Uno para el otro - VI

¿Se acuerdan de este fic? Estaba escribiéndolo hace meses, dedicado a Aliss <3 y decidí terminarlo, este no es el último capítulo pero ya se acerca el final. Saludos a todos *-*!!!

La espalda de Tom ha chocado con un estante y le ha dolido, mas no se ha quejado. Aún Bill lo besa y él solo se deja. 

Escuchan pasos y se separan de inmediato. Bill se limpia los húmedos labios y se aleja, Tom le da la espalda para tomar las correas de los perros que ha soltado y ambos ven entrar al dueño de la veterinaria. 

—Jóvenes, deben apurarse. Estos perros ya deben estar listos, secos y bien peinados. Tom, ya sabes, entrégalos a su casa y rellena las fichas. 

—Sí. 

El doctor Adler se va dejándolos solos otra vez. Pero ahora mejor se concentran en su trabajo, ya buscarán tiempo para hablar mejor las cosas. 

—Aún no creo que papá te haya mandado aquí conmigo, se supone que ellos no querían vernos juntos. 

—Sabía que esto pasaría, pues para pensar en castigos, siempre nos han dado los mismos. 

Ambos ríen un poco y luego tienen que centrarse en su trabajo. Faltan algunas horas para terminar así que Bill termina de bañar y acicalar a los otros perros mientras Tom los saca de a pocos para subirlos a una movilidad que los llevaría a casa. 

—Espérame para regresar —dice Tom y Bill le sonríe y asiente emocionado. 

Al fin todo se ha aclarado y hay una paz en los corazones de los dos. Bill desea que no sea temporal, esta vez quiere hacer las cosas bien. 

Tom no puede concentrarse en su trabajo pues aún no cree que haya cedido ante Bill, aunque no le sorprende pues ya ha pasado muchas veces. Se siente idiota, pero a la vez afortunado pues prefiere arreglar las cosas para no torturarse más con la lejanía de su hermano. Ya lo extrañaba y mucho aunque en el tiempo que estuvieron separados se puso a pensar en muchas cosas, entre ellas el futuro. 

Entrega los casi catorce perros a sus respectivos hogares y regresa exhausto a la veterinaria encontrando a Bill limpiando el local, lo que él antes hacía antes de irse. 

Bill barriendo pelos de animales le pareció tierno pues primera vez y lo ve tomando una escoba así que ríe captando su atención. 

—Ni me mires así. Te dejé la bañera, desatórala de pelos. —Tom tuerce la boca y Bill suelta una risita. 

Casi una hora más tarde están apagando las luces de al fondo y guardando todos los utensilios de limpieza. Se miran y sonríen cómplices, ese tipo de sonrisa que les recuerda que existe algo en común. Van a la oficina del doctor Adler y luego que les explicara el trabajo de mañana les extiende un sobre con dinero. 

—Su papá me dejó en claro que deben dárselo a su mamá, ella me llamará para que le confirme su pago. 

—Lo sabemos —contesta Bill con desgano tomando el sobre para guardarlo en su mochila. 

—Hasta mañana —se despide el doctor y ellos le extienden la mano para luego irse a casa. 

Al salir, una corriente de nerviosismo recorre a Bill. Es como presentir que algo va a pasar cuando lleguen a casa. Tom se le acerca y le pasa un brazo por los hombros en un abrazo fraternal, pero Bill tiembla de ansiedad. 

—¿Vendrás a mi cuarto esta noche? —pregunta en un susurro queriendo ver sus ojos lo cual Tom evita pues sabe con qué tipo de mirada provocativa se encontraría. 

—Bill, por favor. 

—Te extraño de mil formas posibles, te añoro que duele. 

—Voy a adelantarme. Nos vemos en la casa —decide cortar así y luego se adelanta ante la atónita mirada de Bill. 

—¡Tom! ¡Cobarde! —No recibe respuesta y al final, Bill termina trotando para seguirle el paso. 

Correr tras su hermano no es algo que le gusta, pero no hay otra opción. 

Tom está nervioso, no quiere voltear porque quizá la mirada de Bill logre convencerlo y es lo que menos quiere, así que camina presuroso hasta llegar al barrio de su casa. Las luces de su casa están apagadas por dentro, solo los faroles de la entrada aún permanecen encendidos, es seguro que sus padres duermen y es que son más de las diez. Bill logra alcanzarlo y Tom se pone nervioso, no quiere rechazarlo, pero sabe que si le da cabida esa noche podría pasar cualquier cosa y teme arriesgarse. 

Bill parece muy ansioso y mira cómo Tom abre la puerta y ambos se escabullen en la oscuridad de la sala. 

—¿Tienes hambre? —pregunta Tom yendo hacia la cocina. 

—No. 

—Claro que sí, no hemos cenado. —Ve cómo su hermano se muerde el labio, luce intranquilo y Tom niega con la cabeza, sabe de esa mirada—. Bill , por favor —ruega para que se controle, pero Bill parece que no puede evitar que su sangre baje ahí abajo preparando su cuerpo para Tom, tiene muchas expectativas y no puede dejar de pensar en que luego de cenar subirán y se reconciliarán como solo ellos dos lo saben hacer. 

