domingo, 23 de septiembre de 2012

Colibrí

Hola a todos *-* les traigo este pequeño oneshot que lo escribí hace un tiempo queriendo abstraerme del estrés que pasaba y mientras recordaba ciertas cosas. Espero lo disfruten.
Resumen: 
Rescatado de las garras de una fiera, un frágil colibrí les da toda una lección.
“Y el amor era como el aleteo de un colibrí en el fondo de sus corazones…”


Autora: Pink Girl
Clasificación:  +16
Advertencias: Incesto, Shota.
Género: Romántico, Universo Alterno.
Pareja principal: Bill - Tom.
Capítulo único.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, solo la trama.
Nota de la autora: Un oneshot nacido en un tiempo difícil.

Banner hecho por mí.


Tom estaba enamorado de su hermano menor. 

A sus catorce años, aquel sentimiento era como una fiera hambrienta queriendo salir de su pecho. Muchas veces sentía que su corazón tenía vida propia y hasta podía dominarlo con su latir. Estaba en él contenerse o podría asustar a su hermano. 

Bill apenas tenía doce años, era tan pequeño, pero ya no era un niño como hace algunos años atrás. Tom sentía que siempre lo había amado con una sensación de querer protegerlo todo el tiempo y había descubierto que estaba enamorado cuando una vez Bill le había besado la mejilla y éste había sentido su corazón bombear tan rápido como el batir de las alas de un colibrí. 

Era verano y hacía mucho calor, solían jugar en el jardín lleno de flores hasta cansarse y entrar a la cocina muertos de sed pidiendo a su mamá una jarra de limonada con muchos cubos de hielo. 


Corrían y corrían y por un momento Tom olvidó aquella sensación de sentirse enamorado, simplemente disfrutaba mucho del tiempo a solas con su hermano. Escucharon el maullido de un gato en aquel inmenso jardín, era Casimir, el gato de sus vecinos. Bill se le acercó un poco pues lo veía jugar con algo. 

—¡Tom! —gritó algo asustado en cuanto vio como jugaba con un pequeño pajarillo de plumas verdes brillantes. Se llevó las manos a la boca, asombrado e indignado. Tom fue con él contemplando la perturbadora escena, ahí en el pacífico jardín. 

—¡Gato! —Tom gruñó y prácticamente se lanzó sobre Casimir y le tomó de las patas zarandeándolo hasta que la pequeña ave cayó al pasto— ¡Cómo pudiste, Casimir! ¡Métete con alguien de tu tamaño! —El gato maullaba en sus manos, gruñendo, queriendo recuperar su juguete viviente. 

Bill se arrodilló ante la vista del pajarito apenas moviéndose, intentando recoger sus alas, buscando la vida. Con suma delicadeza lo alzó en sus manos llevándolo hacia su pecho. 

—Oh, no… no quiero que muera —se quejó. Tom lanzó al gato lejos para luego hacer ruido con sus pies terminándolo de ahuyentar y luego fijó su vista en Bill quien estaba compungido. 

—Bill, lo siento, creo que para ese colibrí fue mucho, no vivirá… Si quieres puedo aliviar su sufrimiento. —Pasó una mano por el hombro de Bill y lo abrazó. 

—No, él vivirá, no es justo lo contrario. —Caminó a la casa con el pajarito en sus manos. Tom se angustió un poco, sabía que a al animalito le quedaban horas de vida quizá, o menos. 

Siguió a Bill con cautela, no quería lanzar algún mal comentario, quería apoyarlo, aunque sabía que no debía darle esperanzas. Arriba, en su habitación, Bill buscó unas mantas limpias y un botiquín con un recipiente de agua tibia. Tom se sentó a su lado para ayudarlo. Vio como con tanta delicadeza y cuidado ponía al colibrí sobre una manta blanca y comenzaba a buscarle el daño, debajo de una de sus alas había una herida que sangraba, si se compararía con un humano, pues sería la cuarta parte de su cuerpo. Tom cerró los ojos por un momento, el animal no sobreviviría mucho, incluso respiraba extraño, su pico estaba abierto y su pequeño “pecho” subía y bajaba tan agitado, Tom no sabía cómo no le daba un paro cardíaco al animalillo ahí mismo. 

