jueves, 29 de noviembre de 2012

Minino~ 13

Hola a todos, no sé si sabrán que actualizo o_o pero bueno, igual lo haré cuando me sea posible. Lamento tardar en subir este fic~

Se habían mudado a Munich, era la primera vez que Simone viviría con un hombre y estaba muy nerviosa puesto que sería la primera noche que dormiría con él. 

El pequeño Bill descansaba en su camita, en uno de los cuartos de aquella casa y Simone estaba en su pieza, sentada en la cama junto a su novio Georg, quien la miraba algo preocupado por las sensaciones de ella. 

—¿Estás bien? 

—Sí —apenas dijo, estaba nerviosa por lo que quizá acontecería—. Georg, sabes que soy virgen, aunque haya tenido a Bill… —Él tomó su mano, pero Simone dudaba de si él le creía o no. 

—Comprendo pero, siempre quise preguntarte esto… —Se quedó pensando en formar su pregunta, y luego la miró—. Sé que me dices que eres virgen, pero no habría posibilidad de… de que alguien te haya hecho daño y debido a eso Bill haya nacido —preguntó en un susurro. 

Ella se quedó pensando un momento, nunca antes la habían tocado, nunca antes había tenido un novio así de serio como Georg, y nadie le había hecho daño, no había forma de haber concebido a Bill por medio de alguna relación sexual voluntaria o involuntaria. 


Pero luego recordó algo extraño… una pequeña intervención quirúrgica, algo vergonzosa que no quería comentarle a Georg. Ella solía sufrir de cólicos menstruales y un día fue a una cita con un ginecólogo que le recomendó David, su amigo médico quien después la ayudaría con las vacunas y revisiones médicas que Bill necesitaría. Éste ginecólogo le había dicho que sufría de miomas, que eran como unos tumores benignos que se formaban en su útero, la enredó de tantas palabras y rellenó unas hojas con muchas preguntas. Él le dijo que necesitaba de una operación pequeña, y fue la única vez que alguien le vio sus partes íntimas, pero eso era una cuestión médica, ella nunca antes había tenido un contacto sexual con nadie. 

Simone estaba en silencio, bastante incómoda por la pregunta de Georg, ¿acaso no creía que era virgen? ¿Creía que había sido violada y ella ni sabía? Frunció el ceño ahí sentada y se puso en pie para luego encararlo. 

—Si no me crees. No sé qué haces aquí conmigo. —Estaba algo dolida. 

—Simone, no es eso, solo busco alguna lógica, es natural que busque respuestas, lo sobrenatural de por sí tiene una explicación. 

—No me acosté con nadie, nunca me ha pasado nada extraño, no me han violado, nada que puedas estar pensando, no tengo la culpa de que nada de eso me haya pasado, simplemente un primero de septiembre él nació de mí. 

—Está bien, no te cuestionaré más, yo te apoyo Simone, no te pongas así conmigo, estamos juntos, seré un papá para ese niño, y te quiero. —Simone lo miraba, algo más calmada, él extendió su mano y ella se la tomó. 

Era la primera vez que convivía con un hombre, aunque tenía un hijo, aquella noche fue su primera vez y el inicio de su pequeña familia que ella creyó sería para siempre. 

*** 

Ella recordaba aquello mirando algunas fotos de Georg que aún conservaba. Sus manos estaban frías, sabía que en cualquier momento él regresaría, ¿debía perdonarlo? No sabía. 

Él una vez conoció una mujer muy bella en alguna ciudad donde estaban. Sin decirle nada a Simone salió con ella un par de veces, estaba como obsesionado y un día Simone revisó su celular encontrando mensajes de texto amorosos. Así fue como lo dejó. Para ella fue devastador, pero hizo lo mejor, empacó sus cosas y se llevó a Bill a vivir a Berlín, una cuidad grande en donde sabía que Georg no podría encontrarla. 

Para Georg había sido difícil, la magia que había sentido con la nueva mujer que había conocido, murió en la convivencia. Extrañaba demasiado a Simone y al que consideraba su hijo. Así que estuvo escribiéndole a ella la posibilidad de regresar. Ella se negaba muchas veces, no quería regresar al pasado y revivir el sufrimiento que le causó haberlo dejado. Apenas había pasado dos meses y él ya quería regresar, pero ella lo necesitaba más por Bill que por ella misma, quería mudarse, quería proteger a su hijo. 

