Niñerías - XXVII

Hola a todos~ otro capítulo más y les agradezco por todo el apoyo que me dan, la verdad es que me siento como estresada ;_; solo me relaja escribir un poco de esto.

Tom se les acercó por detrás, pero Anis supo hacerlo a un lado, Bill ya lo entrevistaba y anotaba todo lo que decía. 

—… tengo varias carreras ganadas, si quieres puedo mostrarte algunos de mis trofeos que los tengo aquí, vamos. 

—De acuerdo —contestó Bill con una sonrisa. 

Anis se lo llevó por un pasillo, pero Bill giró para ver si Tom estaba por ahí, efectivamente caminaba detrás, serio y quizá hasta molesto. Bill se inquietó un poco y no esperó que Tom dejara de verlo y se desviara por el pasillo al ver a una mujer caminar. 

—¡Tom! —chilló ella, una rubia de grandes pechos, pero no tan bonita. A Tom no le gustaba porque era mayor, quizá bordeaba los treinta y no era su tipo, pero vio conveniente saludarla así se despejaba. 

Se abrazaron y apenas Bill pudo ver la escena, Anis lo llevó al fondo, a una habitación iluminada, había muebles de cuero blanco y alfombras. Desde una de las ventanas se podía ver el estadio, tenía una vista preferencial y claro, era uno de los mayores accionistas para las carreras de autos además de uno de los favoritos, no era cualquier hombre y eso comenzaba a gustar a Bill, debía ser serio en su entrevista, pero veía a Anis servirle un trago de algo mientras terminaba de anotar lo último que le dijo. 

Se había sentado en el blanco sofá y Anis fue a su lado pasándole una copa. Bill aceptó y luego miró hacia atrás donde estaba la puerta por si Tom aparecía o no, se había preocupado. 

—Sigamos —dijo Anis con voz seductora—. Dime, Bill ¿sales con Tom? Tienen una relación abierta, ¿no es así? —Bill no pudo evitar enrojecer, ¿qué le pasaba a ese tipo? Él no quería hablar de ese tipo de cosas, quería centrarse con terminar la entrevista. Anis rió por su expresión tímida. 

—Es mi amigo. 

—Vaya amigo, por cómo te has puesto diría yo amigo con derechos; conmigo no tienes que disimular, sé muy bien quién eres y no es un problema para mí. —Bill frunció el ceño, sin embargo, tuvo curiosidad. 

—¿Quién soy? 

—Oh, vamos. —Posó una mano en su pierna y Bill tragó saliva—. Una de sus conquistas. —Bill se sintió dolido y eso que Anis no usó una palabra más directa para englobar lo que creía que era. 

Tom, afuera, decidió pensarlo muy bien dos veces antes de entrar con Rachel al camerino de Anis. Se despidió como pudo y entró sin ella viendo a Anis sentado muy cerca de Bill. 

—¿Terminan? —preguntó serio y acercándose cada vez más, fue cuando notó las mejillas sonrojadas de Bill y no supo qué hacer—. ¿Qué pasa Anis? —encaró serio. 

—Tranquilo, solo quise conocerlo un poco más. —Alzó ambas manos en señal de rendición. 

Bill estaba intimidado, minutos antes, Anis había tocado su pierna de manera sexual y casi logra besarlo para así intentar romper la tención que se había formado por sus insinuaciones, pero Bill lo había empujado y no sabía cómo salir de ahí. 

Tom extendió una mano y Bill se la tomó. —Hey, no te lo lleves así, deja que decida, además no ha terminado. 

—Yo… —Bill estaba paralizado, jamás imaginó que otro hombre aparte de Tom, iba a tener esas malas intenciones para con él apenas al conocerlo. Por un lado quería terminar la entrevista, y por otro simplemente salir de ahí lejos de los dos. 

—Vamos —determinó Tom muy serio. 

—Deja que el muchacho termine de hacerme preguntas, ¿no quieres una foto para tu trabajo? ¿Cómo te creerán que estuviste conmigo? 

—Es verdad —dijo Bill muy bajito y sacó su celular, Tom también hizo lo mismo, la cámara que tenía en el suyo era mucho mejor. 

—¿Lo ves? Quiere quedarse. —Lo jaló y lo pegó a su costado pasando una mano por su cintura. 

—¡Anis! —reclamó Tom quien iba a tomar la foto. Anis rió y abrazó más fuerte a Bill quien comenzó a disimular una sonrisa para la foto—. Ya está, suéltalo. 

—Qué celoso resultaste, antes sabías compartir, ¿qué pasó contigo? —dijo Anis muy alto y fastidió a Tom. 

