jueves, 6 de septiembre de 2012

Consecuencias

Hola a todos *-*! He decidido publicar este oneshot Mpreg a petición de Wajillo<3 Espero les guste y entiendan el mensaje XD Besos a todos.  
Resumen: 
Las consecuencias de miles de noches de pasión, podría cobrarles factura. 

Luego de que Bill prácticamente se burlara de su amiga Clara, las cosas para él cambiarían en nueve meses… 

“¡No puede estar pasando!” 


Autora: Pink Girl
Clasificación:  MA +18
Advertencias: Incesto no relacionado, contenido explícito, lemon, Mpreg.
Género: Romántico, Fantasía, Humor, Universo Alterno.
Pareja principal: Bill - Tom.
Capítulo único.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, solo la trama.
Nota de la autora: Un oneshot que escribí hace tiempo. Gracias a Misser por el bello banner *-*~

Banner hecho por Misser.

—¡Ahh! Más Tom y fuerte, ¡hmm! 

Ese era Bill Kaulitz, un joven de apenas diecisiete años, estaba preparándose para entrar a la universidad de letras. 

—¡Joder contigo! Alza bien ese culito que ahora si vengo con ganas. 

Y ese era Tom Trümper, su compañero de cuarto en el Instituto… Bueno, precisamente no solo era su compañero, eran ya novios desde hace algunos meses y sus tiempos favoritos eran precisamente después de clases en la cual se encerraban en la habitación con una música alta para que ninguno de internado supiera lo que hacían. 

Aunque ya la mayoría lo sabía. 

—¡Así Tom! Sí… —Gemía tratando de seguir sosteniéndose sobre sus rodillas temblorosas con la cabeza en la almohada y con ambos brazos aferrándose a ella mientras Tom le daba muy fuerte por detrás. No sabía hasta cuándo podía estar sin correrse ahí mismo. 

—Agrr… Bill… —gruñó con ambas manos en sus caderas, lo cogía con fuerza, ya estaba llegando y podía sentir la corriente golpearle el bajo vientre, trataba de aún no terminar ya que le gustaba hacerla larga. Pero Bill contraía sus músculos en un juego placentero aparte de sus gemidos estruendosos y sus movimientos al compás de las fuertes embestidas. 

—Ya llego… ¡Ahh! —Abrió la boca y gimió con fuerza para luego sentir a Tom entrar tan hondo. 

Vieron las estrellas, las tocaron y jugaron con ellas en milésimas de segundos. Todo explotó y cayeron rendidos sobre la cama de uno de ellos, de Bill. Y apenas se miraron. 

La segunda vez del día, siempre era la mejor… 

A Tom le gustaba observar cómo su amante se contoneaba en la cama después de su orgasmo, le abrió los brazos y se recostó más a su lado, sudando y aún muy agitados. 

—Eres un… conejo Bill, quieres que lo hagamos a cada rato. —Bill rió. 

—Quién habla, tú siempre lo inicias. 

—El sexo es terapéutico —dijo con una sonrisa pillina—. El mejor deporte. —Recibió un manotazo de parte de Bill—. Auch… 

—No es un deporte. 

—Para mí sí… mira cómo me dejas. —Bill suspiró siendo invadido por una calma. 

Para él el sexo no era deporte, pero cómo amaba tener tiempo solo para eso. Sabía que dentro de poco Tom lo despertaría a besos para hacerlo otra vez, y él gustoso esperaría ese momento. 

*** 

Como todos los días de semana, se encontraban en clases. Que aburrida era la vida cuando tenían que aprender cosas técnicas sobre números y fórmulas cuando habían otras cosas mucho más interesantes en qué pensar. 

Bill tenía su lápiz metido entre sus labios pensando en cómo lo harían otra vez… A Tom le excitaba mucho las sorpresas, y Bill era muy creativo en ello. 

—Con que conejo…hum… —dijo en voz alta y luego se ruborizó un poco—. Cómo consigo eso. 

—Señor Kaulitz —llamó el profesor y Bill se sobresaltó—. ¿Podría resolver este ejemplo por favor? —Oh, mierda… Pensar en sexo no era nada productivo y no ayudaba a resolver matemáticas, se lamentó. 

Tom estaba en otras clases, se extrañaban por horas y luego desfogaban esa tensión en el cuarto privado que compartían en el Instituto y algunas veces, cuando salían, podían pasarla muy bien en cualquier lugar privado que encontrasen. 