Bill le curó la herida siendo cuidadoso, le puso parte de una vendita ahí y ordenó sus plumas, luego lo semi envolvió en una mantita blanca y lo puso sobre su almohada. 

—Debo ir por su comida… 

—Bill, espera —Bill lo miró preocupado—. Bueno, lo que acabas de hacer es muy lindo, en serio, hubiera hecho lo mismo, pero… no creo que sobreviva. 

—Shh… No digas eso, además, el hecho de pensar así no ayuda en nada, no lo iba a dejar muriendo en el jardín. —El brillo de los ojos de Bill le hizo entender. 

—Está bien. Te entiendo. 

Pasados minutos, ambos hermanos estaban sentados frente al computador buscando información sobre colibríes. 

—Néctar de flores, ¿cómo conseguirás eso? —preguntó Tom algo dudoso. 

—Mira —señaló la pantalla—, aquí hay una fórmula, ¡Wuii! Amo el Internet. 

Luego de aquello, ambos hermanos se encontraban haciendo flores de colores fuertes con un agujero especial hacia una pequeña botella de néctar. Su mamá les subió unas manzanas a la habitación mirando extrañada aquellas flores artificiales, era tan de niñas hacer eso, pero luego miró al pajarito agonizante casi envuelto en una manta sobre la almohada de Bill, lo observó con pena moviendo la cabeza, dándole el pésame mentalmente y luego salió. 

—Ya está… —dijo Bill alzando su flor roja con todo puesto— Ahora se lo ponemos enfrente y que meta su pico aquí. —Tom veía su entusiasmo, pero sabía que el colibrí no haría aquello porque estaba herido—. Tomi, tu flor morada también le gustará. 

—Sí… —casi susurró sin esperanza. Pusieron ambas flores frente al pajarito quien aún lucía agonizante, Bill con cuidado metió su largo y puntiagudo pico en su flor para que sintiera el néctar, pero al parecer el colibrí en lo que menos pensaba era en comer, estaba con dolor y por eso respiraba agitado casi cerrando sus ojos de rato en rato—. De seguro quiere dormir… —Tom agachó la cabeza intuyendo que pronto moriría. 

Pasaron minutos así, Bill decidió recostarse en su cama poniendo la almohada cerca de su pecho con el animalito reposando ahí junto a las flores artificiales a su alrededor. Tom se recostó frente a Bill. 

—Eres muy valiente, Bill. —El pequeño le sonrió, se llevaba muy bien con Tom, le quería mucho. 

—Díselo a él… ¿cómo le llamaremos? —Tom sonrió y, se puso a pensar. 

—Humm… ¿Hércules? ¿Mister Plumas? ¿Señor Colibrón? ¿Rambo? 

—Nah, ¿qué es todo eso?, es una cosita de animalito, que sea… Chiki, o Patita, Dulcerín, Cosita Bonita, Bombón, Pompón de Azúcar... —Tom rió. 

—Que cabeza la tuya. 

El tiempo pasó y ninguno se decidía, de lo cansados que estaban terminaron durmiendo cerca. Pasadas algunas horas, Tom despertó mirando cómo Bill dormía tan plácidamente, miró más abajo al colibrí, descubriendo cómo éste metía su pico en su morada flor, se quedó estático, asombrado de la valentía del animalito. Si un animal comía es porque quería vivir, al parecer estaba mejor. 

—Bill… —susurró y el colibrí lo miró algo asustado—. Tú sigue comiendo… ¡Bill! —habló más fuerte y su pequeño hermano abrió los ojos. 

—¿Humm…? 

