Minino~ 11

Hallo n_n~ siguiendo con las actualizaciones de este fic, este capítulo es uno de los más importantes, se llama "Revelación" y verán por qué. La imagen llega gracias a Allsocreepy *-* quien me la regaló y es perfecta para esta escena. Saludos a todos~

 "Mi amor por ti es más grande que esta confusión"

Se puso frío al instante, su respiración se había agitado y tenía la mente como en blanco, sentía que vivía una atroz pesadilla. Un escalofrío le recorrió el cuerpo mientras lo veía caer como en cámara lenta. 

Vio como extendía sus piernas y brazos como planeando, y luego, mientras caía más y más, la oscuridad de la noche lo envolvió y no pudo verlo, ni escuchar nada de él… Nada, entonces supo que era el fin. ¿Qué persona sobreviviría una caía desde el sexto piso? Si es que estaba vivo quedaría con alguna seria lesión. Eso era un hecho. 

Se quedó por algunos segundos con las manos aferradas a la baranda, tratando de respirar por la boca de manera que no se sintiera desfallecer, porque eso creía sentir en ese momento. Las piernas le flaqueaban, el cuerpo le temblaba y su mente no podía procesar aquello. 

—No ha pasado, no, no, no… —Cerró los ojos— ¡Bill! —gritó lo más alto que dio su voz y luego dio media vuelta, saliendo de la casa. 

Corrió por el pasillo rumbo al ascensor, todo se hacía tan lento, y cuando este ascensor de abrió, entró en él. Veía los números descender y temía tanto mirar a Bill. Había pensado decirle a Simone, pero se sentía tan culpable que lo único que quería constatar en ese momento, era si Bill estaba vivo, o no. Si fuese que no, él pensaba en morir también. En su mente no cabía la idea de enfrentar todo aquello sin Bill. 

La culpa lo carcomía por dentro, todo por tocarlo… El pensó eso, que por tocarlo más de la cuenta, Bill había saltado asustado. 

Mientras más bajaba, se ponía a pensar en aquello que había tocado de él, ¿acaso era una malformación de su cuerpo? Se puso a pensar en una serie de cosas, cosas raras que venían a su mente, una más loca que la otra. 

—¿Y si no es humano? —preguntó a la nada justo cuando la puerta del ascensor se abrió. 

Salió corriendo de ahí, para luego dar la vuelta al edificio, hacia un pequeño callejón por donde suponía estaría su cuerpo. Antes de dar vuelta una esquina, suspiró tratando de controlar sus emociones, tenía tanto temor de verlo, no se lo perdonaría si ya no existiera en el mundo, o si estaría muy grave y muriera antes de recibir ayuda. Sacó su celular para marcar los números de emergencia. Pero al llegar al lugar, no encontró a nadie… Miró desesperadamente a todas partes. 

—¿Bill? —Su corazón latía, tenía mucho temor, ¿qué había pasado? Comenzó a creer seriamente en lo paranormal, que algo extrañamente pasaba—. ¿Bill? ¿Estás ahí? —Se acercó a unos contenedores de basura, y buscó alrededor. 

Luego de no verlo por ninguna parte, empezó a creer que estaba en algún lado, que se había levantado de ahí y había salido del callejón. 

—Dios mío. —Suspiraba sonoramente, con los ojos muy abiertos ante cualquier señal, las manos le temblaron, pero tomando su celular decidió marcar el número de Bill. Genial idea. Una música que él conocía sonó en aquel lugar y luego fue apagada rápidamente—. ¡Bill! —Casi gritó totalmente desesperado, había escuchado la música del celular del otro muy cerca de ese lugar. Bill estaba ahí, pero, ¿dónde?—. Sé que estás aquí… ¿Estás bien? —Qué pregunta más estúpida, había caído del sexto piso, era lógico pensar que estaba gravemente herido—. Bill, por favor… —Su agitada respiración le impedía hablar coherentemente, pero sabía que estaba por ahí, en la oscuridad de aquel callejón. Buscó en su celular la opción “linterna” y el aparato se iluminó un poco, entonces con él en mano, empezó a enfocar a todos lados. Así que pensó, Bill no le daba la cara por alguna razón—. Lamento haberte… no quise hacerlo Bill… solo que noté en ti algo extraño. —Se quedó pensando en aquello que pudo tocar de su cuerpo, nada venía a su mente en ese momento—. Bill, por favor, sal de donde quiera que estés… por favor. —Casi suplicaba totalmente angustiado, hasta se le formó un nudo en la garganta de solo pensar que lo perdería, que lo había asustado con esa manera de tocarlo. Pero, ¿cómo pudo sobrevivir a una caída de esa altura? 