Llegando la tarde, Bill fue a buscar a su amiga Clara para con ella comprar algunas cositas que él necesitaría para la noche con Tom. 

—Clari, ya pues… —Ella tenía muy mala cara y Bill parecía no percatarse de eso—. ¿Clara? —Ella lo miró con los ojos rojos y él se sentó a su lado. Estaban en un salón de clases— ¿Pasa algo? —Sus labios temblaron y ella comenzó a llorar— ¡Clara! 

—Bill, no me baja… 

—¿Qué? ¿Bajar qué? —Ella se le acercó y posó su cabeza en su hombro. 

—Eso… no me baja hasta ahora. Me atrasé ya tres semanas, estoy… ¡Estoy jodida! —Bill fue conciente de eso, al parecer su amiga estaba embarazada. 

—Pero, ¿qué? ¿Qué pasó? 

—Georg… estoy saliendo con él, pero bueno, no es tan formal, ¿entiendes? —Bill asintió con una mueca de confusión—. Un maldito descuido, ¿ahora qué haré? ¡No puede estar pasándome! 

—Felizmente no soy mujer —dijo él casi de un impulso sin reparar que eso podía afectar mucho a su amiga quien lo miró casi fulminándolo con sus ojos rojos del llanto desesperado. 

—¡Qué dijiste! ¡Te cuento que estoy arruinada, que puedo dejar el instituto e irme a trabajar en una fábrica con mi hijo en brazos! 

—Calma, jejeje —Bill no sabía cómo lidiar con esos problemas, y el pensamiento de “felizmente no soy mujer” le vino justo como un alivio en ese momento—. Ya Clara, no te alteres, ya pasará… 

—¡No pasará, Bill! ¡Mi vientre se inflará y saldré de aquí! ¡Estoy arruinada! —Bill se alejó de ella, no sabía cómo calmarla, consolarla o algo para que dejara de gritarle. 

—Ya Clara… ya… habla con él, cásate, ten hijos, sé feliz. 

—¡Bill! —gritó ella frustrada— ¡Ojala un día te pase lo mismo! —Lo dijo con una voz grave y lágrimas en sus ojos. Eso a Bill le pareció amenazante y bastante intimidante, su amiga parecía poseída y decidió alejarse de ella—. ¡A dónde vas! 

—Debo salir… e… te cuidas, sí. Nada está perdido, nada. 

—¡Bill! —gritó a lo lejos y él casi corrió para alejarse de ella. 

Caminó por el pasillo del Instituto yendo hacia la salida. 

—Uff… Felizmente no tengo un útero, joder, que ahora estaría más que preñado. —Rió algo aliviado. Pero luego la imagen del rostro descompuesto de su amiga vino a su mente… Que miedo le dio, dramas de mujeres él nunca entendería. Menos los dramas de la maternidad. 

Trató de olvidar aquello y luego recordó para qué había salido. Se metió en esas tiendas raras del sótano del supermercado y compró algunas cositas. Pequeñeces que casi le sacan un ojo de la cara con lo caro que estuvo. Pero toda su mente estaba enfocada en la noche con Tom… 

Por su lado, Tom se despedía de sus amigos, algunos sabían que salía con Bill, y siempre lo veían retirarse a los cuartos tan rápido como podía, su novio lo estaría esperando. El final de un día significaba el comienzo de sus noches lujuriosas y llenas de encuentros cada vez más elaborados. Estaban obsesionados el uno con el otro y eso alimentaba cada vez sus encuentros pasionales. 

Llegó al bloque de los cuartos y subió casi corriendo. Caminó el pasillo tratando de disimular, algunos estudiantes estaban saliendo para los comedores a cenar, mientras que él ingresaba para cenarse a su lindo novio. 

Al abrir la puerta, había un olor agradable, el perfume de Bill por todos lados y la cama estaba solo cubierta con sábanas blancas, Bill no estaba, pero todo parecía estar preparado para Tom. Velas en ambas mesitas al lado de la cama. 

—¿Bill? —comenzó a llamarlo, sabía que estaba en el baño, era el único lugar. 

La puerta del baño se abrió y salió de ahí la criatura más sensual que Tom haya visto alguna vez. Su pene rápidamente despertó con solo mirarlo. 

Semidesnudo con solo unos bóxers blancos y unas botas altas hasta las rodillas y sobre su cabeza, unas orejas blancas de conejo. 

