Hasta el final de los tiempos - 5

Hola a todos, buen fin de semana n_n siguiendo con este fic, este es un capítulo importante~ verán por qué. Los quiero, leo y respondo cada uno de sus comentarios. Un beso.

Algunas semanas habían pasado y los gemelos se habían distanciado un poco, más que todo Tom, así que Bill había decidido darle su espacio pues temía empeorar la extraña relación de hermanos que ya tenían.

Simone estaba rara, evitaba hablar con sus hijos para no pasarles ese estrés que estaba viviendo, el ver a su marido cada vez peor según su percepción.

Hace una semana atrás, Jörg había visto el reportaje sobre la muerte que un canal de noticias lo había pasado en su sección de investigación. Había gritado tanto, como un ataque de pánico que asustó a todos los integrantes de la familia incluyendo sus vecinos. Simone tuvo que decir a todos que él estaba bien, que solo era un ataque de algo nada grave, que nadie se preocupara. Jörg permaneció encerrado dos días en su sótano y había faltado a su trabajo, las cosas se complicaban cada vez más y eso indicaba que el problema era serio. Debían tomar medidas.

Ya los gemelos no preferían hablar del tema, pero una noche Tom subió a su habitación y escuchó ruidos extraños provenientes de la habitación de Bill. Se acercó con cuidado y es que de todas maneras quería mantener una distancia, no buscarlo en las noches porque entraba en conflictos internos con sus deseos extraños.

No quiso entrar, solo pasó de frente y se adentró en su habitación. Estaba algo mareado, otra vez había tomado con Georg, quería llegar así a casa, pero no tan inconsciente.

Cuando estuvo por acostarse sobre su cama escuchó un sonido un tanto extraño, eran pasos y él pudo reconocer esas pisadas, eran de Jörg. Salió a asomarse por la puerta de su cuarto y vio la puerta del cuarto de Bill entreabierta, se quedó extrañado pensando en la razón de estarlo y su incomodidad comenzó a invadirlo. Entonces, caminando de puntitas se acercó, y al asomarse por la hendidura vio a su papá arrodillado al pie de la cama de su hermano quien al parecer yacía dormido. No reaccionó hasta que vio que su papá tenía esa maletita negra que ya antes había visto… Una jeringa con algún líquido le era inyectado en su brazo y Bill seguía con los ojos cerrados. Todos en la familia sabían que él era el de sueño más pesado, cuando dormía por lo general ningún ruido lograba despertarlo, así sea una aguja en su vena como en esos momentos.

—¡Qué le haces! —gritó asustando a su papá quien cayó de trasero al suelo sacando en el proceso la aguja del brazo de Bill, éste aún dormía, solo se removió encogiendo su brazo y gimoteando de incomodidad.

—Tom, por favor, habla más despacio.

—¡No! —Se le acercó y su papá retrocedió guardando la jeringa tan rápido como pudo. Pero Tom ya lo había visto y estaba indignado, casi encrespado de ira, mirando con suma desaprobación a su papá.

Jörg se vio acorralado, amenazado; él sabía que no lo entenderían y no pretendía dar explicación pera justamente no confundir más. Pero Tom sospechaba y se le acercó tanto que tomando su camisa lo sacudió mirándolo a los ojos, con signo de amenaza.

—Me vas a dar eso. —Se refirió a la jeringa y la maleta.

Al lado de ellos, Bill gimoteaba en la cama como protestando por la bulla y luego abrió los ojos, suspirando y estirándose, saliendo de su ensoñación. Miró a su costado y terminó de despertarse al ver a los dos individuos, prácticamente peleando. Su papá se percató de que estuvo despierto y la forma en cómo le miró le asustó un poco.

Salió de su cama y se unió a la extraña discusión, intentado como dé lugar, evitar que Tom golpeara a su papá o le hiciera algún daño. Bill aún no entendía cuál era el problema.

—¡Qué pasa aquí! —gritó airado y con todas sus fuerzas logró separarlos.

—Anda, díselo, quiero oírte —desafió Tom y Jörg solo frunció el ceño queriendo salir de ahí, tenía en una mano el pequeño maletín muy bien cerrado.

—No pasa nada, disculpa Bill.