—… —Una especie de suspiro se escuchó en el callejón haciendo que Tom enfocara su celular linterna en dirección de una esquina y vio una sombra negra moverse tan rápido. 

—¡¿Bill?! —Algo subió a la parte alta de una pared que dividía ese callejón de otra parcela—. No te haré daño, lo juro. 

—Apaga la linterna —habló una minúscula voz, una voz entrecortada. Era Bill. 

Tom se quedó petrificado por un momento con el celular en mano, pudo distinguir de dónde provenía esa voz, pero no enfocó con la linterna, solo la apagó obedeciendo. 

—Dime que estás bien, no me mientas, Bill. 

—Estoy bien —habló bajito desde ahí arriba. 

—Siento mucho haberte asustado… juro no volver hacerlo —calló por un momento dándose cuenta de lo estúpido que todo sonaba, frunció el ceño y enfocó su vista en la sombra negra que veía allá sentado en la pared—. ¿Qué pasó? ¿Cómo… cómo pudiste salir ileso de esa caída? No me mientas… —Hubo un silencio algo prolongado en las cuales Tom intentaba acercarse más al muro, pero podía divisar que Bill se alejaba un poco y que intentaba escalar una pared colindante—. No te vayas… 

—No te muevas… 

—Está bien, no lo haré, aquí me quedo esperando por ti todo lo que quieras. —Escuchó como Bill suspiró. Tom estaba al borde de un ataque de nervios por todo lo que había pasado—. Entiendo si… si todo se deba a algo paranormal, quiero saberlo. 

—Es difícil de explicar… 

—¿Eres… eres un vampiro? —Había notado hace tiempo que tenía dos pequeños colmillos, a Tom le parecía muy sexy eso, por eso y sus ojos celestes lo llamaba “minino”, esa manera de escalar las paredes, y prácticamente volar, habían hecho que pensara de esa manera. Además había dicho que podía intuir cosas. Definitivamente en Bill había algo paranormal que quería descubrir. 

—No… —Rió un poquito y causó desesperación en Tom, quien se acercó un poco más—. No, no te acerques… por favor. —Tom se detuvo. 

—No haré nada, sólo quiero que me digas la verdad, no busco nada más, por favor Bill, baja de ahí y hablemos. —Pronto en la oscuridad pudo ver dos ojos de gato brillar, era Bill quien lo miraba—. Oh… tus… tus ojos. —Lo vio parpadear varias veces, Bill no decía nada. 

—¿Te asusto? —Bill podía verlo, claramente, cada gesto, cada mueca que él hacía en la penumbra, pero Tom no podía divisarlo, solo sus ojos, su cuerpo era percibido como una gran sombra oscura. Bill podía ver que su novio sí estaba asustado, lo miraba extrañado tratando de enfocarse en él. 

—No… —apenas dijo—. Eres Bill y no me asustas… —Muchos pensamientos extraños azotaban la mente del trenzado, no sabía cómo explicar lo que veía—. Hace un tiempo vi tus ojos brillar de esa manera. Bill, baja de ahí, hablemos. 

—Sí estás asustado. —Bill tenía temor, él podía divisar los labios de Tom, la manera en cómo temblaba y pestañeaba nervioso, ansioso y temeroso de lo raro que todo era. 

—No lo estoy, en serio que no —pero mentía y eso estaba muy claro en Bill quien suspiró resignado, no quería mostrarse a Tom, no cuando podía percibir que se asustaría—. Bill, no me iré de aquí hasta hablar bien contigo… así tenga temor, ¿eso qué? Mi amor por ti es más grande que esta confusión de no saber qué pasa… —Bill se mordió el labio, indeciso. 

—¿Me amarías aún sabiendo que soy… una rareza? —Vio como Tom fruncía el ceño y pestañeaba rápido intentando dar una respuesta. 

—Te amo, eso no cambiaría así seas diferente, no se puede dejar de amar al menos que tú ya no me ames. —Bill se emocionó y se sentó más cómodo aún arriba de la pared. 

—Sí te amo. —Era la primera vez que le decía algo semejante a alguien, así que su corazón latía tanto, quería bajar a los brazos de Tom, pero aún dudaba de cómo éste pudiera reaccionar con todo lo que él era. 

Vio a Tom sonreír emocionado y hasta suspirar, aquello no era mentira. A Tom le dolían los ojos de tanto querer verlo en la oscuridad, quería saber qué pasaba con Bill en verdad. 

