Póster - 14

Hola a todos, otro capítulo pequeño de este fic largo. Besitos <3

—Ahora debes guardar silencio, nada de esto se tiene que saber. Mañana por la mañana podrás retirar el depósito del banco. 

—Bill —Tom lo miraba buscando en él algo del chico dulce que había conocido, pero al parecer hablaba con uno diferente—, lo que te dije es en serio. Estuviste en mi habitación, saliste de mi póster, si tan solo lo vieras te darías cuenta de que te hablo la verdad, no es un cuento loco. —Bill rió un poco. 

—Mira, no sabes cuántos tipos o tipas me dicen algo semejante o aún más loco; se llama delirio y suele ocurrir cuando se está obsesionado con algo, te recomiendo visitar a un psiquiatra. —Tom apretó sus puños fuertemente. 

—Verás que tengo razón, ¡lo verás! Cuando aparezcas otra vez no te dejaré ir ¡y toda tu gente se dará cuenta de que tuve razón! Descubrí algo, Bill; descubrí una especie de portal hacia ti. 

—Oh, vamos, no te pongas así, a ver… —buscó en uno de sus cajones del escritorio y sacó un CD y con una pluma indeleble firmó—. ¿Cómo te llamas? 

—¿Qué haces? 

—Dime tu nombre. 

—Tom. —Bill escribió su nombre y se lo dio. 

“De Bill Kaulitz para un amigo especial: Tom.” —No quiero un autógrafo. 

—Deberías sentirte afortunado, esto no lo hago así no más. Ahora ten esto y sal de mi casa. ¡Saki, Tobi! —llamó a los de su seguridad—. Acompañen a este joven hacia la carretera y háganle tomar un taxi —miró a Tom—. No olvides nuestro trato, además has firmado bajo mis condiciones. 

—¿Qué condiciones? —intentó buscar el papel que había firmado apresurado, Bill soltó una risita. 

—Estarás a mi entera disposición, ¿no es genial? Me perteneces ahora, siéntete afortunado. Los chicos aquí tomarán tus datos y estarás vigilado. —Tom palideció un poco, qué clase de sujeto era ese… Estaba en shock. 

—Eres despreciable —le dijo Tom con enojo en su mirada—. Jamás pensé decir esto mucho menos a ti al quien admiro; corrijo, admiraba. Te me caíste como persona. 

—¡Bleh! Si estarías en mi lugar lo entenderías, ahora vete y no juzgues sin saber. 

—¡Grr! ¡engreído! —gritó y Bill le mostró el dedo medio. 

—¡Llévenselo de aquí! 

Tom salió siendo jalado por los dos hombres de su seguridad y luego que hayan salido Bill suspiró apoyando sus manos en el escritorio que tenía, sus piernas temblaban y su vientre dolía. Georg entró a su oficina con su pijama. 

—¿Mi diva está bien? —Bill lo miró de reojo y frunció el ceño. 

—¡No! Nadie debe enterarse de esto y ese sujeto lo sabe, esto es terrible. 

—Pero ya lo solucionaste, no tienes por qué estar tenso. —Lo abrazó por la cintura y Bill suspiró. 

—Tengo miedo de perder todo lo que conseguí con tanto esfuerzo y… y… 

—¿Y? 

—¿Y si nos damos un tiempo? —Georg lo soltó de golpe. 

—¿Prefieres terminar conmigo solo porque un idiota nos vio? ¿Dónde está tu amor? 

Es que quizá su orgullo era más grande que sus sentimientos de amor. 

—No lo sé, Georg; en estos momentos yo… quiero estar solo. 

—¡Solo te quedarás sin guitarrista! —Salió de la oficina dando un sonoro portazo. 

—¡Georg! 

Las cosas se le salían de las manos al cantante.

¿Qué hará el cantante? >:3 pronto lo verán. Besos <3