

—Dime de eso… —Misha suspiró.

—Jared murió cuando él era pequeño, por andar pescando en mi acuario, y le hice una transfusión sanguínea, luego de minutos vivió… —Bill se le acercó aún más y llevó sus manos a su cuello tomando parte de su chaqueta negra ajustada, tomándola de ahí y mirándola a los ojos.

—Misha… —respiraba agitado.

—No… Solo pasó con Jared porque él tiene mi sangre, los tres tenemos la misma sangre aunque no seamos hermanos, venimos del eslabón ese al que llamaron Minino.

—No me importa… —su respiración se agito y abrió más la bolsa, buscando la mano de Tom y al tomarla lo helada y algo dura que estaba le hizo soltar un quejido—. Debe haber una forma… Quiero darle mi sangre, debe haber esa forma, debe funcionar.

Misha entristeció al solo verlo así. Ella estuvo así de desesperada cuando Jared murió. Ella sabía lo que se sentía, había sido capaz de casi quedarse sin sangre por solo saber si de verdad funcionaría o no.

Se levantó y comenzó a buscar con la mirada en aquel lugar en donde había muchas cosas que trajeron de la otra casa, entre ellas parte del equipo de Lucas, su computadora y algunos experimentos que él había creado.

—Tienes que estar muy loco Bill y creo que también yo lo estoy, pero si no lo intentamos no dejarás de jodernos con eso eternamente. —Ella buscaba algo y logró encontrarlo. Jared se cruzó de brazos y mantenía la distancia de ellos, enarcó una ceja al ver a su “mamá” con una jeringa en la mano.

—Estás loca, Misha —le dijo él.

—Sí, es probable que no funcione, así solo comprobaríamos que solo pasa en nosotros… tómalo por ese lado.

Bill se remangó la chaqueta y él mismo tomó la jeringa sacándose su propia sangre y luego pasándola al brazo de Tom. Misha le ayudó.

—Por favor, por favor… —suplicaba, los minutos pasaban y nada extraño pasaba.

—Tiene una bala —interrumpió Jared—. Lo siento, pero no vivirá, tiene una bala en el pecho, este tipo está muerto, solo Bill quedará sin sangre y estará más débil que nunca. —Misha le miró con el ceño fruncido.

—¡Di mucha de mi sangre por ti alguna vez! Deberías apoyar. —Bill también le miró con desaprobación, Jared suspiró y se les acercó. Se sentó al otro lado del cuerpo de Tom y abrió parte de su polera rasgándola un poco, pudo ver la herida de bala en su pecho sacó una navaja de uno de sus bolsillos, Misha tapó los ojos de Bill en cuanto supo las intenciones de Jared.

—Necesita una operación —diciendo eso le clavó la navaja y dio con la bala encarnada en uno de sus pulmones, demoró algo en sacarla, pero lo logró. Y luego le quitó a Bill la jeringa de la mano, inoculándosela para sacar él parte de su sangre—. Hago esto solo porque luego sé que me reclamarás… Lamento decirte que un cuerpo así de deteriorado como el de él no tiene posibilidades de revivir, en serio que no lo hará, pero pondré mi sangre solo para no verte desangrarte por las puras.

—Jared… —Bill se apoyaba en el hombro de Misha puesto que se sentía mareado.

Una hora pasó y ninguno quería hablar de lo que estaba pasando… el olor de sangre de Tom era muy, pero muy intenso a comparación de la sangre de ellos así que los tres decidieron salir de ahí. La herida hacía que la sangre de Tom se saliera aún más junto con la que ellos inoculaban. Era un experimento mal realizado en las peores condiciones posibles. Pero Bill se aferró en un abrazo de agradecimiento a ellos dos, de todas maneras no les reclamaría nada… Ya todo se había intentado.

—Solo quiero regresar a casa… por favor, no soy de aquí.

—Sabemos eso —le dijo Misha—. Y créenos que es nuestro sentir, no te queremos aquí… En cuanto podamos serás libre, lo prometo.

***

Furst llegó a casa y la gran sorpresa que encontró le emocionó perversamente. Aún no quería buscar a sus gatos, solo quería permanecer en ese cuarto en donde Tom permanecía.

—Impuro… —reía—. Quería ser yo el que te dé el tiro de gracia, pero bueno, no siempre se tiene lo que se quiere y eso lo sabes tú precisamente. —Miró a su mano derecha—. Peter, quiero que lo desaparezcan, totalmente, que no quede rastro de él por ningún lado.

—Entendido.

Esa misma noche, los hombres de Furst lo sacaban en un auto camuflado. Ellos ya habían hecho ese trabajo antes, no era la primera vez que desaparecían un cuerpo. Aunque por estar en Teltow, les costó buscar un lugar desértico en donde enterrarían su cuerpo, pero encontraron un lago a dos horas fuera de la ciudad. El problema era cómo llegar al medio de éste para echar el cuerpo. Tuvieron que ser hábiles en poder robar una balsa cerca de la orilla y así remar en medio de la noche hasta una distancia adecuada en donde tirarían la bolsa del cadáver. Uno de ellos le amarró una enorme piedra en las piernas como para que no flotara.

Antes de que diera el amanecer, tiraron el cuerpo y certificaron que se hundiera en el fondo del lago. Y así fue. Los hombres regresaron a la Pen House después de un largo viaje…

***

Furst tramaba algo. Sentado en su sala especial, pensaba. Él era un hombre muy calculador. Peter le había informado que sus criaturas se habían aliado, se habían juntado los tres debido a que el menor de ellos había visto el asesinato de Tom. Le había dicho que Misha le hizo problemas, que veía en ella actitudes rebeldes y que estaba casi seguro de que ella había tenido toda la intención de hacer entrar a Tom a la casa. Eso fastidió mucho a Furst… Misha se le iba de las manos así que llamó a Peter cerca de la madrugada y el hombre acudió a su despacho casi en pijamas.

