Póster - 60

Y al fin, lo que todos estaban esperando, ok no XD pero bueno, me gustó escribir este capítulo *-* saludos a todos, los quiero mucho~

Bill luchaba con Tom sobre él de manera posesiva. Para él eso no estaba del todo correcto.

—Tom, ¿eres mi groupie? ¿Qué tan fan eres?

—Soy todo lo que quieras, precioso.

—¿Una groupie?

—Sí, con minifalda si quieres. —Ambos rieron y volvieron a besarse, pero la lucha por el dominio continuó.

—Quédate quieto. —Le decía Bill tratando de tomar sus brazos para voltearlo en el sofá cosa que Tom no tenía pensado hacer, se friccionaba cada vez más contra Bill queriendo ser albergado entre sus dos largas piernas, pero Bill no las abría.

—No, te quiero así.

—Eres mi groupie, las groupies no dominan a sus artistas, ahora ¡quítate de encima!

Usando su fuerza logró tomar a Tom de los brazos y empujarlo lejos de su cuerpo para luego dejarlo caer en el sofá y Bill se puso a ahorcadillas sobre él. —Así está mucho mejor.

Las manos de Tom fueron hacia sus caderas y se aferraron ahí para sonreírle de lado muy provocativamente, le gustaba tener a Bill así, sobre él… Sus manos bajaron un poco hacia sus casi inexistentes nalgas y las acarició por encima del pantalón, Bill sonrió un poco.

—¿Te gusta, verdad? —Tom asintió.

—A mí también —soltó una risita para luego tomar sus manos y retirarlas de su trasero y con un forcejeo logró voltearlo a las malas contra el sofá.

—¡Qué haces!

—Quiero tenerte así.

—¡No! ¡Joder, Bill!

Como los hombres que eran Bill usó la fuerza propiciando golpes en la espalda de Tom hasta que éste decidió rendirse recostando totalmente su cuerpo boca abajo en el sofá de cuero. Gruñía y se quejaba pero luego sintió los labios de Bill en su nuca, le había alzado la coleta que contenía sus rastas y le repartía besos ahí como para relajarlo.

—No sé qué pretendes —dijo Tom entrecerrando los ojos, le gustaba los labios de Bill en su piel.

—Voy a jugar contigo un poco.

—Grr…

Le quitó la polera y acarició con sus uñas su espalda llenándola de algunos besos, Tom sólo suspiraba, era como un agradable masaje.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —habló Tom desde su posición y Bill se le acercó.

—Sí —susurró en el oído provocando una sonrisa en Tom.

—¿Ayudaste a Katherine?

—¿Quién mierda es Katherine? —Tom frunció un poco en entrecejo.

—La sirvienta.

—Ah, ésa. ¿Acaso la volviste a ver?

—Dime, ¿hiciste algo por ella?

—Por ella no, por su escuela…

—¿Cómo así? Quiero saberlo.

—Que mata pasiones eres. —Se restregó contra Tom haciéndole notar su erección en su baja espalda, Tom enrojeció un poco—. Le dije al encargado del hotel que me diera su número y así lo hicieron, hablé con ella preguntándole algunas cosas, estaba llorando porque creía que perdería su trabajo, ya le habían advertido y me mencionó lo del proyecto de la escuela. Eso fue todo.

—Y la ayudaste.

Bill le lamió la mejilla y le susurró un débil “Sí” que emocionó mucho a Tom.

—¿Y cuándo pensabas decírmelo?

—¿Podemos dejar de hablar de sirvientas?

—De acuerdo… Sólo quiero decir que ese gesto me pareció el mejor de tu parte. —Bill volvió a restregarse y Tom jadeó cerrando su boca para no decir más.

Ese hecho ya estaba aclarado y ahora su corazón latía intensamente.

Vio, por el rabillo del ojo, las ropas de Bill caer al piso, primero la camiseta, luego la correa y se burló de lo mucho que le costaba quitarse las botas aún sobre él para seguir aprisionándolo contra su cuerpo y el sofá, entonces tuvo la sospecha de sus intenciones.

—Bill, ni te atrevas.

—¿A qué? Aún no te hago algo —rió cerca de su oído masajeando sus costados sintiendo cómo se contraía por las casi cosquillas que le producían sus dedos. Bill no quería un ataque de risa de parte del otro así que prefirió mantener sus manos sobre su espalda—. Qué lindos lunares —le canturreó.

—¿Me dejarás tocarte? —Bill rió otra vez y se le pegó aún más mordiendo una de sus orejas.