Era cierto, antes compartían mujeres, aunque nunca había pasado con un muchacho, para Tom era nuevo que tuviera esos gustos, pero de Anis se podía esperar de todo, era muy liberal y atrevido. Bill no sabía qué más hacer, si bien era cierto que le faltaban algunas preguntas, cuando Tom le indicó con la vista que debían irse, él fue a su lado. 

—Tenemos otras cosas qué hacer —minió Tom—. Gusto de verte, estamos en contacto para las competencias. 

—Por supuesto y tráelo más seguido —refiriéndose a Bill—. Es tímido, pero está muy bueno. —Tom puso una mueca de disgusto. 

Lo que siguió después es que se lo llevó a jalones de ahí, Bill tuvo que reclamar pues algunas hojas donde había tomado sus apuntes se cayeron en el camino. 

—¿Quieres esperar un poco más? —Se quejó levantando todo. 

—Me ausento unos minutos y te encuentro muy bien junto a Anis, vaya sorpresa que resultaste. —Bill lo miró furioso. 

—No puedo creer que pienses eso. No creí que ese señor se fijaría así en mí, no creí que habían dos como tú en este mundo. 

—¡No me compares con él! 

—No veo la diferencia Tom, me miraba como tú lo haces cuando estás en plan de cerdo. 

—¡Y de seguro te gustaba! —reclamó preso de los celos, Bill abrió la boca de indignación y caminó rápido alejándose de Tom—. ¡Espera! 

Tom iba a su tras bastante molesto y se puso a pensar si alguna vez en su vida había sentido y hecho algo parecido. La respuesta fue que no, nunca había corrido tras alguien para aclarar las cosas, tampoco sentido celos porque siempre tuvo lo que había deseado. Entonces se detuvo, si Bill se iría, ¿por qué correría por él? —¡Vete a ver si logras salir de aquí! —gritó. 

Bill se detuvo en el pasillo y giró, Tom se sintió mal al verlo así, entre asustado, solo, desprotegido y confundido. Apretó sus manos y no se movió, Bill se giró para darle la espalda y seguir andando. 

Bill estaba dolido, luego del susto con Anis solo quería salir de ahí y estaba molesto con Tom por dejarlo así a la deriva, pero tenía su orgullo y no iba a buscarlo sabiendo que lo maltrataría por sus estúpidas creencias que fue él quien se buscó el acoso de Anis. 

Salió de ahí y se sintió perdido, así que comenzó a caminar con paso lento mirando a todos lados en busca de a quien preguntar para llegar a la salida principal. Llevó una mano a su bolsillo, solo diez euros para regresar a casa, ¿cómo lo haría? Debido prever para no depender de Tom. Se lamentó mentalmente. 

—Oye —escuchó la voz de Tom detrás y giró para verlo. Tom estaba serio y en cierta forma confundido también—. ¿No sabes cómo regresar? —Bill negó con la cabeza—. Ya, te llevo —dijo como si nada hubiera pasado. 

—No puedo creer que me creas capaz de algo con alguien que acabo de conocer —reclamó Bill serio en cuanto Tom estuvo a su lado—. Me molestó mucho. —Tom suspiró. 

—¿Quieres dejar eso atrás? —Sabía que Bill tenía razón—. ¿Quieres un helado? —preguntó cuando llegaron a un sector comercial en donde habían tiendas muy caras y heladerías. 

—No sé… 

—Vamos entonces. 

Bill se sentía un poco extraño pero accedió, total, parecía que las cosas se habían arreglado por sí solas. Se sentaron en unas mesitas donde unos paraguas los cubría del sol y pidieron dos helados en copas. 

Estaban serios y mudos y ninguno se miraba. Bill trató de pensar en todo lo que debía hacer, había hecho la entrevista y tenía una foto, entonces quiso verla. 

—¿Puedes pasarme la foto? —pidió rompiendo el silencio. Eso molestó un poco a Tom, pero sacó su celular del bolsillo y se lo tiró por la mesa. Bill lo tomó con cuidado y buscó la reciente fotografía, bajó los hombros desilusionándose, era una foto atrevida, Anis tenía una mano en su cintura y lo tenía muy junto hacia su pecho y Bill estaba como asustado y sonrojado, algo así no podía presentarlo como prueba, sería una vergüenza—. No puede ser… esto está mal. —Tom tomó el celular para ver. 

—Te lo buscaste, parecen una maldita pareja. 

—Deja de hablar así, yo no sabía que ese hombre se portaría así. 

—¿Qué pasó con tu discurso de los límites? No pudiste recitárselo. 

—Eres despreciable Tom, además eres el menos indicado para reclamarme porque no eres nada mío. 

—Creí que éramos algo, pero veo que no. —Bill bajó la cabeza ante esas palabras. 