—¿Me llamaba, amo? 

—¿Cómo me llamaste? —preguntó acercándose sigiloso. Quería lanzarse sobre él y hacerlo suyo ahí, cerca al baño, en el suelo, en donde sea… estar dentro de ese apetitoso cuerpo. 

—Amo… jijiji. —Rió emocionado y se dio la vuelta para mostrarle su colita, un pomponcito blanco pegado en su piel. Le meneó las caderas y se inclinó un poco apoyándose en sus rodillas, abrió las piernas descaradamente y lo miró por encima de su hombro—. Hoy soy tu conejo, tu mascotita privada… 

Tom sintió que se correría ahí mismo por tantas palabras, necesitaba callarle esa boquita. Se le acercó y lo tomó de las caderas, susurrándole al oído toda clase de cosas atrevidas y como se la clavaría hasta el fondo por provocarle de esa manera. 

—Así que conejito… pues saltarás sobre mí hasta el amanecer. 

Casi con desesperación se quitó toda la ropa y luego de segundos estaba sobre Bill sosteniéndole las piernas, abriéndoselas para permitirse entrar en su estrechez haciendo que el otro gritara por más. 

Luego Bill terminó sobre Tom, saltando tan rápido, rasguñándole el pecho, gritando tan alto como daba su voz. Tom le estrujaba las nalgas mirándolo a los ojos y sobre su cabeza, como esas orejas blancas se movían con el vaivén frenético. 

El tan ansiado orgasmo llegó y ambos se envolvieron entre las sábanas blancas. 

—Tú como mascota eres… ¡Eres increíble! —Bill rió. 

—Tengo un buen amo. —Se acurrucó en su pecho y Tom le besó la cabeza acariciándole la mejilla. 

—Duerme mi conejito… ya te despierto por tu zanahoria bien gruesa y grande, atragantaré tu boquita. —Bill casi ni pudo oír todas esas guarradas que le decía, el sueño le vencía. 

Como siempre soñó con Tom… 

Él se soñó como un conejo. Claro, hace poco se había disfrazado para Tom de eso. Pero luego su sueño se trasformó en una pesadilla media rara. Él estaba con las piernas abiertas y de él salían miles de conejitos esponjosos —¡Mami Bill! —le dijo uno de ellos y luego todos corearon “¡Mami Bill!” 

—¡Ahh! ¡No quiero ser una madre conejo! —gritó sentándose en la cama. Era aún de noche y Tom despertaba a su lado con una mueca de disgusto. 

—Te dije que te lo haríamos otra vez, pero de verdad muero de cansancio… Prometo en la mañana hacértelo como te gusta. —Bill seguía con los ojos abiertos, asustado recordando ese sueño. 

—Soñé que de mí salían conejos, Tom. —el mencionado rió. 

—Cariño, duerme. Soñaste eso por lo que acaba de ocurrir… Por cierto, la idea del conejo estuvo buena, te quiero siempre así. 

—¡Tom! En serio, fue una pesadilla fea, creo que fue por Clara… —Tom se acomodó para dormir, dejaría que Bill hablara para arrullarlo con su linda voz—. Ella me dijo que estaba embarazada, ha de ser feo estar así siendo tan joven, felizmente no soy una mujer o ya estaría preñado de ti como un conejo… ¿Te imaginas Tom? yo con una enorme panza llena de hijos conejos. Oh, por Dios, sería horrible… —Hubo un silencio en la cual un ligero ronquido se escuchó, Tom dormía —. ¡Tom! —pero ningún grito de Bill lo despertaría. 

*** 

Semanas pasaban y cada vez las cosas mejoraban. Tom de la emoción le había regalado un anillo a Bill, símbolo de que quería algo serio con él y no solo sexo desenfrenado cada día. Ambos sabían que se amaban. 

Bill veía a Clara cada vez peor, usaba ropas algo anchas y ya no se juntaba con ella por su mal genio. 

Ya había pasado casi tres meses… Y Clara anunció a todos que se iría del Instituto. Solo Bill sabía la razón. 

A la hora de salida, salió con Tom a comer algo pequeño antes de encerrarse en el cuarto a hacer el amor. 

—Tomi, hoy Clara se fue. 

—¿Y? —dijo tomando un café. 