Tom termina la cena y decide ir a dormir, sabe que Bill está por la sala quien sabe qué haciendo, pero lo ve ocupado en algo. Cuando está en las escaleras Bill le da el alcance y se le acerca por la espalda para abrazarlo y restregarse en su espalda, Tom trata de controlarlo pero casi no puede así que es empujado por Bill hacia arriba. 

—Bésame… —susurra Bill con voz excitada y Tom quiere darle un beso solo para que se quede quieto, pero inmediatamente frena su impulso pues ve, en el fondo del pasillo, la puerta del cuarto de sus padres abrirse. 

Simone sale con ruleros en la cabeza y una bata. 

—¿Tan silenciosos? ¿Ocultan algo? —pregunta molesta y sus hijos se separan por completo. 

—No —responde Tom. 

—Denme el dinero, sé que quieren esconderlo, pero las reglas son claras. —Bill frunce el ceño y mete una mano en su bolsillo para sacar el sobre y rápidamente se lo extiende. Quiere que se vaya a dormir y deje de sermonearlos, además siente que no puede esperar más—. Bien, ahora vayan a dormir, no quiero escuchar que andan por la casa ni menos saber que usen la computadora, es parte del castigo. 

—Ya mamá —se queja Bill y ella refunfuña un poco antes de volver a su habitación y cerrar la puerta. 

Tom mira a Bill y nota que está sudando un poco, sabe que no se irá a su habitación. 

—Estoy cansado —dice Tom esperando que Bill entienda. 

—También yo, pero quiero estar contigo. —Tom no sabe qué hacer, presiente que Bill no estará tranquilo hasta que pase algo entre ellos y él comienza a tener las cosas muy en claro. 

—Te di una tregua, pero no creas que te he perdonado, no he olvidado lo que fuiste capaz de hacer. —Bill lo mira suplicante. 

—¿Por qué complicas todo? Vamos a dormir. —Sonríe para Tom queriendo trasmitirle tranquilidad pero esta es fingida y Tom lo sabe. 

Entra a su habitación y mira de reojo a Bill, sabe que también quiere entrar y suspirando resignado, lo deja. 

Adentro, Tom se alista para tomar un baño y habla con Bill temas sin importancia, no quiere que haya ese silencio incómodo en donde podría darle la oportunidad al otro de intervenir y proponerle alguna cosa que quizá sabe que no podrá. 

—… así que estuve preocupado porque la señora se había dado cuenta de que a su perro le había cortado mal su pelo, quizá quiera reclamar mañana, espero que no pues el señor Adler podría botarnos, aunque pensándolo bien no sería mala idea… —Se quita la camiseta y le da la espalda a Bill que está sentado en su cama mirándolo. 

—¿Puedo bañarme contigo? 

—Bill —dice con voz cansada y lo encara. Lo ve necesitado y muy ansioso y teme por eso, no quiere aceptar su propuesta porque sabe lo peligrosa que esta puede resultar—. No creo que sea buena idea… —Casi siempre lo rechaza y ve que Bill lo mira con frustración. 

Tom suspira y toma una toalla, abre la puerta de su baño y se detiene. Bill espera ansioso, no quiere seguir presionando más, no quiere arruinar con sus propuestas indecentes esa cercanía que han empezado a tener. Retrocede un poco para ir a su habitación, pero Tom voltea a verlo y en segundos, con la mirada le da el permiso. Bill duda por un momento, no sabe cómo reaccionar, es decir, él quiere lanzarse sobre Tom y llenarlo de besos, pero sabe que su hermano no querrá eso, así que se muerde fuertemente el labio inferior reprimiendo sus ganas. 

—Humm, solo bañarnos, ¿ok? Solo eso porque lo otro no podré Bill. 

Bill puede estar contento con eso, sabe que casi no puede controlarse, pero también desea complacer a Tom en lo que realmente quiere y si solo pide bañarse él lo aceptará sin rechistar. 

Entran a la ducha y Tom puede sentir lo agitado y ansioso que su hermano está, le sonríe y luego acaricia su mejillas viendo cómo se pone rojo. Ambos están desnudos y aunque eso les excita Bill trata de no dejar volar su imaginación. Tom se pone serio e intenta hablar con Bill de lo que pasa por su cabeza últimamente. 

—¿Sabes, Bill? Siempre pienso en cómo podemos llevar esto más adelante, no será fácil y lo que pasó con Rick me hizo pensar mucho… 

—No me hables de él, de verdad es el error más grande de mi vida y la estoy pagando. —Tom pone sus dedos en los labios suaves de Bill para callarlo y éste se los mete a la boca, Tom traga saliva ante eso. 

—Algún día pasará… —Ve a Bill sorprenderse—. Me refiero a que cuando seamos grandes encontrarás a alguien y quizá yo también. —Bill se torna serio y evita mirarlo a los ojos—. No te pongas así, es la realidad. 

—No, es solo lo que tú piensas, yo no pienso así. 

—¿Crees que funcione dos hermanos viviendo juntos, amándose? —Bill lo mira con ilusión y asiente. 