La puerta sonó y Bill agudizó sus orejas, él estaba algo fastidiado, no por Georg, sino por la actitud de su mamá, él no quería verla sufrir ni llorar todo lo que la vio hacerlo cuando se mudaron ahí… y ahora Georg regresaba. 

—¿Abro yo? —se ofreció—. Sé que es él, puedo escuchar su respiración particular. —Simone asintió pasándose una mano por su liso cabello negro. Estaba nerviosa. 

Fue hacia la puerta, y la abrió, ante él su papá Georg lucía tímido, le sonrió apreciándolo, Bill había crecido y lucía todo un jovencito apuesto. 

—¡Bill! Gatito. —Se le acercó un poco para abrazarlo, y Bill se dejó. 

—Papá… —De todas maneras él había estado en los últimos cuatro años de su vida—. Que bueno tenerte aquí. 

—Has crecido mucho Billy, estás más alto y más… ¿te pintas los ojos? —Frunció un poco el ceño, Bill asintió pestañeando rápido—. No importa… ¿está Simone? —preguntó en un susurró y se le escuchó nervioso, Bill asintió haciéndose a un lado para que él termine de entrar. Simone estaba ahí parada, con ambas manos juntas, jugando con sus dedos, lo miró y sonrió tímida. 

—Hola —apenas dijo. 

—Hola Simone. —Sacó de su maleta rápidamente una caja de algo, y le extendió—. Esto es para ti… —Bill podía imaginarse qué era, su madre amaba el chocolate, era una caja de galletas de chocolate. Sacó otra cajita y se la dio a Bill. 

—Gracias. —Bill recibió la caja aparentemente de galletas de chocolate, pero a él no le gustaba ello, Georg sabía eso, por lo que le dio lo que a Bill le encantaba, pero no podía comer delante de Simone. Dentro de una cajita aparentemente de chocolate, había unas croquetas de atún, que por lo general eran para gatos. A Bill se le hizo agua a la boca y prefirió ir a su habitación a degustarlas fuera de la vista de su mamá. 

Los dejó solos. 

Luego que se comió todas las croquetas, salió por su ventana a buscar a Tom. Sabía que sus padres hablarían de tantas cosas privadas, él no tenía por qué escucharlas todas y no podía evitar escuchar aquella conversación que se daba en susurros. Mejor salir. 

Entró por la otra ventana, su corazón empezó a latir, adentro no escuchó ningún sonido… Tom no estaba ahí. 

Caminó por su sala, de todas maneras estar en casa de Tom le hacía sentirse muy bien y confortable, estaba pensando seriamente vivir con Tom, quien sabe y sería lo mejor. 

Tocaron a la puerta y él se inquietó, no parecía ser Tom, claro que no sería él, ya hubiera entrado a su casa usando su llave. La puerta sonó otra vez insistentemente, él tragó saliva, pero por alguna extraña razón se sintió con derecho de atender en esa casa. Se puso la capucha y decidió abrir la puerta. 

—¿Tú quien eres? —La mujer ni siquiera le saludó, le preguntó de frente y con el ceño medio fruncido, ante ella había una especie de chica, eso creyó, pues tenía los ojos delineados de negro y sus facciones eran muy finas. 

—Soy Bill —se presentó tranquilo—. Tom no está, de seguro está trabajando. —Ella lo miraba con mucha desaprobación, aquella voz era de un chico, ¿qué hacía él ahí? 

—¿Quién eres? ¿Qué relación tienes con él? —Bill abrió la boca un poco sorprendido y luego achinó los ojos en señal de sospecha. 

—¿Usted? —Ella sonrió un poco. 

—¿Eres su empleado o algo así? 

—¿Usted? 

—Soy Heidi, su novia. —Bill se quedó con la boca abierta de la sorpresa, él no sabía qué decir, se sintió pequeño, demasiado… 

—¿Eres su novia? —apenas dijo, no sabía si hacerla pasar o no. Si ella era su novia, ¿qué era él? Las personas no podían tener dos novios a la vez… por eso su madre terminó con Georg, esas cosas no se debían perdonar. Ella lo miraba algo extrañada, y él abrió un poco más la puerta—. Pase… —La chica entró y se sentó en el sofá. 

Bill no sabía qué hacer ahí parado frente a ella. 

—Y bien, ¿qué haces tú dentro de su departamento? —cuestionó ella algo incómoda. 

—Yo… —Algo dentro de él le decía que debía aclararle ciertas cosas—. Yo soy su novio. 