—Papá te estaba inyectado, como sabe que tú duermes como piedra él estaba…

—No entenderás, no daré explicaciones.

—¡Me inyectaste algo! —comenzó a buscar algún dolor en su brazo y al encontrar una leve sensación de escozor miró indignado a su papá—. Dame esa maleta.

Jörg se vio acorralado y solo optó por salir de la habitación como sus piernas podían moverse. Sabía que no tenía argumentos válidos y además se sentía devastado emocionalmente como para ponerse a discutir con los seres que más amaba en su vida, estaba resignado a no ser entendido así que solo huyó escuchando a sus hijos llamarlo e intentar seguirlo, pero por el pasillo aceleró el paso y bajó las escaleras tan rápido, como un enfermo mental podría hacerlo.

Las manos de Tom se tornaron muy frías, eso no estaba nada bien, eso era la gota que había terminado de derramar el vaso frágil. Vio como su padre, cual rata asustada teniendo algo en sus manos, desapareció en el sótano. Bill fue detrás y le tocó el hombro, solo así reaccionó. Se giró para ver el rostro asustado de su hermano menor y con la mirada le decía que las cosas no estaban nada bien, que eso era pasar el límite de lo aceptado.

—Él se pondrá bien —dijo Bill con voz temblorosa—. Supongo que… que quiso probar algo, no creo que haya querido hacerme daño, ¿no? De seguro…

—Bill, no está bien, está enfermo, debemos admitirlo de una jodida vez.

—Pero Pamela me dijo qué…

—¡Al diablo lo que esa haya dicho! ¿Es psiquiatra? ¡No! Es solo una nerd que cree saberlo todo pero no puede comentar porque no ve lo que nosotros vemos, ¿entiendes eso?

—No hables así de ella…

—¡Shh! No cambies el tema, ¿viste lo que acaba de ocurrir? Te inyectó algo sin decirte nada y huyó, eso significa solo una cosa, está loco y debemos hacer algo, no pensarlo y hablarlo con gente que no sabe nada, no. Debemos actuar.

Tom vio cómo los ojos de su hermano se aguaban y le temblaban las acuosas pupilas, sintió un remolino de sentimientos asfixiantes y hasta paralizantes, podía sentir su sufrimiento y fue tal que un nudo se formó en su garganta logrando asfixiarlo por un momento. Estiró una mano y tomó la de su gemelo, Bill también estaba frío como él. Entrelazó sus dedos y se quedó ahí, viéndolo a los ojos, con eso le decía todo.

Simone salió de su habitación, estaba con una bata pues había salido de la ducha y trató lo más rápido de ponerse esa bata pues ya había escuchado los gritos en el cuarto de Bill. No tuvo que preguntar qué era lo que pasaba, podía imaginarlo y fue Tom quien se le acercó con duda, terminando de abrazar a su hermano quien estaba triste y muy confundido.

Simone abrazó a Tom y solo asintió. Tom le contó lo que vio y Bill corroboró eso asintiendo a sus palabras, no tenía más argumentos para defender a su papá.

Al día siguiente, ambos jovencitos faltaron a clases, debían estar presentes para cuando los paramédicos vinieran y tomaran la historia clínica correspondiente de ese caso.

Jörg, como todas las mañanas, había salido de su escondite y se había aseado y cambiado como mejor le pareciera, entró a la cocina para tomar su desayuno y ahí encontró a sus hijos y mujer bastante consternados.

—Hem… sé lo que están pensando y tengo una explicación.

—No más explicación —intervino Simone con voz firme—. Esta vez haremos algo por ti. —Jörg denotó angustia en su mirada, se encrespó un poco, retrocedió ante esas palabras y soltó su mochila de herramientas de trabajo. Trató de buscar alguna salida, se vio acorralado otra vez. Un sonido de un auto estacionándose frente a la casa le alertó y su corazón se aceleró de temor.

Lo siguiente pasó muy rápido que ni pudo reaccionar. Su mente se vio confusa bloqueando sus reacciones a tal punto de paralizarlo cuando los paramédicos entraron. Jörg puso resistencia solo cuando lo tomaron de los brazos y los profesionales tomaron cartas en el asunto, lo inmovilizaron con un sedante.