—Sí… 

—No, no pasará Bill, ¿papá y mamá se merecen eso? 

—¿A ellos qué les importa? Eso es algo de a dos, ellos deberán dejarnos ir cuando crezcamos y entremos a la universidad, iremos juntos, ¿verdad? Buscaremos donde vivir, tendremos perros como hijos, así lo planeamos, ¿lo olvidaste? —Tom resopla, Bill no entiende su punto de vista, para él todo parece más fácil que para Tom. 

—No olvido nada, solo sé que esto que tenemos no durará… —Siente a Bill abrazarlo con todas sus fuerzas. 

—No me quites mi razón de vivir. —Tom se siente morir con esas palabras. 

Bill parece vivir una ilusión en cambio Tom cree tener las cosas en claro y visión de futuro, de un futuro mejor, de lo que realmente debería ser. 

—Bil… no quiero que sufras, pero tampoco quiero que vivas esperanzado en algo que no se podrá. Te amo, es verdad, eres el único en el que pienso, no hay más, pero habrá más porque es lo correcto. 

—¡A la mierda lo correcto! —Mira a Tom con desesperación—. Eres mío Tom y soy tuyo, somos el uno para el otro. 

Tom ya no quiere contradecirlo, se siente abrumado y también con dolor, no le gusta ver a Bill sufrir así. Cierra los ojos y acaricia con la punta de su nariz las mejillas redondeadas de su igual. Quiere que se siente reconfortado, pero no sabe cómo. Cada vez tiene las cosas más en claras y desea hacer lo correcto porque vivir una vida sintiendo que comete un error no sería vivir para él, no quiere condenarse a eso e imposibilitar a su hermano conocer a alguien más, aunque eso le duela. Lo que aconteció con Rick le ayudó a pensar que Bill no es para él eternamente… 

—Ya Bill… shhh mi precioso —dice en un susurro al escucharle llorar bajito. Para Bill no hacen falta las palabras para sentir que Tom habla en serio sobre el futuro, puede sentir que no lo hace por maldad sino para darle la oportunidad de tener una vida normal. 

—Siempre seré tuyo, digas lo que digas, te vayas con quien te vayas. 

—No me iré, bueno, no por ahora, no podré, siento que tú y yo no podremos fácilmente, pero es lo correcto. 

—¿Por la sociedad? A la mierda todo eso, no me hagas esto ahora… 

—No lo hago ahora no… shh, tú eres mío y yo soy tuyo, solo te advierto lo que pasará inevitablemente por la sociedad y por nosotros mismos, no soy como tú. 

—No podré amar a otro que no seas tú, ¿no lo entiendes? —Tom toma su rostro y lo mira fijamente, sus ojos rojos de lágrimas le parten el corazón. 

—Yo sé, pero también sé que es porque no conocemos más gente, nos condenamos a ser tú y yo nada más. —Ve el rostro de Bill enojarse—. Lo siento. 

—No quiero escuchar del futuro, no me importa, total, el futuro no existe, no es una realidad, solo es el presente y mientras esté en el presente quiero estar contigo. —Tom suspira, no puede contradecirlo pues su presente también es Bill. 

Se besan con desesperación, Tom no se niega y toma a Bill fuertemente en sus brazos y lo aprisiona contra una de las paredes de la ducha acariciando su torso desnudo y luego más abajo. Bill se estremece y entre llanto y jadeos levanta una pierna para envolver la cintura de Tom y éste se la toma con cierto temor. 

—Hazme el amor, al menos eso quiero tener de ti, mi primera vez con el ser a quien amo —casi suplica y Tom siente su corazón bombear a mil. 

—No siento que sea el momento. —Bill solloza y se desespera pero Tom solo lo abraza y llena de besos. Baja la pierna de Bill y toma sus manos. 

—¿No quieres? ¿Nunca pasará? 

—Sí pasará, te lo prometí, pero no hoy, no contigo así… —Tom siente que si concreta ese hecho será aún peor, puede ver que Bill está destrozado por la conversación del futuro, pero también siente alivio por decirle lo que estaba en su cabeza torturándolo. 

El futuro no existe, pero nadie evitará que se aproxime. 

Se arrodilla ante Bill quien está muy agitado y toma su miembro. Bill se remueve un poco, sabe lo que Tom hará y no quiere terminar así de rápido, quiere que lo lleve a la cama y allá lo haga suyo, pero Tom prefiere darle placer de esa forma para dejarlo satisfecho. 

Bill gime sin poder evitarlo y aferra sus manos en las rastas de Tom en una desesperación que no puede contener. Sus piernas tiemblan y cierra los ojos, aprieta los dientes y se viene con un gruñido y un temblor que agrada a Tom. 

Se pone de pie y sostiene el cuerpo de su gemelo y le besa en la frente. Lo abraza tan fuerte apoyado en la pared fría de la ducha y le susurra: —No temas Bill, aún no pasará, aún nada está dicho, no temas que aún estoy contigo…

El inevitable final está por llegar y al parecer ya Tom tiene algo definido, ¿podrá Bill vivir con eso? Veremos~ se acerca su primera vez, aunque quizá para Tom no sea tan fácil que como para Bill.