Póster - 32

Hola~ *-* pues, lamento tardar un poco, aquí les traigo otro capítulo de este fic largo de capítulos cortos. Besos

Saki lo miraba extrañado mientras Bill se lamentaba gruñendo de rabia aún en la puerta de la casa del fotógrafo. 

Estaba desilusionado. 

Regresaron en silencio al auto y ya la luz del nuevo día alumbrada esa zona de Hamburgo. Bill entró al auto pesadamente y Georg despertó. Tom se puso en alerta cuando Bill le tiró el póster para que él lo tuviera. 

Ahora sabía que no podía dormir o aparecería el otro Bill, ahora más que nunca debía planear muchas cosas. 

—Llévanos a casa —pidió al chofer. 

—¿Qué? Espera, quiero ir a la mía —reclamó Tom. 

—Mantén tu trasero pegado al asiento ahora, nada de ir a tu casa, iremos a la mía. 

—¿Estás loco? Yo me bajo. 

—Saki. —diciendo eso, el guardaespaldas salió del auto intimidando a Tom quien prefirió ponerse el cinturón de seguridad otra vez permaneciendo en el auto, Saki regresó y arrancó con velocidad. Bill miró a su lado, Georg quería dormir—. ¡No duermas! Necesito que me vigiles, no dejes que duerma ni pestañee, nada, ¿de acuerdo? 

—No entiendo… 

—No me importa, solo ayúdame en esto. 

Viajaron cerca de una hora, ya la mañana alumbraba toda la autopista y llegaron a la zona residencial en donde estaba su mansión. Debía reunirse urgentemente con David Jost, explicarle algunas cosas de real importancia, aunque estaba seguro que no le creería el hechizo del póster, así que debía imponer alguna cosa. 

Ordenó a Saki retener a Tom en el auto mientras él iba con Georg a la reunión matutina, aparentemente a acordar sobre la gira de mañana. Casi todo estaba listo para eso, el tour bus que los llevaría primero a las principales ciudades alemanas y luego a los demás países europeos. Pero Bill tenía pensando cambiar los planes drásticamente así que buscó su teléfono y comenzó a hacer llamadas en especial a Dave, su asistente personal, el de más confianza que David Jost puesto que éste era bastante serio, su descubridor de talento, el único con la suficiente autoridad para ponerlo en su sitio. 

Entró a la sala de reuniones todo desalineado junto a Georg que más bien deseaba una siesta con urgencia. Pero Bill no podía darse ese lujo. David Jost ya estaba ahí con algunas otras personas parte del staff. Se preocupó al ver a su cantante todo desarreglado y con unas ojeras muy prominentes en su bello rostro. 

—Debo hablar contigo, en privado —pidió Bill. Jost enarcó una ceja, sin embargo salieron a una sala. 

—¿Qué pasa? Estamos coordinando todo y me dijeron que habías salido en la madrugada. 

—Lo sé, algo muy malo me está pasando, estoy… no sé, no estoy bien, necesito vacaciones no podré con la gira. Sé que todo esto suena horrible, pero hablo en serio, no puedo. —David se le quedó mirando y le tomó de un brazo presionándolo un poco. 

—Será mejor que te dejes de bromas y engreimientos. 

—No es eso, esto va en serio, no podré, necesito solucionar cosas importantes que no entenderás. Simplemente no puedo, y créeme que es difícil para mí, sabes lo mucho que esperaba la gira, pero… 

—Esto es inaceptable, ¡ahora qué haré! —Bill se compungió un poco. 

—Pues… inventar algo, no queda otra. Pero así como estoy no podré subir a un escenario… 

David Jost se jaló los pocos pelos que tenía en la cabeza y a Bill le llamaron por teléfono. 

Dejó a un muy molesto David Jost con la responsabilidad de que cancelara todas las giras pendientes hasta nuevo aviso. Contestó su teléfono rumbo a la salida e hizo todas las coordinaciones de su plan, tenía que ser puesto en marcha cuanto antes, ese mismo día. 

Georg le dio el alcance en el pasillo de la salida, estaba preocupado por Bill pues había escuchado a David Jost gritar y romper papeles en la sala de reuniones. Ya sabía que Bill no haría la gira. 

Bill lo miró algo angustiado aunque decidió disimularlo luego. Suspiró y evitó verlo a los ojos. 

—Debo ausentarme, Georg. Hay algunas cosas que debo solucionar y lamentablemente debo hacerlo solo. —Georg no lo entendía, quiso hablarle, pero Bill se le acercó un tanto apenado y le dio un beso en sus labios. Uno diferente a los que le daba comúnmente. Georg abrió sus brazos para abrazarlo, pero Bill se los tomó fuertemente continuando con el beso con cierto ímpetu. 

El beso de la despedida, así era para Bill. 

En el auto estacionado al frente Tom miraba esa escena y otra vez se incomodó, mantuvo sus puños apretados y prefirió no seguir viendo eso, solo abrazó el póster en sus brazos. 

—Bill… —dijo Georg cuando dejó de besarlo—. ¿Pasa algo? 

—No, solo que debo ausentarme quizá… un mes. 

—¿Qué? Pero qué dices, a dónde irás, qué está pasando, no me mientas, puedo deducir que pasa algo. 

—Debo solucionar algo, viajaré así de simple, pero regresaré contigo, no me olvides. —diciendo eso se dio media vuelta y salió de ahí, Georg quiso seguirle pero sabía que incomodaría a Bill. 

Entró al auto y Tom esperaba que le regresara a su casa, pero Bill prefirió no verlo, solo se subió ahí y suspiró tomado una pastilla. 

—Al aeropuerto —le ordenó a su chofer. 

—¿Qué dices? —preguntó Tom mirándolo desde el asiento delantero—. ¿A dónde me llevas? 

—Haremos un viaje, corazón… tú y yo. 

—¡Qué! 

—Sí, tus papeles están por salir, nos vamos a las Maldivas.

¿A dónde? XD sí, a esas islas sexys~ *w* veremos qué más pasará y... pronto subiré.