domingo, 2 de septiembre de 2012

Polizón - VI

Tardé un poco en publicar pues carezco de tiempo, pero aquí está. Este capítulo es especial, verán por qué, se llama "La entrega". Besos a todos.

—¡Dame eso, Bill! —gritaba Tom. 

A Tom no le gustaba muchos los jueguitos, él era un tipo con poca infancia; pero Bill, a él le gustaba un poco hacerlo renegar, le gustaba ver la cara que Tom ponía y ese gesto que hacía con su boca, la mirada penetrante que tenía. Reía en la esquina de su cuarto con una revista en sus manos en donde había muchas mujeres en calzones, Bill nunca antes había visto semejante cosa, sus mejillas lograban sonrojarse con mirarlas así e imaginar su desnudez detrás de sus pequeños atuendos. 

—Solo quiero ver… wow… —decía con una enorme sonrisa y las mejillas sonrojadas. 

Tom se levantó de la cama y fue donde él, tomándolo de la muñeca lo jaló— Tomi… —Reía Bill y cayó en la cama soltando la revista a un lado, Tom sonrió triunfante y se la quitó. 

—No debes ver estas cosas. —Se recostó tomando la revista en sus manos para ser solo él quien la ojee y no el pequeño, pero la curiosidad podía con el menor quien no reparó en lanzase sobre su cuerpo juguetonamente e intentar quitarle la revista—. ¡Bill! 

A Tom le gustaba jugar con él, su risa sonaba por toda la habitación, sus ojos brillantes lograban cautivarlo y muchas sensaciones agradables le inundaban el cuerpo. Se puso a pensar si antes se había sentido tan cómodo con otra persona y no halló respuesta. Solo con Bill, solo esa vez. 

Bill amaba reír, no se había sentido tan en confianza como ahí… Casi siempre había estado escapando, escabulléndose del peligro de las calles, pero no temía a Tom, sentía una cierta confianza con él, y es que se dejaba tocar, tanto contacto íntimo con otra persona nunca antes había sido así de agradable. 

—Quiero ver. —Se acercó y se puso a su lado, apoyando su cabeza en su desnudo hombro, Tom lo miró de lado y luego la sonrisa que Bill tenía apaciguó las ganas de prohibirle ver aquello solo para adultos. 

—De acuerdo, pero no podrás tocar sus inmaculadas imágenes, ellas son mías, mis chicas. —Bill bufó ante eso y se quedó mirando una que tenía un gran escote, sus labios estaban semiabiertos y estaba sentada cruzando las piernas mostrando sus muslos desnudos, llevaba un escote en la falda. 

—Wow… su ropa… no tiene mucha. —Tom lo miró, sus mejillas estaban coloreadas y se veía muy provocativo así. 

—¿Nunca has visto una mujer desnuda? —preguntó Tom, Bill negó con la cabeza, por eso estaba fascinado con la revista—. Nunca has tenido nada con ninguna… —Se burló y Bill le dio un manotazo, pero Tom tomó su mano y se puso sobre él. 

—Tom… 

Jadeó, aunque en el fondo esperaba que Tom lo tocara de alguna manera, se sentía muy bien todo aquello y ya Tom le parecía atractivo, de una manera extraña sí, él no sabía que podía desear a un hombre. Tom miraba sus ojos, le sonrió para luego besarlo en los labios, a lo que Bill se dejó suavizando el agarre que tenía en los hombros del otro, comenzó a acariciarlo hasta la espalda. 

—Quiero hacerte mío —susurró Tom casi inaudible, Bill se sobresaltó ante ello y solo se quedó quieto entre sus fuertes brazos. 

—No soy una mujer… no soy como esas mujeres de la revista. 

—Lo sé. —Tom lo miró serio y Bill comenzaba a agitarse, eso no entraba en su mente. 

—No podemos… —Se mordió el labio y Tom ladeó la cabeza, mirándolo a detalle, descendió su mirada por todo el frágil cuerpo de Bill, y le tocó el estómago provocándole un estremecimiento. 

—Sí podemos… —Metió su mano por debajo de su camisa crema, Bill se dejó, suspiró y cerró sus ojos, amaba las caricias—. Si tú quieres. —Abrió los ojos y alzó una mano, tomando el rostro de Tom, acariciando sus mejillas. 

—¿Quieres que te acaricie? —Bajó una de sus manos y tocó su entrepierna por encima de sus pantalones, Tom jadeó un poco, las manos de Bill se habían vuelto algo expertas en ello, pero Tom esta vez no solo deseaba eso, quería tomar a Bill, de solo imaginarlo la expectativa se le hacía muy tentadora. 