—¿Crees que por dejarme besar ya eres algo mío? Entonces tú tendrías algo con todo el mundo pues el que anda besando gente eres tú —dijo Bill con voz firme y Tom golpeó la mesa. 

—¿Le hago los proyectos de investigación a todo el mundo? ¿Los llevo y traigo a casa y al trabajo? Contesta, ¿les compro ropa y además hago compras para su madre? 

—Yo no te pedí nada de eso, Tom, tú lo sabes, lo hiciste porque querías, no porque te lo he pedido. 

—Esta mañana me trataste como si fuera tu empleado, no veo la hora de cobrar mis intereses. —Tom hablaba muy molesto y Bill pudo notar eso. No podía creer lo que le decía y era obvio saber de qué intereses se refería. 

—No busqué nada de esto, ¿por qué no puedes ser como las demás parejas? ¡Por qué! —Se exasperó un poco y Tom lo miró atento—. Mira esos de allá. —Señaló una mesa en donde una pareja compartía un solo helado—. Se quieren, se aman, se nota que sí. 

—¿Qué te hace pensar eso? Lo que pasa es que crees en los prototipos sociales, crees que las relaciones deben ser como en las películas esas, en donde el príncipe jamás piensa en follarse a la cenicienta y la quiere solo porque sí. El mundo no es así, todos nos guiamos de intereses, Bill. Esa pareja de allá se ve que la pasan bien, mira —señaló debajo de la mesa—, se acarician con los pies, ¿eso es amor? No lo es, se ve que han follado más de una vez, ella le da lo que él tanto busca y viceversa, no está con ella sin recibir nada a cambio. 

—Pues no lo veo así. Creo que un sentimiento los une capaz de solo privarlos del mundo y centrarse solo en ellos dos, que así ella no decida acostarse con él, ese chico la querrá por encima de eso porque la ama más allá de su físico, de lo que sexualmente pueda darle. —Tom intentaba comprender eso, pero no lo lograba. Esas cosas para él eran cursis y más falsas. 

—El amor, los sentimientos, ese tipo de cosas no existen, solo son inventos para hacer del hombre más bueno y distinto a su naturaleza. Somos animales, más inteligentes y desarrollados sí, pero al final, animales. —Bill estaba totalmente desilusionado de esa forma de pensar. 

—No soy un animal, Tom, en verdad me molesta todo esto, no puedo creer que pienses así de las relaciones, no es lo que quiero. —Su helado se había derretido y ya su corazón no latía como antes, aún pensaba qué es lo que le atraía de Tom, comenzó a creer que nada pues estaba desilusionado. 

—Es algo difícil de creer, pero así es la realidad. 

—No, así es tu realidad, capta bien eso, solo tú lo ves así, no quiere decir que lo sea. ¿Nunca has sentido amor? ¿Alguna vez te has enamorado? 

—Nunca. —Miró serio y fijo a los ojos de Bill—. Si alguien me gustaba iba y le pedía algo más, accedía y compartíamos algo, al día siguiente igual y al otro día, ¿eso no es tener una relación? Salir, pasarla bien… 

—En vano es hablar contigo —dijo haciendo a un lado su helado y ya ni quería verlo a los ojos. 

—¿Tú? ¿Te has enamorado? —preguntó con una curiosidad extraña, no quería que se levantara de ahí y dejaran el tema botado. Bill lo miró serio y no supo qué decir. 

—Creo que no, no aún, pero siento que sí existe el amor y ese sentimiento que une a dos personas mucho más allá que algo carnal, o como lo dices, pasarla bien. —Tom suspiró aliviado, no quería complicaciones de ese tipo y saber que Bill no lo amaba para él fue tranquilizador—. Hace segundos creí quererte como algo más. —Tom se puso serio—. Pero veo que no, no somos absolutamente nada compatibles y ahora más que nunca, tomaré mi distancia. 

Tom apretó sus puños, estaba muy molesto, sentía que perdía a Bill por cómo era. 

—¿Sabes lo que pienso? Que debí mentirte desde el inicio, eso pienso, quizá así tú creerías tener tu príncipe azul y yo tenerte en mi cama, los dos felices y sin complicaciones, eso me pasa por ser claro desde que te conocí, ahora entiendo que decir la verdad, ser real y auténtico no ayuda en nada, siempre debo camuflar mi ser a lo que dice esta puta sociedad. —Se levantó ofuscado y dejó unos billetes por los helados. 

—Espera. —Bill se angustió un poco. Sabía lo que intentaba decir, tampoco deseaba que pensara que había hecho mal por mostrarse tal y como era. 

Tom se adelantó y Bill lo siguió a paso apurado, tomando su brazo. —Solo busco no ser dañado —dijo Bill a su lado. 

—¿Qué te hace pensar que sería capaz de hacerte daño? 

