Inalcanzable

*-* Hola otra vez, bueno, es mi intención terminar todos mis fics, así que iré subiendo este que algunos ya conocen. Besos~

Resumen: 

Bill Trümper es hijo de una cocinera. Tom Kaulitz es hijo de un diputado importante de Alemania. 

¿Qué tan inalcanzable puede ser?

Autora: Pink Girl

Clasificación:  MA +18
Advertencias: Shota, Lemon, Incesto no relacionado.
Género: Romántico, Drama, Universo alterno.
Pareja principal: Bill - Tom.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, solo la trama.

Nota de la autora: Escrito hace mucho, subido con la finalidad de terminarlo pronto ._. 

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El estrés y los problemas habían hecho que Simone no tuviera otra opción que optar por una propuesta de trabajo muy agotadora, pero por él que le pagarían lo suficiente como para poder sobrevivir con su pequeño de trece años, su único hijo: Bill Trümper. 

Se había separado del padre de éste, Jörg Trümper, porque era un hombre violento, aún ella no podía creer cuánto había soportado al lado a su lado. Cerca de catorce años de torturas. Así que un día decidió pedir el divorcio, por el bien de ella y de su hijo. 

Eso le costó perderlo todo, aquel hombre se había endeudado, les había arruinado la vida prácticamente. Aún Simone se cuestionaba si ese sacrificio valía la pena si no podría darle buena educación, ni podía ser una seguridad para Bill. 

Sólo estaba ella y su hijo, cuando caminando por las calles Simone encontró una propuesta de trabajo, necesitaban una cocinera en la casa de un político muy importante de Hamburgo, el trabajo era de tiempo completo, sólo libres los fines de semana. 

A ella la idea no le pareció buena en un principio, pero había alquilado un pequeño departamento, se habían mudado de la casa de su ex marido a comenzar la vida de nuevo, no tenía otra opción o no podría seguir viviendo. 

Bill había salido de la escuela en donde estaba, aún no podía estudiar, así que por una semana Simone había hablado con el mayordomo de la casa de los Kaulitz para que permitieran quedar a su hijo con ella mientras se terminaba de readaptar a su nueva vida. 

—Cariño, no salgas, ¿de acuerdo? —Le dijo su madre mientras le acomodaba la camiseta, el pequeño asintió, pero él era muy curioso. 

La mañana pasó y Simone cocinaba muchas cosas junto a otras señoras más en la cocina de la gran mansión. Bill estaba impresionado por todo lo que veía a su alrededor, era la casa más lujosa que había visto en toda su vida. Se preguntó si las personas que vivían ahí serían felices por tener prácticamente todo. 

Afuera de la cocina divisó un jardín muy grande lleno de flores. Vio a su madre seguir cocinando dándole la espalda y su curiosidad pudo más que sus ganas de obedecerla, así que decidió salir a caminar un rato. 

Muchas rosas y piletas, un lugar donde aparcar autos, habían como cinco estacionados ahí. Miraba maravillado cada cosa que encontraba. 

A lo lejos divisó un estudio, o eso creyó él. Una casita en medio del jardín ¿Sería el lugar de las mucamas o algo así? Caminó hacia ese lugar y escuchó una voz. Decidió ocultarse detrás de unos árboles, por un camino cerca de él pasó un chico muy apuesto. Era más alto que él, tendría unos catorce años, cómo saberlo. Bill se quedó paralizado, no quería que nadie lo descubriera inspeccionando, husmeado casa ajena. 

El chico que vestía ropas anchas se detuvo y miró a su alrededor, parecía que no quería ser visto, pero Bill se mantuvo detrás del frondoso árbol hasta que escuchó al chico irse. 

Se percató que entró en aquella casa que había ahí. Lo perdió de vista. 

Pero aún estaba curioso, ¿quién sería aquel chico que pasó por ahí? Tal vez el hijo de alguna empleada como él o tal vez el hijo del dueño de la mansión. No lo sabía, pero Bill era especial y bastante arriesgado, no le gustaban los misterios, quería saberlo todo siempre. Se mordió el labio con nerviosismo. 

Con paso sigiloso y muy cuidadoso se acercó hasta que dio con la ventana de la casa. Se empinó para husmear adentro, todo era tan lujoso, pero no había nadie aparentemente, hasta que logró ver la silueta del joven que había estado antes en el jardín, el que caminaba sigiloso, estaba caminando de un lado al otro hasta que lo vio divisar un piano, se sentó y lo abrió. Empezó a tocar una suave pero triste melodía. 

El pelinegro suspiró ante la música, mirando por la ventana, sintió como aquella melodía le trasmitía ese confort que necesitaba en esos momentos. Cerró los ojos dejándose llevar hasta que de un de repente la melodía cesó, abrió los ojos encontrándose con los ojos de aquel chico que le miraba desde el interior de la casa. Bill se asustó y salió corriendo de ahí, escuchó la puerta abrirse detrás suyo. 

—¡Hey! ¡Tú! —Le gritó el otro chico, pero Bill no paró, rápidamente se adentró en los jardines y corrió hacia la cocina. 

—¿Bill? —Simone lo miró con el ceño fruncido— Qué te dije de no correr aquí, ¡estate quieto! —gritó un poco molesta, aunque ella sabía lo difícil que era controlar a su hijo. 

—Sí mami… —Aún jadeando miró hacia atrás, no se tranquilizó hasta saber que no lo perseguían. 

¿Quién era aquel chico? 

Era una pregunta que inquietaría al pelinegro por esa semana. Pero lo averiguaría. Mientras no empezara las clases, él quería tener al menos un amigo.

Iré subiendo de a pocos este fic hasta finalizarlo. ¿Qué creen que pasará? jojo~