—¿Puedes bajar de ahí ahora? —Tom se acercó más a la pared y miraba a todas partes buscando alguna forma de encontrar algo para subir hacia Bill. 

Bill dio un salto y bajó, pero corrió hacia una esquina —Bill, por favor, no te veo, sal de donde quiera que estés… —Tom tenía en la mente que buscaba un gatito o algún animal en vez de un humano. Bill vio que Tom estaba por usar la luz de su celular. 

—¡No! No prendas esa cosa, estoy aquí. —Tom siguió su voz y en una esquina logró ver su sombra y sus ojos brillar como los de un gato, poco a poco se daba cuenta de lo que quizá era, enmudeció al unir piezas en su cabeza de la rareza de su novio, pero el amor que le tenía seguía intacto. 

Caminó dudoso hacia él, Bill podía ver todo su temor e inseguridad, lo vio alzar una mano algo temeroso y Bill se la tomó, entonces Tom sonrió un poco aliviado. Su mano estaba helada, y el menor con ambas manos decidió calentársela. 

—Bill… —le susurró en la oscuridad cuando se acercó un poco más hasta poder abrazarlo. Bill podía percibir sus temblores, Tom estaba asustado, aún así estaba con él. 

—No soy quien debería ser para ti…—dijo lloroso, a lo que Tom empezó a desesperarse. 

—Eres todo lo que quiero, tal y como eres… —Bill tomó ambas manos de Tom y las puso en su cintura, nunca había hecho lo que iba a hacer en ese momento, Tom sintió como empezaba a temblar—. Estoy aquí, tranquilo, no te haré daño —lo decía para intentar calmarlo, aún no sabía por qué el otro temblaba tanto. Tom no podía verlo, apenas sus ojos brillar, pero obedeció a Bill y posó ambas manos en su cintura, luego puso las manos de Tom un poco más abajo y atrás. Sintió a Tom emocionarse, vio que se mordió el labio y se ruborizó un poco, Bill sonrió tímido, pero Tom no podía verlo. 

—Tócame un poco y… —agachó la cabeza—. Dime si eso… si eso te molesta… 

—¿Eso? —Empezó a buscar en su baja espalda, metió sus manos por debajo de su polera y logró tocar aquella extraña cosa que salía de ahí… —¿Qué? —Bill temblaba de temor a su rechazo, pudo ver los ojos de Tom abrirse y poner una mueca de asombro cuando logró envolver en su mano su suave cola y luego deslizarla hasta el final de ésta. Bill envolvió su cola en uno de los brazos del otro para que sepa que era suya—. Tienes una cola —susurró intentando calmar su temor, Bill pudo ver todo el esfuerzo que Tom hacía, así que eso lo relajó un poco, no lo había rechazado. 

—Sí… —Tomó las manos de Tom otra vez, éste no sabía qué decir, estaba anonadado por la nueva información. Subió sus manos sobre su cabeza —Tócame —le susurró tímido. Tom tocó por primera vez sus suaves cabellos. 

—Estás sin la gorra. —Bill asintió y sintió como las manos de Tom se detuvieron en sus dos orejas gatunas, Bill las movía ante su tacto —Eres un minino… —Vio como se formaba una sonrisa en sus labios, no pensó que Tom reaccionara así—. Eres… jamás he visto u oído de alguien como tú, eres único. —Posó ambas manos sobre su rostro, acariciando sus mejillas calientes. 

—¿No te asusto? —Las manos de Bill fueron sobre las de Tom. 

—No me asustas… —Se acercó aún más y Bill abrió un poco la boca recibiendo el beso de su novio. 

Que paz empezó a sentir, como si un gran peso hubiera caído y eso lo llenó de esperanza. 

Por su lado, Tom no podía creer todo lo que esa noche estaba viviendo. De todas maneras la condición de Bill lo llenaba de una especie de temor extraño, temor al futuro y a lo que debería hacer, ¿debía hacer algo? Estaba seguro que era un secreto de Bill y en su mente no había ninguna justificación para que él haya nacido así… a su mente comenzaba a llegar una serie de dudas, pero se las callaría por ahora, había podido sentir el temor de Bill al confesarle semejante cosa, por hoy había sido suficiente. 

—Minino… quiero verte —dijo al separarse un poco, buscó su celular, pero una mano de Bill se lo impidió. 

—No, salgamos de aquí, pero no encuentro mi gorra así que… 

—No te preocupes, te cubriré con… —Tom no tenía chaqueta. Pero Bill miró hacía arriba del edificio, la ventana de Tom estaba abierta. 