—¿Qué? —La chica se puso en pie—. A él no le gustan los chicos, no te tomes esas atribuciones, afeminado. —Retrocedió un poco ante la agresión verbal y luego titubeó. 

Escuchó unos pasos acercarse detrás de la puerta de entrada, y luego Tom entró. El maletín de trabajo cayó al piso al ver a Bill junto a Heidi y que ella lucía bastante molesta mirándolo en busca de alguna explicación. 

—Heidi, ¿qué haces aquí? —Ella se le acercó y le dio un beso en la mejilla. 

—Vine a buscarte, pero encontré alguien en tu casa, que dice ser tu novio, ¿qué significa eso? —Tom se sorprendió de aquello y miró a Bill, éste estaba con la cabeza agachada y se le notaba tenso. 

—No debiste buscarme, tú y yo no tenemos nada, no te debo explicaciones Heidi… —Bill se inquietó y quiso salir de ahí—. No te vayas Bill. 

—No te entiendo —casi gritó ella—. Cómo puedes preferir a un afeminado antes que a mí, qué decepción, Tom. 

—Heidi, por favor… —Ella salió de ahí empujando a su paso a Bill. 

La puerta se cerró tan fuerte que los dos presentes saltaron un poco. 

Bill retrocedió y quiso salir por la ventana, pero el brazo de Tom se lo impidió. 

—Minino… ven aquí, no huyas. 

—Suéltame, no soy tu único novio, tienes una novia. 

—Ella no es mi novia, es alguien del pasado, no podría estar con alguien aparte de ti, solo estoy contigo. —Bill lo encaró, sus ojos estaban muy brillosos y Tom podía predecir que quería llorar—. Minino… 

—No, yo no sé qué pensar… ¿te gustan los chicos? —Tom se quedó pensando. 

—Pues, creo que no… sólo tú, eso no es malo. —Tomó la mano de Bill y lo condujo al sofá, parecía que Bill quería escapar de ahí y evitar esa conversación—. Antes estuve con muchas mujeres, no puedo negarte eso, pero ahora solo amo a un hombre, a ti… 

—¿Si aparece una chica linda?, la que entró aquí era muy linda y dijo ser tu novia —Tom suspiró y se llevó una mano a la cabeza lamentando aquello. 

—Aish…. Heidi, Heidi. Si aparece una más no habría problema pues no me importaría, lo juro. 

En su vida habían pasado muchas chicas, todas ellas fáciles, y ahora había podido conocer a un ser bastante particular, inocente como un gatito, ¿cómo pensar cambiarlo por alguna anterior? Eso no entraba en la mente de Tom, él estaba seguro de lo que sentía por Bill. 

—¿Has amado tanto a una mujer? —Tom asintió, debía ser sincero. 

—Pero eso es el pasado, ahora te amo a ti. —Se le acercó y le dio un pequeño beso, entonces Bill comenzó a relajarse—. ¿Tú nunca has tenido alguna novia, novio o un simple amor platónico? —Bill negó con la cabeza. 

—Nunca. Hace algunos meses atrás, no sabía que me podía gustar alguien, menos yo a ese alguien. 

—Entiendo, eres tan inocente a veces, a de ser porque eres casi un gatito, no salías mucho de casa… —Bill no sabía qué contestarle, puesto que su inexperiencia sobre ello se debía a su edad y su falta de oportunidades—. Quiero que confíes en mí y quiero ser el único para ti. —Le besó dulcemente. 

—Quiero ser el único también —pidió encarecidamente. 

—Lo eres. —Su Bill había vuelto a él. 

Lo recostó sobre el sofá y empezó a besarlo. Bill comenzaba a agitarse mucho, pero las caricias de Tom le hacían ronronear de manera escandalosa… Tom besaba su cuello, él amaba las sensaciones que le producía. Se movía tanto sobre el sofá, tratando de no aplastar del todo su colita. 

—Tom… —susurró su nombre cerca de su oído—. Ahh… —Se agitaba. 

—Dime. 

—¿Tú has tenido ‘eso’ con una chica? —preguntó inocente y Tom se detuvo, se apoyó en sus brazos para mirarlo debajo de él, con aquel rubor un poco intenso y como jadeaba emocionado y a la par ronroneaba. 

—Sí, pasó con algunas… —Bill miró hacia otro lado, imaginando aquello, ellas eran chicas—. ¿Por qué? Eso es el pasado, Bill. 