Simone lloraba desconsoladamente contando cada episodio que había sido testigo. Jörg tenía muchos delirios sobre catástrofes, había éste sótano que corroboraría los testimonios de la familia con respecto a su obsesión para con el tema.

—… Y además tiene ar… —Tom estaba por completar la palabra armas, pero Simone rápidamente interrumpió con otra conversación.

Eran dos paramédicos y ya Jörg era llevado al hospital psiquiátrico para su internamiento.

—No puedes decir eso que después tu padre puede ir preso —susurró Simone cuando pudo jalarlo disimuladamente—. El sótano está cerrado —habló para los presentes, solo tomaron algunas fotos del ambiente familiar y revisaron la maleta de herramientas de Jörg, todo estaba en orden a excepción de una libreta llena de planos, mapas y también escritos sobre sus delirios. Eso fue tomado por la psiquiatra que tomaba las manifestaciones.

Bill no podía creer que todo haya terminado así. En cierta forma se sintió culpable aún sabiendo que no lo era.

La doctora tomó muchas notas y luego sentó a la familia para hablar del tema y del posible tratamiento.

—Sé y puedo imaginar lo difícil que es esta situación para ustedes, pero si conjuntamente han llegado a este paso es porque realmente quieren afrontar la situación y a eso vamos. El señor Kaulitz será examinado por nuestro equipo y luego de eso determinaremos el tratamiento a seguir. Desde ahora estará internado y las reglas es que no podrá recibir visitas hasta que esté estable. La primera fase de diagnóstico y concientización del problema tomará quizá una semana, así que esperamos su paciencia. ¿Alguien tiene alguna pregunta?

Los presentes se vieron los unos a otros. Bill miró fijamente a la especialista. —¿Es posible que no esté loco?

—El asunto no es si está loco o no, es evidente que tiene un problema, queremos ver si es una psicosis o neurosis y de acuerdo a eso plantear una solución.

—¿Volverá a ser el mismo de antes?

—Depende mucho de él y de ustedes quienes serán su motivación.

A Tom le dolía mucho las preguntas que Bill hacía, era evidente que era el más afectado. Luego que la especialista se fue llevándose algunas pruebas y testimonios, los gemelos prefirieron alejarse de su mamá, ya había sido suficiente para el día. Bill sentía como si hubiera condenado a su padre a la silla eléctrica, en cambio Tom tenía alguna esperanza de que al fin su papá cambiara ese extraño comportamiento.

Bill se recostó en su cama esa casi mañana, no deseaba salir, solo quería dejar esa culpa de imaginar que su padre vería truncado sus sueños por la determinación de internarlo. Tom entró a su habitación, en silencio se recostó en su cama, y le abrazó por detrás, poniendo su nariz en su nuca, suspirando relajado.

—Se pondrá bien, ya verás. Saldremos de esto.

—No quiero hablar.

Tom decidió no molestar, sabía que su hermano para esas cosas era sensible, para su familia y eso le incluía a él. Un silencio incómodo se formó entre los dos, Tom aún seguía abrazándolo por su cintura, se sentía tan bien así, pero Bill sentía una ligera incomodidad en su vientre, aunque no decía nada al respecto. Cerró sus ojos y vio el rostro angustiado de su papá y su cuerpo se tensó un poco, frunciendo el ceño abrió la boca. —¿Me estabas espiando? —preguntó a su gemelo y Tom se sobresaltó separándose un poco.

—¿Qué?

—Lo que dije, ¿cómo sabías que papá me estaba poniendo una inyección?

—Oh, lo escuché, me asomé a tu habitación y lo vi.

Bill no quedó muy satisfecho con eso. Estaba incómodo de la extraña relación que tenía con su hermano y bajó una mano hacia su cintura quitando de ahí las manos de Tom quien terminó retrocediendo. Casi avergonzado e incómodo prefirió levantarse de ahí, Bill le rechazaba y mejor le daba su espacio. —Estaré abajo por si me necesitas. —Bill asintió sin mirarle y Tom salió de su habitación.

Las cosas sin su papá no serían las mismas, definitivamente.

u_u ¿qué harán sin su padre=? ogrará el sanatorio hacer algo por él... veremos, no se olviden de comentar. Buen fin de semana *-*