—Humm… No. —Bill dejó de acariciarlo, se consternó un poco y suspiró hondo—. Quiero… —Se acercó al oído y le susurró a detalle lo que deseaba. Bill abrió los ojos sonrojándose mucho. 

—¡Qué! —Puso las manos en el pecho de Tom—. No se puede… —habló agitado y Tom le quitó algunos cabellos que estaban en su rostro. Tom rió un poco, al parecer había sido muy directo, no debió susurrarle aquello, pero ya estaba hecho. 

—Solo si te dejas… seré cuidadoso, lo juro. —Besó su mejilla y luego sus labios—. Por favor… —Bill no se haría de rogar por mucho tiempo, Tom ya comenzaba a besarle el cuello y eso a él le encantaba, sus suaves labios ahí, su húmeda lengua, ¿cómo resistirse más? 

Tom no tuvo que preguntar otra vez, Bill se dejaba y comenzó a quitarle la ropa poco a poco. El polizón se agitaba cada vez más, cooperando, dejándose desnudar, total, ya varias noches había estado casi desnudo en sus brazos, restregándose contra el otro hasta sentir el máximo placer, estaba conforme con eso, pero al parecer Tom deseaba tomarlo. 

Bill casi ni podía imaginarse aquello. Tom le había pedido entrar en él, y esa idea lo agitaba mucho, llenándolo de incertidumbre. 

Pronto estaba completamente desnudo, temblando de nervios bajo el cuerpo del otro. Sus rastas le producían cosquillas en los hombros, pero él no reía, casi no podía hacerlo, solo jadeaba y respiraba desesperado por más aire. Una mano de Tom descendió por su costado, acariciándolo y luego entre sus piernas, tomando su miembro. Bill gimió dejándose llevar por las agradables sensaciones. Ya era la tercera vez que algo así pasaba. Estaban en la mitad de la última semana de viaje y aún Tom tenía en turno de noche para trabajar. La luz natural entraba por una ventana pequeña sobre la puerta, Tom podía verlo todo, y lo hermoso que Bill lucía sudando y disfrutando sobre la cama lograba recompensar mucho. Bajó su mano un poco más, casi entre sus nalgas, Bill soltó un chillido algo extraño, se estremeció y trató de alejarse de Tom. 

—No creo que… ya sabes, no se podrá Tomi —dijo con los ojos cerrados, muerto de vergüenza. Tom se alejó un poco de él, acarició su vientre hasta que Bill abrió los ojos y lo miró. 

—Si no lo intentamos no sabremos si se podrá o no. —Tom le sonrió y Bill se mordió el labio, el barco dio una sacudida extraña la cual alertó a los dos, Bill se sujetó de los hombros del otro el cual rodeó su cintura, alzándolo y así sentándolo en sus muslos. Cara a cara, Bill apoyó la frente en su hombro comenzando a sentir las caricias de Tom por su espalda y luego más abajo, causando que arquee la espalda y comenzara a incomodarse. 

—Tom… —Se agitó en cuanto sintió sus dedos húmedos hurgar ahí. Sus uñas se clavaron en sus hombros y cerró tan fuerte los ojos cuando Tom comenzó a adentrarse en su estrechez muy bien cerrada. Era algo doloroso lo cual comenzó a asustarle. 

—Tranquilo. —Besó su largo cuello—. Esto es necesario. —Bill no quería mirarlo a los ojos estaba conmocionado por la nueva experiencia y sobre todo por la forma en como su corazón latía… Como si se estuviera entregando a Tom, como si después de lo que estaba por ocurrir, sería parte del otro. 

—¿Me quieres? —susurró la pregunta en su oído, jadeando y temblando aún más. Tom detuvo sus caricias por un momento, se quedó mirando un punto fijo en la pared de al frente, él no sabía si lo quería o no—. Faltan… creo que falta tres días para llegar —susurró removiéndose en sus brazos, Tom aún estaba con dos dedos dentro de él. Bill bajó una mano y le tocó el brazo, pero Tom no retiró sus dedos, Bill gimió cuando le sintió entrar aún más. 

—Lo sé —apenas dijo, siendo conciente de ello—. Pero no sé si… si te quiero. —Bill soltó un quejido y se abrazó más a él. 

—No te veré más, Tom. Yo quiero verte, sentirte, saber qué haces… No sé, yo sí te quiero, siento que sí. —Fue sincero. Él lo quería tanto como para dejarse hacer semejante acto, dejarle entrar en su cuerpo aún sabiendo que quizá eso le dolería mucho. Tom se quedó algo conmocionado ante sus palabras y más aún cómo las sintió, la forma como fueron dichas cargadas de sinceridad e inocencia. 