—Tu ave ha comido, puedo jurar que lo vi meter su pico en mi flor y comer. 

—¡Awww! ¡Eso es genial! Se recuperará… —Ambos sonrieron y Tom extendió una mano para así acariciar su rostro, Bill cerró sus ojos sonriendo, le gustaban aquellas caricias. 

—Es gracias a ti mi lindo Bill —su hermano rió nervioso sintiendo esas sensaciones como alitas de colibríes en su vientre. Abrió un poco la boca y suspiró. 

Ese día Bill anduvo pendiente del colibrí, incluso para dormir. Lo puso en una caja que preparó metiendo todas las flores y eso lo puso sobre una mesita de noche que separaban sus camas, ambos compartían un cuarto. 

—Hasta mañana, Tom —le sonrió desde su posición— Hasta mañana, Colibrí. 

—Hasta mañana, Bill… 

—Te falta alguien —Tom rió sintiéndose infantil. 

—No lo diré. 

—Vamos, debe escuchar la voz de su otro papá. —A Bill parecía divertirle ese juego. 

—Definitivamente no lo diré. 

—Eres malo Tomi, pobre Colibrí, está esperando que le digas “buenas noches, Colibrí”, y eso que no te ha pedido una canción de cuna… 

—Ya Bill — se sentó en su cama y miró dentro de la cajita—. Buenas noches Colibrí, ¿contento? El pobre animal intentaba dormir y ahora que me asomé está confundido. 

—Se acostumbrará a ti, además eres bonito. —Tom se le quedó mirando por un rato y luego prefirió recostarse en su cama para buscar el sueño. 

Al día siguiente tenían escuela. Bill, toda aquella mañana no pudo quitar de su mente que en su habitación reposaba un colibrí. Todo el día pensando en él y en la tarde, al llegar a casa, subió las escaleras de dos en dos peldaños llegando a su habitación. Miró dentro de la caja, el colibrí le miraba algo asustado en medio de las flores, todo igual, excepto que la caja estaba llena de manchitas en el fondo. Bill chilló emocionado, jamás había gritado así por ver excremento de ave en una caja, pero eso indicaba que estaba comiendo y eso por ende significaba que se había recuperado. 

—¡Eres un cagón! —Le sonreía emocionado. Tom se le acercó— Tomi, tienes mucho que limpiar, mira… 

—Oh, por qué yo. 

—Porque creías que no sobreviviría, pues está comiendo y mucho. 

Otro día que la pasarían juntos por una causa, Tom limpió la caja y preparó más flores con néctar. 

Al parecer todo iba muy bien hasta que en un descuido Bill gritó asustando cuando en la noche, mientras lo ponían en una caja limpia, la avecita saltó de sus manos y voló en su habitación. 

—¡Agárralo, Tom! ¡Se hará daño! —Volaba sin parar hasta que chocó en su ventana cerrada de vidrio y cayó al suelo con el pico abierto y con movimientos extraños—. Por Dios… —Bill se angustió yendo hacia él, arrodillándose lo tomó otra vez. 

Bill era distinto que al día anterior, lucía muy triste y casi ni hablaba estando con el animalito cerca de su pecho, lo consolaba. 

—Lo siento, lo siento —decía al colibrí, Tom se le acercó y se sentó en el suelo junto a él. 

—Bill, escúchame un momento… —pidió con cuidado. Bill lo miró con los ojos aguados—. Sé que puedes aferrarte al colibrí mucho, te entiendo, pero no quiero verte sufrir, el animalito merece ser libre, ¿no crees? Su mundo está allá afuera y gracias a ti vivirá mucho mejor pues lo curaste. —Vio cómo una lágrima bajaba por su mejilla y Bill le dejó de mirar, bajando la mirada para ver a su colibrí, Tom se sintió muy mal incapaz de hacer algo. Bill acariciaba al colibrí dulcemente, ahora se había roto una pata, su pico estaba abierto respirando con dificultad por el dolor. Tom lo abrazó consolándolo—. Pero creo que se quedará hasta sanar… 

Luego de llorar en silencio, otra vez curó al animalito, vendándole la patita y poniéndolo en la caja de flores. 