—Que se fue por lo que te dije… —Si se trataba de otras personas, Tom no prestaba atención, a las justas sabía quién era Clara, y a pesar de que Bill le haya contado toda la vida de la pobre chica, éste solo sabía su nombre—. El embarazo, ¿lo recuerdas? 

—Ah, claro —dijo indiferente. 

—Ha de ser feo… 

—Supongo. 

—¡Tom! —Bill siempre se quejaba por la indiferencia de Tom en conversaciones de otros. 

—Bill, tengo algo para hoy. —La cara de Bill cambió en una en cuanto Tom lo miró provocativamente. 

—¿Algo? —Tom asintió y la curiosidad de Bill no pudo más. 

Corrieron al cuarto agitados por probar lo que Tom tenía para él, pero estando en el pasillo, Bill se sintió mareado. 

—¿Qué pasa? 

—No lo sé… algo de la comida me cayó mal de seguro, tengo náuseas. —Se apoyó en Tom y entraron calmados a la habitación, se sentó en la cama tocando su cabeza—. Oh, no puede ser —se lamentó—. Creo que hoy estaré indispuesto. 

Tom suspiró resignado y le mostró a Bill un calzoncito que le había comprado. A Bill se le antojó jugar con ropa comestible, pero ese olor a dulce casi le provocó el vómito. 

—Lo lamento —dijo apenado, recostado en la cama con ambas manos sobre su vientre. 

Y esa fue la primera noche en la cual no hicieron el amor. 

El resto de días, Bill empeoraba. Mareos, náuseas, extraños antojos, le preocupaban y a Tom también, ¿qué pasaba? Y luego Bill se desmayó en una clase. Eso fue la gota que rebalsó el vaso, y el fin de semana, Tom manejaba con Bill hacia el hospital. Bill los odiaba, pero no había otra solución, debían saber qué pasaba. 

—Tomi, lo lamento, en serio que si estaría bien lo haríamos como antes… 

—Lo sé, me preocupas tú ahora, luego pensaremos en reivindicar el tiempo perdido. —Rió emocionado. 

En la consulta general, ningún médico supo dar un diagnóstico así que tuvieron que regresar otro día para una consulta más especializada. 

Cuando lo hicieron, examinaron el vientre de Bill con un aparatado especial, dándose con la gran sorpresa de que un ser crecía ahí. 

—Sabemos que es usted es un hombre —dijo el médico totalmente asombrado. Bill seguía recostado en la camilla cerca de Tom mientras el doctor seguía examinando su vientre con una maquinita mirando hacia un monitor—. Pero usted tiene un útero, es extraño, pero lo tiene. 

—¡Qué! —Bill se removió ahí sentándose en la camilla. 

—Cálmese, lo que le digo es verdad, y… además está embarazado. —Tom tuvo que tomarlo de los hombros en cuanto su cuerpo cayó hacía adelante. La impresión fue tal que terminó desmayado en el consultorio. 

—Doctor, no puede ser verdad, es un hombre, esto debe ser una broma —habló Tom bastante sorprendido. 

—Estoy sorprendido también —dijo el médico—, esto nunca antes se ha visto, pero lo está, serás papá. —Le sonrió—. Esto lo mantendremos en secreto, ¿te parece? Estaré monitoreando su embarazo. 

—Pero cómo… esto es imposible. 

—Lo sé. 

—¿Cómo nacerá? No puede ser… —Tenía tantas dudas en la cabeza. Aún Bill estaba en la camilla reposando del susto, abrió los ojos y se quejó. 

—Tranquilos —habló el médico—. Deberé hacerle pruebas, no tiene una vagina, tendremos que operarlo cuando el bebé deba nacer… Tienes un útero bastante particular, no puedo imaginar cómo se fecundó un bebé ahí, es extraño… es… sobrenatural. 

Esa palabra lo asustó mucho. 

Un mes más pasó y Bill comenzaba a presentar una barriguita algo abultada. Claro que nadie sabía que estaba embarazado, era un secreto. 

Tom era bueno con él, le llevaba al cuarto toda clase de antojos de dulces. 

—¿Niño o niña? —preguntó. Bill estaba sentado en la cama, comenzaba a quitarse la ropa para Tom, aunque habían dejado de hacerlo seguido por la condición de Bill. 

—Tom, aún no sé… Esto es extraño, ¿no lo es para ti? —Tom asintió y luego le besó la barriguita. 