—Pequeño Bill… —Lo abrazó con fuerza y el otro enredó sus largas piernas alrededor de su cintura abrazándolo más y dejándose hacer— ¿Quieres saber algo? —Bill asintió y Tom comenzó a mover sus dedos—. No me arrepiento de haberte sacado de ese almacén, creo que… que este es el mejor viaje que he tenido en toda mi vida. —Bill lo encaró y tomó su rostro en sus manos. 

—Dime que estarás conmigo, que no importa que seamos dos hombres y que esas cosas estén prohibidas. —Tom tragó saliva, sus sentimientos eran evidentes, pero el compromiso, aquello lo veía imposible. Así que lo apretó en sus brazos y le plantó un beso, uno rudo que le indicaba todas las ganas que le tenía en ese momento. Bill podía sentir el miembro de Tom totalmente hinchado rozar el suyo en las mismas condiciones. Comenzó a asfixiarse y moverse desesperado en los brazos del de rastas, agitado y muy caliente al extremo que comenzó a sudar. 

—Tom… —gimió su nombre en cuanto dejó de besarlo, casi chilló al sentirlo sacar sus dedos y recostarlo en la cama, se apoyó en sus hombros, aún temblando. Tom le tomó las piernas y prácticamente las dobló hacia arriba, exponiéndolo como nunca antes había estado en su vida—. Oh, no… —musitó nervioso—. ¿Qué haces? —Tom tomó su mentón y lo miró. 

—No mires hacia abajo. —Besó la punta de su nariz—. No voy a hacerte daño, relájate. —Pequeños besos en sus mejillas y luego en su mentón, una mordida traviesa y Bill jadeó casi sin poder imaginar algo en su mente, estaba en blanco, así que cerró sus ojos, aún sintiendo como sus piernas estaban tan abiertas, Tom las puso sobre sus hombros, era algo un poco incómodo para el menor. Tom descendió hacia abajo y dejó caer algo de saliva la cual resbaló hasta rozar la virginal entrada del otro quien se sobresaltó abriendo sus ojos. 

—¿Estás seguro? —preguntó con la voz entrecortada y Tom le sonrió colocándose entre sus piernas y rozándole, sus intenciones eran evidentes, asintió para luego besarlo. 

—Te deseo, Bill… me encantas —susurró tomando sus caderas, alzándola un poco y presionándose en él. 

—oh… ¡Ahh! —Un grito agudo y un estremecimiento, sus manos se clavaban como pequeñas garras en la piel de Tom, sus ojos se cerraron fuertemente y su cuerpo tembló por ese ardor casi insoportable—. Duele… —susurró al borde algo, Tom lo miró fijamente, viendo su sufrimiento, comenzó a angustiarse, no quería que fuese una experiencia mala para él, así que desistió en moverse, de quedó quieto sintiendo como Bill le apretaba, se mordió el labio. 

—Tranquilo —acarició su mejilla, secó una lágrima que bajó hacia el colchón, besó su frente—. ¿Estás bien? Estoy dentro… —acariciaba su cadera con la otra mano libre— Eres muy caliente —rió y Bill intentó sonreírle, suavizó su agarré en sus hombros, comenzando a mover sus manos para formar caricias hasta la espalda y cuello de Tom, tomando sus rastas, acariciándolas. Aquello le indicó que Bill, a pesar de todo, deseaba ello. Apoyó una mano al lado de su bello rostro y entró aún más viéndole abrir la boca y ahogar un gemido. 

—Aún no lo creo… —musitó al sentirle entrar más, y es que lo sentía imposible, enredó sus piernas en la cintura de Tom y éste se irguió un poco. 

—Créelo. Te ves precioso así… ¿duele? —Bill asintió, se sentía lleno. Y cuando Tom comenzó a moverse, él no pudo evitar quejarse, cerrando los ojos y poniendo su cuerpo tenso por aquel dolor agudo en su trasero—. Ow… —Tom llevó la cabeza hacia atrás, era tan placentero como Bill lo envolvía, apretaba deliciosamente, temblaba y gemía bajito. 

—Oh, Tom, Tom… —susurraba su nombre con aguda voz y luego abrió la boca tanto como pudo, alzando las piernas y arqueando su espalda, el placer lograba interponerse en medio del dolor, aquella parte de su cuerpo comenzó a dilatarse en cuando Tom entraba y salía cada vez más seguido, llegando a hundirse causándole en ese acto un placer que él nunca había pensando que existiese. 