Esa noche Bill durmió en la cama de Tom abrazado a él, es que vio que era el único que lo entendía. Tom le besó la frente diciéndole que estaba orgulloso de él y de su buen corazón. 

Una semana pasó y el colibrí mostró mejoría, estaban asombrados de su fortaleza. Y una tarde, mientras cambiaban su caja de flores, volvió a revolotear en la habitación. 

—¡Tom! —gritaba Bill angustiado— ¡Atrápalo antes que se choque! —Tom corría por todas partes, subiendo a todas las camas, saltando de un lado al otro con una pequeña red con la que pensaba pescar al pajarito—. ¡Tom, no! — gritó angustiado viendo las intensiones de su colibrí de intentar otra vez ir hacia la ventana que estaba cerrada, así que corrió y la abrió con dolor en su corazón antes que el colibrí chocara en la ventana y luego vio como salió volando de ahí hacia el jardín—. ¡Noo! —gritó agudo y salió corriendo de la habitación. 

—¡Bill, espera! —bajó de la cama y salió tras Bill. 

En el jardín Bill era un mar de lágrimas buscando en todos los árboles a su colibrí. 

—¡No puedes dejarme! —lloraba hasta sentarse en el pasto poniendo sus manos en su rostro, Tom fue con él sentándose a su lado, pasó una mano por su espalda consolándolo— Me dejó… después de todo lo que hice por él… 

—Lo sé, creo que quería su libertad, se sentía sano completamente y ahora vivirá feliz gracias a ti. 

—No… —lloraba sin poder controlarse—. De seguro alguien lo cogerá, y… su patita aún no ha sanado. 

—Sanará, sus alas están fuertes, ha comido sin cesar, ahora debe buscar su esposa y tener sus bebés. 

—Oh, Tomi. —Se aferró a su pecho y luego Tom lo sentó como si fuese un bebé sobre sus piernas. 

—Ya sé lo que haremos, pondremos en la ventana todas sus flores, las llenaremos de néctar —Bill lo miró secándose las lágrimas. 

—Sí… —respiraba suspirando, tratando de calmarse—. Y armaré casitas para que aniden y las subiré a los árboles. 

—Claro, eso sería genial, si quieres puedo hablar con papá para crear una pequeña pileta de agua para las aves —Bill le sonreía, estaba apoyado en sus hombros, sentado en sus piernas mientras Tom le rodeaba la cintura. 

—Es genial… Gracias Tom. 

Y así fue, al regresar a la habitación adornaron su ventana de flores artificiales. Bill se quedó a esperar ahí hasta que la noche oscureció el cielo. 

—No vendrá, Tomi… 

—No pierdas las esperanzas, tú mismo decías eso, él vendrá. 

Al día siguiente pasó lo mismo, ningún rastro del colibrí. 

Y al otro día, igual. 

Tom se le acercó una mañana que lo vio en la ventana mirando hacia la nada. 

—Bill, ven conmigo. —Le tomó de la mano. 

—No, déjame aquí, sabes que estoy esperándolo. 

—Lo sé, justamente por eso, ven conmigo. —Bill lo miró extrañado y tomó su mano. 

Tom bajó con él prácticamente en silencio, Bill le hacía muchas preguntas, y así lo llevó al jardín. Jaló a Bill cerca de unos arbustos y ahí se sentaron. 

—No entiendo, Tom. 

—Mira hacia arriba. —Desde ahí se podía ver la ventana floreada de su habitación. 

—Que tiene… es nuestra ventana. 

—Lo sé, ahora espera aquí sin decir alguna palabra. —Bill tenía los ojos muy abiertos, y le hizo caso. Su corazón latía acelerado. 