—Descuida, subiré por… aquí, y allá nos vemos. 

—¿Qué? —Tom pestañeaba dudoso. 

—Por aquí —vio como Bill saltaba hacia la pared, Tom empezó a desesperarse como aquella vez en que Bill había subido un edificio para ayudar a una mujer. 

—Espera… ten cuidado. —Esta vez vio como Bill podía subir el edificio con una velocidad nunca antes vista, Tom se quedó petrificado cuando lo vio entrar por su ventana y curiosamente le vio la cola cuando terminó de entrar, vio que Bill se asomó por la ventana le hizo una seña para que él subiera. 

Tom sonrió ante eso y prácticamente corrió de regreso al edificio. Había un mar de emociones extrañas en su ser, algo que no sabía cómo explicar. Por una parte era sumamente emocionante conocer eso de Bill, y por otra, era atemorizante saber que estaba con alguien así de especial. 

Se secó el sudor de la frente mientras estaba en el ascensor, y cuando éste se abrió, corrió hacia su departamento, buscó sus llaves tan velozmente y entró en él. 

La casa vacía, y él se intimidó un poco. 

—¿Bill? Cariño, ya no te ocultes de mí… —Caminó sigiloso por su sala y entró a su cocina, no estaba ahí—. No es gracioso. —-Rió un poco nervioso. 

—… —Escuchó como un suspiro cerca de su habitación y corrió hacia allá, entró en ella y al parecer no había nadie. 

—Minino… —Se sentó en la cama resignado—. No haré nada, ¿de acuerdo? —Luego de escuchar una pequeña risa, su mirada se enfocó sobre su armario, uno grande de madera, y sobre éste, Bill yacía ahí sentado—. Baja de ahí. —Tom le sonreía emocionado, estaba sin ninguna gorra sobre su cabeza y podía ver su cola moverse tanto, estaba ansioso. Bill le sonrió desde su posición—. Ven… —Se puso en pie y le extendió una mano, se tuvo que empinar para poder tocarlo. 

—Puedo solo. —Y de un salto estaba en el suelo, se ruborizó al sentirse así de expuesto en la luz de la habitación. 

Tom simplemente lo abrazó, había sido una noche demasiado estresante para ambos. Besó su frente y luego sus labios, no quería romper la cercanía. 

—Prométeme que confiarás más en mí. —Lo miraba directamente a sus ojos celestes. 

—Lo intentaré. —Abrazó a Tom y se apoyó en su pecho—. Perdón si te asusté… —apenas susurró. Tom volvió a tomar su rostro para mirarlo fijamente a los ojos. 

—Una linda criatura como tú, ¿cómo crees que podría asustarme? —Lo tomó de la cintura separándose un poco para apreciarlo del todo bien. Le sonreía mientras pasaba su vista de arriba hacia abajo, Bill se ruborizó un poco—. Muéstrame tu cola —Bill se agitó un poco, pero obedeciendo se dio la vuelta bastante nervioso, tenía el pantalón ligeramente bajado cosa que su cola salía y se movía de un lado al otro, Tom rió ante ello. 

—No te burles… —susurró nervioso. 

—No lo hago, me gusta… me encanta Bill, aunque no sea para nada común, no pensé decirlo alguna vez. ¿Puedo tocarte? —Bill lo miró por sobre su hombro, y asintió tímido. 

—Pero… no mucho. —Se ruborizó, y es que a Bill le gustaba mucho las caricias, solo que su comportamiento podría ser tan vergonzoso si es que no pudiera controlar las sensaciones que eso le producía. 

Las manos curiosas de Tom se posaron en sus caderas y alzando un poco la polera, logró tocar su piel, bajando un poco más pudo tocar su baja espalda y de donde nacía la cola. Bill comenzó a agitarse, con una mano Tom bajó un poco los pantalones de Bill, apreciando su ropa interior, no quiso ir más allá, solo se deleitó con tocar la colita del minino y de paso le dio una pequeña nalgada, con lo cual el menor se alejó algo nervioso. 

—Lo siento —se disculpó Tom para luego abrazarlo por detrás pegándolo a él, para susurrarle—: Te amo minino… 

Bill cerró los ojos sintiendo las caricias de Tom en su cintura y lo agradables que eran las cosquillas en su cuello cuando respiraba cerca de él. 

Estaba tan aliviado y cómodo que no podía expectar qué sería del mañana.

Y así es como empiezan una relación sin más mentiras, eso creo xd besos <3 <3