—Que no me quieras, eso, solo soy un objeto para tu placer. —Tom sonrió ante esa imagen y abrazó a Bill por el cuello atrayéndolo más a su lado, Bill se puso nervioso. 

—¿Quién dice que no te quiero? Te quiero Bill, te pienso, te deseo, ¿eso no es querer? ¿Cómo dañar a quien se quiere? Si buscaría hacerte daño ya te hubiera violado, ¿no crees? Y luego te hubiera dejado o silenciado, qué se yo, pero no lo he hecho. —Otra vez reinó la confusión en la cabeza de Bill. 

—En la noche me dijiste que no te quiera, fuiste claro. —Tom se puso serio. 

—No con tu forma de querer, esa que se ilusiona a pensar que estamos atados en uno al otro, que nos casaremos, o como la sociedad manda, esa forma de querer no es lo que siento. 

—Porque no sabes lo que es, nada más por eso. 

—No lo compliques Bill, no hagas esto más difícil. —Se detuvo a la salida del tremendo complejo deportivo y tomó su rostro, rápidamente Bill se puso en alerta y lo empujó. 

—No me besarás más, no besaré a quien no es nada mío. 

—¿Quieres ser mi novio? —Bill se sorprendió. 

—Solo lo dices para tener derecho sobre mí, no porque lo quieras ser. 

—¿Te das cuenta? Lo complicas todo, yo busco soluciones, trato de ponerme en tu lugar y si quieres un novio lo seré, de lo contrario no, pero tú siempre sales con cosas como esas que me hacen sentir mal. —Dramatizó Tom y Bill tuvo que ser muy calculador para darse cuenta, Tom no era para nada tonto. 

—No te pongas en plan de víctima que sabes que no lo eres y mejor dejamos esto para otro día o nunca pararemos. 

—¿Lo pensarás? 

—¿Pensar qué? 

—En ser mi novio. 

—¿Lo dices en serio? Tú no crees en ese tipo de relaciones, Tom, ya me lo has dicho, crees que somos animales, ¿ves animales de novios? 

—Sabes muy poco de animales —dijo y luego soltó una risita que impacientó a Bill—. Piénsalo. —Miró serio y Bill asintió, lo pensaría. 

Sin querer Bill tomó su mano disimuladamente y así, caminaron hacia la salida. Era ya casi medio día y Bill sabía que debía viajar. Tom, por su lado, estaba como entrampado, sentía que perdía el poco orgullo que le quedaba accediendo a todo lo que Bill le pedía sin recibir nada a cambio y aún seguía haciéndolo. Se subió a la moto y Bill fue detrás apoyando su cabeza en su ancha espalda. 

Llegaron a casa y Bill empacó una mochila, iría donde su padre. Tom, en el cuarto de huéspedes, terminó de empacar sus cosas y bajó a la sala. 

—Eres siempre bienvenido —dijo Simone con una sonrisa. 

—Muchas gracias señora Simone. —Ella le guiñó un ojo y Bill bajó. 

Se puso un poco nervioso por ver la mochila muy gorda de Tom, era claro que se iría y no sabía a dónde. Simone abrazó a su hijo y le dio la bendición, regresaría mañana domingo por la noche. 

Bill salió junto a Tom de la casa y antes de subir la moto lo detuvo para que lo mirara. 

—Puedes quedarte, de verdad puedes, a mi mamá le simpatizas. —Tom trató de sonreír pero negó con la cabeza. 

—No, siento que debo irme. 

—¿Te veré? —preguntó mirándolo suplicante y Tom asintió. 

—Buscaré la forma. 

Bill tomó su mano y le pasó un paquete de gomitas de ositos, a Tom le pareció un bonito gesto de su parte y mientras sonreía viendo la bolsita en sus manos Bill se le acercó y empinándose un poco lo besó en los labios, sabía que hacía mal y que todo su discurso, de que no besaría a nadie que no era suyo, se caía por los suelos en ese instante, pero no pudo evitarlo, lo iba a extrañar por ese fin de semana y vio conveniente besarlo a sus anchas. 

Tom no se movió, se quedó quieto ante eso, Bill pasó sus manos en su cuello y luego se separó juntando su frente a la suya. —Gracias por todo lo que has hecho por mí, Tom, nunca antes alguien ha hecho tanto. Gracias. 

Y aunque Tom buscaba otro tipo de recompensa, ese beso y las gomitas lograron llenar sus expectativas por ese momento. 

Besó la frente de Bill y luego se dejó abrazar por él.

Billyberto no aprende x_x o no sé, ¿qué piensan de sus reacciones? Tom tiene una forma de ver las cosas muy distinta, ¿creen que tengan futuro? Veremos~