—Lo es, es lo más loco y raro que me ha pasado, pero es contigo, así que es bastante bueno… Un hijo. 

—Tenemos diecisiete —dijo achinando los ojos. 

—Lo sé, pero yo lo quiero. —Bill le sonrió, de todas maneras era importante que Tom lo quisiera, que siguiera a su lado. No se sentía solo— ¿Quieres… hacerlo suave? 

Bill asintió poniéndose de costado, las manos de Tom le rodearon tocando un poco su vientre abultado y lo penetró con cuidado. A veces Bill se quejaba, ya no podían hacerlo fuerte como antes. 

Al quinto mes, Bill temía salir a clases, ya tenía una barriga bastante grandecita y ahora vestía como Tom, éste le prestaba sus anchas ropas para así disimular el embarazo. 

El doctor había constatado que efectivamente eso era algo sobrenatural… No había explicación biológica, no era un hermafrodito, tenía sus cromosomas masculinos, no tenía vagina, ni ovarios que produjeran óvulos, solo se le encontró un ovario pequeño de la cual se hubiera creído habría salido el único óvulo que se fecundó en él. Sólo tenía un buen útero y dentro de éste, un bebé varón. 

Tom le compró algunos roponcitos y planeaba mudarse fuera del Instituto con Bill. Para ello tuvo que vender su auto. Felizmente Bill tenía uno, lo usarían como pareja. La parte difícil sería hablar con los padres de ambos… Desistieron por el momento. 

Al sexto mes, ya casi todos notaban la barriga abultada de Bill, pero éste argumentaba estar engordando. Se mudaron a un departamento fuera del Instituto. 

Y Bill se encontró con Clara en una consulta del hospital. A ella le acompañaba su madre, con lentes negros y mala cara. 

—Bill… —le miró sorprendido por la barriga que éste tenía. 

—Clara… ¿cómo estás? —La abrazó y ambas barriguitas chocaron. 

—No muy bien, pero tú estás gordo. —Él rió un poco, Tom estaba a su lado y él era de poco saludar e interactuar con mujeres, miraba hacia otro lado esperando que Bill dejara de hablar con su amiga. 

—Sí, ¿sabes?, lamento mucho haber sido mal amigo, créeme que ahora sé la angustia de saber que… se está embarazado. Es una nueva etapa de la vida, espero y tengas el apoyo que tengo yo… —Ella lo miró extrañada, y luego le tocó el vientre. 

—¿Qué? —dijo consternada y Tom pudo percatarse de aquello. 

—Saludos Clara… —apenas pudo decirle ya que era jalado por un impaciente Tom— Tomi… 

—Quién no calla tu bocota, Bill; sabes que esto es un secreto. 

—Es que creo saber por qué me pasó esto, ¿recuerdas cuando te conté que ella me contó su embarazo? —Tom no podía recordar aquello—. Creo que… estoy embarazado porque no la traté bien, ahora lo entiendo. —Tom rió un poco. 

—Nada de eso. Lo estás porque follábamos tanto que… te creé un útero ahí dentro, velo de esa forma. —Bill asintió ante sus palabras, pero por dentro sabía que era por aquella vez que trató mal a Clara. 

Las consecuencias de su maltrato hacia ella había activado algo… el Karma, alguna cosa sobrenatural había actuado. Así lo creyó y estaba casi en lo cierto. 

*** 

En el octavo mes, mientras alistaban una cunita al lado de su cama, Bill sintió un dolor insoportable en las caderas, sentía que se abrían, eran como cólicos fuertes que le hicieron gritar. 

—Oh, por Dios… ¡Ya! —gritó a Tom quien tomó una maletita preparada para ese día y cargó a Bill en brazos yendo hacia su auto. Su hijo nacería ese día. 

Y debían llegar al hospital lo más rápido posible pues el bebé no tenía por dónde salir específicamente, debía hacer una cirugía. Llamaron a su doctor y éste les esperó con todo el equipo preparado. 

En la sala de espera, Tom llamó a su mamá, ella no lo podía creer, tenía que verlo con sus propios ojos y tomó un avión hacia su ciudad. Igual hicieron los padres de Bill en cuanto Tom los llamó. 

Las horas pasaron y entró a ver a Bill, éste yacía conciente sentado en la cama con un bebé en brazos, Tom le sonrió. 

—Ricura… —dijo a Bill— ¿Dónde está el nene? —Acercándose le besó la frente para luego tomar en brazos a su bebé. 

