Póster - 34

Subo también este fic~ los extraño.

Subieron al avión y Tom no podía creerlo. En tan solo horas ya se enrumbaba hacia esas islas en el fin del mundo, no podía ni imaginarlas. 

Bill estaba sentado a su lado. Solo estaban ellos dos, el cantante sabía que podía ser muy riesgoso, pero debía de atreverse mucho para conseguir su cometido. Miró de reojo a Tom, tenía él un lindo perfil y unos labios bonitos, se dijo mentalmente que no sería un sacrificio extremo tener que enamorarlo, el chico era guapo, al menos por ahí la cosa iría bien. Tom miraba la ventaba del avión cual niño pequeño que nunca había viajado. No quería perderse detalles del paisaje. Bill comenzaba a preocuparse pues tenía muchísimo sueño. Tenía el póster en su equipaje de mano y lo sacó de ahí previniendo alguna cosa. Tom giró para verlo y lo notó angustiado. 

—¿Tienes miedo a volar? —preguntó Tom. 

—No, cómo crees. 

—¿Entonces? Tienes una cara... —Bill agachó la cabeza acariciando el póster. 

—Debo decirte algo, es algo importante. —Tom se acomodó en el asiento para escucharlo, parecía estar hablando en serio. 

—Pues dime. 

—Estoy muy cansado y puede que… 

—¿Si? ¿Qué pasa? —Tom podía notar su angustia, el cantante no quería mostrarse vulnerable ni que Tom podía tener control sobre él. 

—Es probable que si duermo desapareceré y… ya sabes. —Tom abrió la boca algo sorprendido. 

—Aún no me has explicado por qué me has traído a este viaje, ni tampoco qué te ha dicho ese sujeto a quién viste sobre mi póster, porque te recuerdo que es mío. —Bill sonrió de lado, era lógico que no le diría la verdad. 

—Vamos a las Maldivas a buscar respuestas y debo llevarte, por desgracia, es que me dice que es necesario ir a buscar esas respuestas con el dueño del póster. Eres afortunado. 

—¡Ja! Antes me hubiera considerado afortunado, hasta que te conocí y créeme que ahora no lo soy, fue una gran decepción saber cómo eres y hasta me he sentido idiota por haber sido fan tuyo, todo lo que demuestras en la pantalla es falso… —Bill frunció el ceño, no debía discutir y arruinar más la imagen que ya le había dado a Tom. 

—Escúchame, esto también es difícil para mí, te detesto, eres tan ordinario, tan poca cosa, tan… irritante que jamás te hubiera llevado de viaje, menos a las Maldivas, un lugar especial, ¡pero! Antes que te pongas a chillar, quiero hacer un trato, ¿te parece? 

—Depende. 

—De paz, un trato de no peleas, no discusiones, nada de malos ratos; vamos a divertirnos y pasarlo bien hasta que todo este misterio sea resuelto. —Tom rió un poco. 

—¿Tendré que firmar un estúpido papel? Porque créeme que no caeré en eso otra vez. 

—No, nada de eso. 

—De acuerdo, acepto con la condición de saber cuál es el maldito misterio en mi póster, sabes que extraño a… Bill ¡no a ti! Al otro, a ese ser tan adorable que me visitaba allá en mi habitación y sale del póster… 

—Precisamente a eso quería llegar. Estoy en peligro Tom, esto es terrible. —Lo miró con ojos de cordero degollado combinado con perro apaleado, Tom reconoció esos ojos, esa forma de mirar de desesperación y no pudo evitar recordar al otro Bill. 

—Qué pasa, cariño, digo Bill —corrigió carraspeando. 

—El fotógrafo, que dicho sea de paso fue el causante de todo esto, me advirtió algo y quiero que me ayudes, es importante. —Estiró una mano y rozó la de Tom, éste se escarapeló un tanto nervioso—. No debes, por nada del mundo, acercarte mucho al otro Bill, por favor, prométemelo. 

—¿Cómo? —Bill se le acercó aún más poniendo una mano en su pecho, mirándolo a los ojos. 

—No te le acerques mucho, no entables amistad con ese lado mío, ignóralo si es posible, me ha advertido que si logra enamorarse de alguien morirá, es el castigo que me han impuesto. —Su rostro denotaba angustia verdadera, Tom no podía evitar sentirse compungido al verlo así—. Y si él muere, muero yo, o sea, desaparezco completamente, debes ayudarme. 

—No puedo creerlo… Espera, no te creo, ¿cómo sé que es verdad lo que me dices y no una estrategia para, no sé, cualquier plan perverso que tengas? —Bill achinó los ojos, Tom no era tonto. 

—Tom, no te hubiera traído si esto no fuera así de enserio. Puedo desaparecer, esto es grave. Ayúdame… —Sus manos se apretaron en su chaqueta—. Por favor. —dijo con un rubor en sus mejillas, algo que le recordó al otro Bill. Tom suspiró cerca de sus labios y asintió. 

—De acuerdo, no me acercaré mucho, pero que conste que es a él a quien quiero, le protegeré porque se lo prometí. 

—Solo debes ver que no salga, que no busque a la gente, mantenme en el hotel. Solo eso. Apareceré por las noches cuando duerma, así me lo han dicho, por ahora tengo sueño y te lo advierto. Solo tranquilízame y —Sacó una libreta de su bolsillo para dársela— aquí están los detalles y las entradas al hotel, deberás hacerte cargo, ten mis documentos, yo no podré hacer nada cuando el otro aparezca pues estaré desmemoriado, ¿crees poder hacerme ese favor? 

—Si lo pides con un por favor, cómo negarme. 

—Por favor —dijo en un susurro y luego lo besó en los labios. 

Tom se quedó con los ojos abiertos ante ese beso. Era el primero que ese lado de Bill se lo daba y francamente no sabía cómo reaccionar. 

Él no era tonto.

o_O ¿Tom se la creerá? XD veremos~