—¿Estás bien? —preguntó al escucharlo gemir tantas veces seguidas. 

—Sí… Nn… —Se retorcía de placer. Tom se le acercó y besó comenzando a acelerar en él, Bill apretaba su cintura con sus piernas que temblaban al compás del mayor. Aquella cama comenzó a sonar golpeando la pared cosa que Tom no deseaba, pero preso del momento, al ver el rostro de Bill contraerse de placer cuando él lo embestía, continuó sin pensar en otra cosa que no fuese darle ese placer. 

Afuera, por el pasillo, Andreas caminaba por la cubierta de barco. Se había peleado con Tom tanto que no podían estar cerca, algunos de sus amigos sospechaban que algo serio estaba pasando entre los dos, pero ninguno de ellos dijo algo. 

Escuchó los golpes extraños en el cuarto de Tom y se acercó a la puerta, pegando su oído… Logrando así escuchar los leves gemidos de ese chico y los gruñidos de Tom. Sonrió triunfante, los había pillado otra vez. Metió una de sus manos en su pantalón, comenzando a acariciarse, se imaginaba aquel jovencito muy guapo, deseaba verlo para tocarlo. 

Dentro de la habitación, Bill apenas podía mover sus labios para dar un beso, estaba gimiendo con cada estocaba, manteniendo la vista fija en Tom, quería ser capaz de decirle muchas cosas, pero ninguna palabra coherente saldría de sus húmedos labios, solo sonidos que le indicaban a Tom que estaba disfrutando, que le gustaba mucho lo que estaban haciendo. 

—Tom… ahh… —cerró los ojos, encogiéndose, apretándolo con sus piernas, Tom se movía muy intenso, tanto que lograba sacar lágrimas de los ojos del pelinegro— Creo que… ya, Nn… ahh… —gimió tan alto que Tom se estremeció, además de sentir como Bill se contraía de placer, apretándolo y luego corriéndose fuertemente. Cayó sin fuerzas en la cama respirando agitado, con ambos brazos a los lados de su cabeza, miraba fijamente a Tom, aún dentro de su cuerpo, posó las plantas de sus pies desnudos sobre la cama— Eso fue… fue como tocar el cielo —confesó, Tom se quedó embelesado mirándolo, se veía tan hermoso con aquel rubor y cómo había disfrutado—. Ahh… —apenas gimió cerrando sus ojos, Tom continuaba, se mordió el labio reprimiendo sus quejidos y es que comenzó a dolerle aquello. 

Tom se vino en Bill y éste lo abrazó, besando su mejilla, reprimió un quejido cuando Tom salió y se recostó en la cama con Bill sobre su pecho, le quitó algunos cabellos pegados por el sudor, se los puso detrás de sus orejas. Bill sonrió tímido. 

—Eres hermoso —dijo Tom en un susurro, Bill se inclinó y besó sus labios, estaba tan cansado y pegajoso que suspiraba para descansar, a Tom le pasaba lo mismo. 

El silencio reinó por un momento, Tom se quedó algo consternado. Y es que para él no era la primera vez que se acostaba con alguien en el barco y que luego sintiera que esa persona se iría pronto… Lo que sintió en esos momentos, fue un gran temor. Acarició la espalda desnuda de Bill, lo abrazó por la cintura escuchándolo suspirar, acomodándose sobre su pecho buscando descanso. 

Una risita conocida sonó cerca de la puerta, Tom se sobresaltó y aquello despertó a Bill. 

—¿Qué pasa, Tom? 

—Shh… Hay alguien afuera, maldición, sé quien es… Deberás ocultarte. —Bill se asustó un poco, cogió las sábanas para cubrir un poco su cuerpo, Tom parecía muy airado, se levantó de la cama comenzando a vestirse rápidamente. 

Bill tomó su brazo para mirarlo a los ojos y descifrar la gravedad del asunto, Tom le dio un pequeño beso en su frente tratando de calmarlo y Bill, envuelto en la sábana, se arrodilló para luego escabullirse debajo de la cama de metal. Se metió muy al fondo, detrás de unas cajas de madera en donde Tom guardaba chucherías. 

Tom caminó hacia la puerta y la abrió para salir rápidamente causando un sobresalto en el rubio cuyo rostro denotaba malicia. Rió al verlo salir y sacó su mano de dentro de sus pantalones de tela. 

—Quiero verlo y es en serio Tom, quiero entrar ahora —demandó y Tom lo tomó del cuello, alzándolo un poco. 