—Sí, pero sólo si me das el póster, sólo así me dejaré todo lo que quieras.

—Te dije que no, ese póster es mío.

—Entonces calladito te ves mejor.

Tomó sus brazos y Tom no pensó que sería capaz de amarrarlo con una cadena que tenía hace minutos como collar y así lo hizo pese a las quejas y gritos de Tom. El nudo fue algo fuerte que Tom se asustó un poco.

—No sé qué quieres pero no es gracioso, Bill. Será mejor que me liberes —decía con ambas manos hacia atrás moviendo los hombros queriendo liberarse. Bill reía y luego Tom vio caer a un lado su pantalón, pestañeó seguido al sentir las piernas desnudas de Bill una a cada lado de su cintura—. Bill… —reclamó otra vez.

Las manos de Bill se adentraron por debajo de su pantalón y pellizcaron una de sus nalgas, Tom se sobresaltó un poco.

—¿Alguna vez te han dado por detrás? —preguntó Bill.

—¡No! Deja de preguntar estupideces.

Se removió, pero Bill terminó por quitarle el pantalón jalándolo fuera de su cuerpo con todo y sus bóxers.

—¿Sabes, Tomi? Te aprovechaste de mí y aún me duele. —Le dio un manotazo en la espalda—. Pues te follaré ahora y estaremos a par.

—¡Grr! No me parece. Lo que pasó ayer fue consentido, ambos lo quisimos…

—¡Te aprovechaste! No debiste hacerme caso.

Tom sintió algo de temor, no sabía si debía dejarse llevar o no, estaba algo incómodo, pero a la vez sabía que así estaría mano a mano con Bill. Resignado bajó la cabeza suspirando hondamente se dejó.

Bill le abrió las nalgas y un gritito de sorpresa se escuchó en la sala. —No, no, no… —decía Tom una y más veces.

Bill escupió entre ellas pasando luego sus dedos penetrándole con dos de ellos. Tom se removió, pero luego sintió los labios de Bill en su nuca.

—Tranquilo o te dolerá. —Tom apretando los dientes, se dejó llevar.

Bill le desató el nudo de las muñecas y Tom apoyó sus manos sobre el sofá soportando ese dolorcito especial en su parte trasera.

—Será mejor que seas cuidadoso —pidió agitado.

Nunca imaginó estar así.

Sintió a Bill apoyarse en sus manos a los lados de sus costados y sus piernas entre las suyas ya separadas, su vientre rozó su espalda y sintió mucha humedad en su trasero aparte de la gruesa entrepierna de Bill rozarle de arriba hacia abajo.

Le besó el cuello cual pequeño vampiro, mordiéndole un poco.

—¿Estás listo? —preguntó al oído.

—No, no lo sé —pestañeaba seguido—. No confío en ti, Bill. —El mencionado le vio a los ojos y le sonrió.

—Lo sé. —acercándose a sus labios lo besó suavemente—. ¿Podrás hacer una excepción? —Le acarició la mejilla.

—¿Pretendes quitarme el póster? Haces esto por eso, ¿verdad?

—Humm… buen punto, pero ¿sabes algo? No quiero saber de ese póster por estos días, ya no me importa como antes, quiero pasarla bien, ¿tú no?

—Es difícil… me confundes. —Bill le soltó las rastas acariciando sus brazos, comenzando a friccionarse de tal forma que provocaba a Tom.

—Seré cuidadoso, lo prometo. —Lamió su oreja—. Si no la meto ahora te dolerá después.

—Hazlo —dijo cerrando los ojos, apoyándose en sus codos con ambas manos en su rostro.

Una mano de Bill se dirigió hacia una de sus nalgas y dirigió su miembro hacia la estrechez del otro.

Ahogó un vergonzoso grito y sólo se entregó, pero entregó sólo su cuerpo, tenía temor de darle más que eso, sabía que su corazón no sólo latía acelerado por el placer, era consciente que quizá pasaba algo más en todo eso.

Y tuvo que tomar las riendas de su corazón en ese momento disponiéndose a disfrutar más que desear todo de Bill, desear su corazón también. Prefirió concentrarse en el delirante placer que le generaba el miembro de Bill dentro de su cuerpo, el bello vibrar de su cuerpo sobre su espalda y los gemidos en su oído.

XDD lamento el gif, a que está mono *o* XD ok; bueno, Tom no quiere entregar su corazón, sus razones tendrá~ veremos qué más pasa. Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas. Gracias por leer.