El médico le explicó a Tom que Bill ya no tenía un útero, había desaparecido en la operación, le explicó que era lo más sobrenatural que había visto en la vida. 

Los padres de ambos llegaron al hospital. Quedaron asombrados cuando ambos jovencitos les confesaron que salían y que de la nada eran padres… Ambos pares de abuelos se comprometieron a ayudarlos, a estas alturas, darles la espalda sería cruel, además estaban contentos con el bello Gustav, así bautizaron al pequeño bebé. 

Ya en la pequeña casa, ambos padres se besaban en la cama. Bill aún se recuperaba de la cesárea, tenía una enorme venda en la parte baja de su vientre. Pero Tom sabía cómo ideárselas para darle placer a su amante. 

Entre sus piernas, tenía dos dedos metidos en su interior y todo el sexo de Bill en su boca. Éste gemía tanto. 

—Juro que cuando me reponga lo haremos como antes —habló jadeando. 

—Sí… te crearé otro útero, pero ahora he comprado condones… —Se irguió un poco y comenzó a colocarse uno—. Bill, quiero metértela —dijo juntando muchas almohadas, Bill se dejó alzar un poco, no podría moverse mucho o le dolería los puntos que tenía, pero quería sentir y complacer a Tom de todas formas, así que se dejó acomodar por Tom. 

—Anda… entra, quiero sentirte. —Deliciosos momentos en los cuales Tom invadía su estrechez hicieron que llevara la cabeza hacia atrás gritando su nombre—. ¡Tom! 

—Grr… Bill… 

—¡Ahh! 

Por su grito agudo, en la habitación se escuchó un llanto de bebé… a Gustav no le gustaba que sus padres lo olvidaran por segundos de placer. 

—Bill, tu hijo —dijo Tom saliendo de él. 

—Anda tú, yo no puedo moverme mucho. —Tom se levantó de la cama, y le sonrió de manera pícara. 

—Me vengaré Bill, anda preparando tu culito. 

La paternidad no era tan buena que digamos, pero el amor se sobreponía ante cualquier obstáculo. Eso era lo más importante. Y haber asumido de buena manera las consecuencias…

Fin~
n_n pues bien, eso fue todo. Saludos y seguiré publicando más~ 

22 comentarios:

  1. joderrrr siempre ame este M-preg es tas asdasadsadsadsdas *-*

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  2. Lo subiste lo subiste LO SUBISTE! *-* amo este one piiiink <3

    att: wajillo

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  3. cuando entre esta pagina dije que abra y me encuentro con esta fic me encanto <3

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  4. Holiii *uu*
    Pink siempre te leo *--* solo que ya no me da tiempo
    para comentar pero aqui estamos *uu*'

    Este me pareció un poco extraño, pero me encanto *uu*

    Saludos espero que estés bien *uu* sigue asi *uu*

    Atte: July

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    1. Hallo July<3
      Gracias por siempre leer, es un honor <3 y jajaja, es extraño porque es sobrenatural, no es lo que acostumbro a escribir, pero en su momento me gustó hacerlo n_n
      Gracias *-* me siento mejor en este tiempo, espero estés bien también tú.
      Besitos <3<3

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  5. oohhhh!!!! no sabía que subirias este, pero me encanta, asi que lo releí!!! hehehehe amo a Billy embarazado!!!! *.* ahhhh!!! =) nos leemos luego niña linda!!! besos y abrazos virtuales!!!

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    1. Hallo n_n~ gracias por releerlo y bueno, no gusto mucho del Bill embarazado pero amé escribir esto.
      Besos y abrazos virtuales para ti n_n~

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  6. WOWOWOW.. *O* Impresionante xD me Gustó *u* y mira que nunca había leído Twc completo lol y bue, que Historia∞ seguire Bagando por tus Fan Fics :) (y)
    Bien echo, Pink :D
    LaylaKaulitz

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  7. Oww!! lo ame demaciado!! *O*

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  8. la verdad es que nunca me a gustado el mpreg se me hacia algo en extremo surrealista pero tu as logrado lo que nadie!! me enamore de este one-shot felicidades!!!

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  9. Amo el Mpreg ™♡♡♡♡
    Más Mpreg x faaavooooor!!

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  10. 2016 y lo vuelvo a leer, espero que sigas escribiendo please, eres muy buena :)
    Besos
    Fm.

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