Minutos en silencio, incluso un mosquito le había picado el brazo, Tom seguía mirando la ventana. Y luego de tantos minutos más hasta que Bill bostezara, el batir de las alas de un colibrí se hizo presente. Bill abrió la boca queriendo gritar de la emoción, pero Tom se la tapó con una mano. 

—Te dije… ahí está —susurró. Bill le acariciaba la mano con la que tapaba su boca—. Y mira… esa es su familia. —Unos tres colibríes más volaban hacia las flores artificiales llenas de néctar. Tom liberó su boca y Bill lo abrazó suspirando. 

—¡Gracias Tom! —Ahora podía descansar mejor, los colibríes no se acercaban a su habitación puesto que él estaba siempre mirando. Seres vivos más grandes para ellos significaba gran peligro, incluso para el colibrí que vivió con él más de una semana. Aunque éste era el primero en volar hacia las flores, Bill podía distinguir la diminuta venda en su patita. 

—Mi Bill. —Acarició su rostro—. No tienes que agradecer. —Pero Bill sintió tal revoloteo en su ser que acercándose a Tom le besó en los labios, cosa que Tom recibió abriendo un poco más sus brazos y jalándolo hacia su cuerpo. 

Bill ni se movía, tenía sus ojos muy cerrados y pronto sintió los labios de Tom moverse en los suyos. Miles de aleteos de colibríes, el néctar de sus labios, las suaves caricias en sus mejillas calientes lo confundían y a la vez le encantaba. 

—No sé qué está pasando —dijo Bill en un susurro cerca de los labios de Tom, éste lo miraba fijamente. 

—Yo sí… 

—¿Qué es, Tomi? 

—Es que te amo —y le dio otro beso, uno más suave. 

Bill estaba confundido, pero sabía que podía confiar en Tom. 

Esa noche Bill soñó que volaba sobre la espalda de su colibrí por todo su jardín viéndolo enorme, el aire golpeaba su rostro y apareció un enorme arco iris brillante, las sensaciones eran tan placenteras que rió entre sueños agitándose un poco, Tom lo sacudió y Bill despertó en sus brazos. 

—Lo soñé… soñé con él —Tom le sonrió de cerca—. Estaba volando sobre su espaldita suave cogido de sus plumas. —Tom lo abrazó y besó su frente arrullándolo. 

—Mi colibrí, duerme otra vez… —Bill se durmió con una sonrisa. 

Fin.

Espero les haya gustado, a mí me gustó escribirlo pues tengo un amor especial por las aves, sea cual sea, las amo. Saludos a todos <3

8 comentarios:

  1. me gusto mucho!
    fue muy bonito y tierno!
    :) que bueno que se recupero el colibri :)

    Cuidate! küsses!
    Criis. <3

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    1. Gracias *-* sí, lo bueno es que se recuperó la avecita <3
      gracias por leer
      besitos <3

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  2. AWWWW!!!! "pompón de azucar" !!!!! le pondre asi a uno de mis bebes gatitos... *.* fue tan lindo, tan dulce!!! Me super encanto la historia!

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    1. Hallo <3 *-* shi, ese nombre me gustó mucho, así llamaría yo a una avecita jajaja suelo ponerles nombres raros, espero le caiga a tu bebé gatito <3
      besos <3 y gracias

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  3. lo lei OTRA VEZ!!! y estoy lagrimeandooo nuevamente ke sensible estoy csm!!! GRACIASGRACIASGRACIAS!! TKUM DamitaRosa :) ♥

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    1. Hallo <3 lamento la sensibilidad... a veces pasa ;_;
      de nada
      besitos <3

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  4. Awww, que lindo Pinky <3 *3* Kusses para ti. Me encanta el vocabulario y las expresiones que usas en cada uno de tus Fics y One shots. (: Simplemente me encanta cada uno de ellos ! <3
    Cuidate.

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    1. Muchas gracias <3 <3 por las lindas palabras *-*
      besos para ti :*

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