—Hem… —se mordió el labio—. ¿Cómo fue la primera vez que… hiciste ‘eso’? —preguntó apagando su voz cada vez más y luego giró su cabeza lejos de la mirada intensa de Tom. 

—Pues… —Acarició su rostro, tomando su mentón y enfocando sus ojos en los celestes ojos del minino—. ¿Quieres saberlo a pesar de que pasó con una chica? —Bill asintió bastante avergonzado—. La primera vez uno siente temor… A ver, ella tenía diecisiete años y yo apenas quince, no pensé que eso pasaría, menos en casa de ella… ¿quieres que siga? ¿Por qué quieres saber? 

—Ah… es que… no sé mucho de esas cosas y de ti… —Bill quería confiar en Tom, esa era la verdad, y quería saber sus privacidades. 

—Bueno, pasó en su casa, estaba muy nervioso, ella sabía de eso y yo no mucho… —Rió—. Creo que las primeras veces son así, un nuevo descubrimiento y lo nuevo a veces atemoriza. —Se le acercó y besó sus labios, Bill lo rodeó con sus brazos—. ¿Piensas en tu primera vez? —Bill se ruborizó aún más, no podía imaginarse aquello con Tom—. Será especial, muy especial, ya verás… te llevaré a las estrellas y no querrás bajar de ahí… —Bill jadeó ante ello y abrió la boca no sabiendo qué decirle, no podía imaginar aquello. 

—Las mujeres tienen por donde… —decidió callar, no sabía cómo decirlo—. Nada… —Tom lo miró comprensivo, podía adivinar sus dudas. 

—Minino, creo que eso es secundario, ¿no crees? —Bill pestañeó seguido. 

—Es que… no podemos hacerlo... —Se tapó la cara con ambas manos, Tom rió un poco. 

—Sí podremos… 

—No hay forma. —Quería que la tierra lo tragara y desaparecer de ahí—. Quiero irme… 

—Vamos Bill —Tomó sus manos y las sacó de su rostro, besó sus labios y entre forcejeo y jadeos angustiosos se posicionó entre las piernas de Bill—. Así lo haremos… —Tomó su cintura y la pegó a su cuerpo, empezando a moverse con cuidado sobre él. Bill abrió la boca gimiendo de la sorpresa al sentir a Tom frotándose contra su sexo, algo empezaba a sacarle de control en ese mismo instante y llevó sus manos a los brazos de Tom, arañándole un poco, arqueó su espalda y gritó fuerte ante cada movimiento de su novio—. Oh… Bill… preciosura, por Dios… —Lo veía gozar con cada estocada suya, era algo sumamente nuevo. Lo jaló de sus manos y lo sentó sobre él, aún con ambas piernas suyas alrededor de su cintura, Bill se dejó y se apoyó en los hombros de Tom. Estaba sudando y sentía que algo pasaría dentro de poco, no podía predecirlo, pero se sentía en las nubes. Su cola se movía de un lado al otro, estaba gozando. 

—Tom… Tom… —jadeaba su nombre mientras se impulsaba hacia arriba y se dejaba caer sobre el regazo de Tom, presionándose contra él mientras Tom le besaba el cuello. 

Bill entendía que así lo harían, los dos juntos, queriéndose y acariciándose, aunque fueran dos chicos, había una forma. 

La puerta sonó inesperadamente, y Tom, tomando las caderas de Bill, detuvo sus movimientos desesperados. Besó sus labios y Bill jadeando se detuvo abrazando luego a Tom. 

—Prometo seguir con las clases —susurró Tom, pero la puerta volvió a sonar—. Voy a abrir. 

Se levantó de ahí y Bill se pasó el brazo por su frente sudada, quería quitarse la chaqueta, pero debía acomodársela por si era alguien que entraría en casa. 

Tom al abrir la puerta, se encontró con otro hombre de cabello largo, lo miraba extrañado. 

—¡Dónde está Bill! —dijo serio y demandante. Bill dio un brinco sobre el sofá. 

—¿Disculpe? Usted quién es… —Bill fue hacia la puerta. 

—Georg —dijo Bill—. Estoy aquí. 

—Bill —Tom lo tomó del brazo, pero Georg intervino algo molesto, y tomó a Bill del otro brazo y jaló de él. 

—Si me disculpas —habló Georg mirando serio a Tom, quien también lo miraba con ojos un poco más airados, le quitaba a Bill de esa manera, ¿quién era él? 

—Te lo explicaré luego —dijo Bill a su novio, saliendo de la casa, no sin antes darle un beso en la mejilla. 