—Quiero que me hagas un favor —habló Furst con gruesa voz y le extendió un bate de béisbol—. Destroza este lugar y luego métete una paliza tú mismo. —Peter le miró extrañado, pero sabía que Furst hablaba muy enserio.

Casi dudando, casi temiendo, la oficina se volvió un infierno de sonidos agresivos, gritos y demás. Peter no podía golpearse a sí mismo, así que Furst le hizo el gran favor y le dejó moretones en el rostro muy notorios… Eran órdenes.

Aquel alboroto no pasó desapercibido por los hombres gatos.

Misha dormía en la habitación principal, esperando a Furst con mucho fastidio. Y por otro lado, los guardias habían permitido que Jared estuviera con Bill en la habitación, aunque precisamente no podían dormir, el menor estaba aún conmocionado, no concebía su nueva realidad, no la aceptaba y no lo haría. Jared le entendía y decidió permanecer a su lado para consolarlo.

La mujer gato, no pudo soportar la curiosidad y se levantó para caminar sigilosa por el pasillo, viendo luego salir de la oficina principal a un amollado y golpeado Peter el cual le miró con ira y pasó de ella. Así que entró a la oficina viendo a Furst arreglando su traje algo manchado de sangre.

—Misha… ¿Qué haces aquí? —Ella le miró consternada.

—¡Qué pasó aquí? —Él le sonrió de lado.

—El idiota de Peter te gritó, me lo contaron; además de que se pasó… ya sabes, haber matado a ese hombre, jamás le di una orden así, estoy seguro que Macky está destrozado, eso es actuar sin corazón, estoy pensando despedirlo, pero sabes que no puedo, Peter sabe demasiado, así que le di una fuerte paliza.

Misha se quedó pensando. Ella creía conocer a ese hombre, creía tener su corazón, pero en vez de creerle, prefirió dudar y por primera vez en su vida, fingir delante de él. Se le acercó y le limpió con su lengua parte de su mejilla ensangrentada. Y Furst se sintió aliviado, al menos tenía a ella. Ahora debía planear cómo tener a los otros dos, eso le estaba costando mucho, últimamente no todo salía como él quería.

***

—Ayúdame Jared, te lo suplico.

Estaban en la oscuridad de la habitación, sentados en la cama uno al lado de otro. Ya Bill se había cansado de llorar, ya había asimilado que estaba solo sin Tom en este mundo y que ahora, por causa de eso, las cosas serían muy distintas.

Debía dejar de lado su corazón y buscar sobrevivir lejos de Furst.

—Quiero ayudarte, pero esto es distinto a todo lo que tú has vivido afuera. Tenemos un sistema y podemos hacer muchas cosas siempre y cuando no vaya en contra de Furst, el jefe. Si logras llevarte bien con él nada malo te pasará, pero si le desafías… estarás en problemas y no quiero que eso pase pues Furst es severo. —Bill le miró y frunció el ceño.

—¡Y le quieres! —reclamó, Jared evitó su mirada y pestañeó seguido.

—Bueno, en verdad que sí, él tiene muchas caras, una de ellas… llegué a querer mucho un lado suyo, y solo lo muestra conmigo, no puedo evitar quererle.

—Misha también le quiere como tú le quieres… eso no es amar, eso es… no sé qué sea, pero no me gusta. Quiero escapar, no podré verlo, menos al otro tipo que mató a Tom, simplemente no podré —suspiró resignado apoyando su cabeza en el hombro del otro, Jared le abrazó.

—En cuanto pueda te ayudaré… lo juro, y también me iré contigo. —Bill le miró a sus ojos destellantes y Jared le sonrió.

Jared quería vivir como los humanos comunes: en una casa y teniendo a alguien a quien amar. Bill tenía una familia, así que Jared deseaba saber qué se sentía tener una.

Furst terminó acostándose con Misha y luego encendió un cigarro junto a ella.

—Quiero que me apoyes —le acarició la mejilla y la mujer gato comenzó a ronronear.

—Dígame, amo…

—Quiero que me ayudes a tener a Jared y Macky de vuelta, sé que ellos están ahora molestos conmigo, pero no fue mi culpa que muriera ese tal Tom, ¿me ayudarás? Juro recompensarte… —Ella dudó mucho, en el fondo sabía que Furst habría matado a Tom si es posible, que decía ello solo para manipularla… Ya antes había pasado.

—Sí, haré lo que pueda —contestó, recibiendo luego un agradable beso en sus rojos labios.

***

En las aguas de un frío lago, el corazón de Tom volvió a latir intempestivamente debido a que una anguila había rozado la bolsa que se hundía en el lago liberando una pequeña descarga eléctrica.

En plena y tenebrosa oscuridad, abrió la boca para respirar, pero estaba en una bolsa carente de oxígeno. No tenía memoria ni conciencia de lo que pasaba, solo buscaba vivir, solo eso. Su desesperación le llevó a romper la bolsa con sus propias uñas y así nadar hacia la superficie.

El agua estaba tan helada, pero misteriosamente su corazón latía más rápido de lo normal…

Lo que tenía que pasar, sí, revivió... veremos qué más pasa. Comentarios, sugerencias y críticas, son bienvenidas~ gracias por leer.