—¿Qué parte de que no te quiero ver cerca no te quedó claro? 

—Parece que no entiendes Tom, eres tan tonto, ¡tienes un polizón oculto! ¿Pasa algo contigo? ¡Ni quieres compartir! ¡Era tu amigo, Tom! ¡Qué pasa ahora! —Tom lo empujó hacia la pared, golpeando su espalda—. Ni se te ocurra hacerme daño, mira que aún no te delato, solo quiero estar con él una noche, esta noche, nada más, lo que sea que pretendas hacerle es tu asunto, ¿hacemos trato? —Sonrió maliciosamente y Tom sintió como una especie de nausea de solo imaginar a Andreas tocando a Bill, así que frunció el ceño causando algo de temor en el rubio quien se encogió un poco—. Si me golpeas juro que no habrá más trato, estarías perdido, lo sabes. 

—Calla. No quiero oír tu voz, no te lo daré, él es solo mío. —Tom no imaginó que alguna vez diría algo semejante. Andreas rió burlándose de sus palabras. 

—¡Suéltame! —demandó y se liberó para luego alejarse un poco—. Ya verás —amenazó con los ojos muy abiertos—. Te jodiste. —Rió frío y Tom comenzó a desesperarse, se le acercó, pero Andreas lo esquivó—. No te me acerques, ahora verás, tú te lo buscaste que te quede claro, yo era tu amigo Tom —dramatizó. 

—Andreas… —La puerta del cuarto se abrió apenas y envuelto en sábanas Bill asomó la cabeza, Tom se asustó, lo miró con desesperación, Andreas se lamió los labios al verlo en esas condiciones, las facciones que aquel chico tenía, sus ojos brillantes y sus labios aún húmedos—. Bill… qué haces —susurró tomando su brazo para empujarlo hacia dentro del cuarto, cualquiera podría pasar por ahí y sería fatal para los tres presentes. 

—No quiero que te metas en problemas por mi culpa. —Había escuchado todo. 

—¿Ves?, lo escuchaste —habló Andreas mirándolo de pies a cabeza, lo deseaba lujuriosamente. 

—¡Calla! —casi gritó a Andreas y empujó a Bill dentro. 

—Te lo repetiré una sola vez más, o me dejas entrar o es lanzando por la borda hoy mismo, elije. 

Tom comenzó a agitarse y las suaves manos de Bill tocaron su brazo, acariciándolo. 

Solo faltaba tres días… solo tres para que el polizón llegara a su destino sano y salvo, Tom debía pensar en algo, pero rápido.

Pequeño polizón, fue su primera vez y bueno. Falta poco para que lleguen a tierra, muchas cosas pueden pasar. Besitos <3

9 comentarios:

  1. Hermoso!! de veras ^_^ su primera vez >_< que emocion!! por el... y tenia que arruinarlo es estupido de Andreas! ash! yo que Tom ahi mismo lo tiro por la borda hehehe!
    espero el proximo

    besos, hermosa :)
    chao


    MEOWWWWW!!!! :"3

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    1. ...es una muy buena idea esa de tirarlo por la borda... xD

      Criis.

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    2. Hallo a las dos *-* Alientokita y Criss<3
      *w* jajaja de hecho se le pasará eso por la mente a Tom varias veces xddd
      besitos <3

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  2. :S aush... y ahora, ¿Qué hará Tom?.... (:S no recuerdo)...
    espero subas el prox. pronto, ya quiero saber que brillante idea se le ocurre a Tom... porque, se le ocurre una.. cierto?... :S

    Cuidate! küsses!
    Criis. <3

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    1. Creo que se le ocurre algo... veremos n_n pronto subiré lo que sigue~
      Besos y gracias por comentar Criis *-*

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  3. Ohh!! ame el capi de principio a fiiiiin, estuvo muuuuuuuuy bueno, sigula pronto pink, besooooos

    att: wajillo

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    1. Wajillo <3 gracias *.*~ pronto subiré lo demás.
      Besitos <3 <3

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  4. HOLAAAA DamitaRasa!!! LA PRIMERA VEZ DE BILLITO kon Thomas!!!Un inmenso placer (komo el ke experimentaron ellos y tan bien narrado por TI) es leerte nuevamente en este fic ke tantas sensaciones diversas me hizo sentir en kada kpi Gracias por publicarlo aqui!! :D TKUM Lily ♥

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    1. Hallo <3 Lily n_n muchas gracias<3 como de seguro sabrás, experimentarán muchas cosas más que iré publicando.
      besitos y gracias por leerlo otra vez y comentar *-*

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