Simone le había dicho que Bill estaba saliendo con el vecino y Georg no pudo soportar esa información, salió inmediatamente de la casa y fue a buscarlo, y ahí lo encontró, sudado y con un rubor extraño en su rostro, Tom le cayó muy mal, suponía que se aprovechaba de su hijo, él era muy distinto a Simone, nada inocente como ella, así que hablaría con Bill muy seriamente. 

Tom, al cerrar la puerta tras sí, suspiró calmando su ira, pero luego cerrando los ojos sonrió ligeramente, su minino era tan sensual que él no veía el momento de hacerlo suyo realmente. Pero esperaría a su tiempo, aún Bill podía asustarse si le explicaba exactamente cómo sería eso. 

*** 

En la localidad de Lübars, una mujer estaba en su casa a punto de dormir, tenía unas pastillas que un psiquiatra le había recetado. Ella no se sentía loca, pero no podía dormir, así que esas pastillas le ayudaban. 

Intentaba olvidar aquel día en que unos hombres la habían secuestrado, estuvo cerca de cinco días en los que pensó que moriría, casi no podía recordar todo lo que le hicieron, ni el último día en que había estado metida en una especie de almacén. 

Tocaron a su puerta, y tuvo que salir de su habitación. Ella vivía sola y tenía temor de relacionarse con la gente, aún no se recuperaba de su trágico incidente. 

Cuando abrió la puerta había dos hombres ahí frente a ella, con lentes negros y trajes, tenían en sus manos una identificación como supuestos investigadores. Y ella los dejó pasar. 

—Queremos su versión de los hechos… —Ella titubeó ante eso. 

—Es difícil hablar de ello, ya di mi versión. 

—Señora, no nos referimos a lo que vivió específicamente, sino a quien la rescató… queremos saber cómo era. —Ella se mordió el labio. 

Los hombres sentados alrededor de ella le pusieron una hoja en blanco sobre la mesa y un lápiz. 

—¿Puede dibujarlo? —Ella negó con la cabeza—. ¿Puede decirnos sus características? —Cerró los ojos recordando aquel niño tan tierno, muchos no le habían creído, ya que cuando uno pasa situaciones extremas suele alucinar cuando se está al borde de la muerte. Y los hombres presos no habían dicho nada al respecto, así que era la única con aquella versión extraña que había llamado la atención a aquellos hombres. 

—Unas orejas de gato y tenía cola… 

—¿Era un niño de cinco años? —Ella negó—. ¿Movía la cola? —Asintió. 

—Era adolescente… ojos celestes, cabello negro y movía su cola y orejas también. —Uno de los hombres sonrió ante ello, aunque estaba un poco inseguro por la edad que aparentaba, se supone que debía tener cinco años. 

Salieron de ahí y cuando la puerta de la señora se cerró, uno de ellos miró al otro tomando su celular, e hizo una llamada. 

—Señor, encontramos al Híbrido.

Desde aquí en adelante, comienza el misterio. Saludos a todos, siento que los extrañaré en cierta forma, me acostumbré tanto...

8 comentarios:

  1. aaaaaaaaaaaaa dios!!! no puedo esperar al capi 14 waaaa T.T esta genial !! que le hisieron a simone?

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    1. pronto subiré más n_n~ y pues, a Simone le hicieron algo una vez, pronto se sabrá
      besos <3

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  2. Hola Señorita Rosadita
    espero que suba capítulo de esta pronto,sin duda mi esta es mi Fic favorita <3

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  3. HAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYYY! que le va a pasar a bill? :c noooo se lo van a llevar o quee D; y tom al rescate y se lo lleva a otro pais? *o*quiero el capitulo 14 ya D: u.u pink ´por que cerraste la cuenta de facebook casi me da un ataque cuando no te en contre u.u skajks besooootes *W*

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  4. Hallo *-*!!!
    u_u lo están buscando... veremos si se lo llevan o no :x
    Y sobre tu pregunta, he tenido problemas personales los cuales me han llevado a eso... espero pase pronto
    Besos <3

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  5. y comienza la busqueda D: ...desgraciados 77'...no me gusta cuando andan detras de el metiendose en sus suenos...

    Gracias!! ^^...

    SALUDOS BESOS Y APAPACHOS!! <3

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    1. jijiji >:3 ya comenzó practicamente el desenlace, el largo desenlace... veremos qué más pasa
      besos <3

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