lunes, 29 de octubre de 2012

Inalcanzable - 11

Hola a todos, siguiendo con las actualizaciones, les traigo Inalcanzable n_n que lo disfruten.

Los brazos de Tom se perdían en la espalda del pequeño Bill quien estaba agitado retorciéndose muy lindo entre sus brazos, queriendo expresar toda la emoción que le embargaba de pies a cabeza. 

Al fin había llegado y estaba con él. 

Bill le besó la mejilla suavemente entre temblores propios de su nerviosismo y luego, en la oscuridad del jardín, se vieron a los ojos brillantes de deseo y una mezcla de otros sentimientos confusos y algo desordenados queriendo salir por los poros de sus pieles. Bill se empinó un poco pues Tom era evidentemente más alto y luego cerró los ojos con los labios semi abiertos esperando por Tom quien vio su pequeña lengua pasarse, delineando sus labios, invitándolo a ser besados cosa que accedió en segundos. Le besó suave, como queriendo perderse en el sabor y la humedad de su boca, todo Bill tembló en sus brazos abrazándose de su cuello, sintiendo Tom la caja de regalo que traía Bill, la rozaba con su espalda mientras ese beso duraba. Sus respiraciones se agitaron un poco y Bill se separó con un jadeo. 

—Feliz… —suspiró— cumpleaños, Tomi. —Y apoyó su frente en la de él cerrando sus ojos, queriendo seguir respirando de su aire, no pensando en que no había tiempo para regresar y que de seguro estarían buscando a Tom porque era el centro de la fiesta, Bill quería tener algunos segundos más así, abrazado a Tom, teniendo su calor cerca. 

—No puedo creerlo… En serio, no puedo creer, parece un sueño. —Bill le sonrió y su sonrisa brilló en la oscuridad. 

—Tengo algo para ti. —Le extendió la cajita de la galleta y Tom la tomó como quien toma algo muy preciado, estaba ansioso por saber qué sería—. No es algo… ya sabes, no es algo a tu altura, yo… 

—Shh, no tienes que decir eso, aprecio mucho que me hayas traído algo y… 

—¡Tom! —una voz femenina lo estaba llamando—. ¿Tom? 

—¿Tom, dónde estás? —Era más de una persona, Brigitte con unas amigas, eran algo pesadas pero al fin y al cabo eran sus amigas. 

Miró a Bill con angustia y el pelinegro entendió, no podía retenerlo, no podía ser descubierto o interrogado por otras personas que no entenderían su pequeño y frágil romance. Tom tomó una de sus manos y se la besó para luego acercarse a su oído y susurrarle: 

—Voy a regresar. No quiero tardar pero no prometo ser rápido, ten esto. —Le pasó una llave—. Entra a la casa del jardín y espérame ahí. 

—Yo… —Quería decirle que no tenía tiempo, que lo mejor era regresar a casa antes que su madre se diera cuenta que él no estaba allá, quería decirle que eso era un tanto atrevido, pero no dijo nada, solo asintió agitado y nervioso, tomando la llave, cerrando su puño y poniéndolo en su pecho. 

—Regresaré, espérame. 

—Sí. 

Lo vio irse contestando un “allá voy” y luego escuchó los murmullos de las jovencitas preguntándole cosas como “¿por qué te desapareciste?, te estábamos buscando”, “¿bailamos un poco?”, “¿qué traes en las manos?”. Bill se mordió el labio, esperaba que Tom no tenga que compartir su regalo con esas y claro que el de rastas no lo haría. 

Avanzó por el camino, pasando por afuera de la iluminada cocina como si fuese un ratón percatándose que efectivamente, su mamá ya no estaba. Era ya más de las ocho y suspiró pensando que de seguro estaría por llegar a casa y sería el fin, se daría cuenta de su ausencia y quizá se asustaría, que capaz por eso llamaría a la policía. Se sentía perdido, pero tenía las llaves de la casita de Tom, ahí había un teléfono en donde podía llamar a su mamá, intentar explicarle y apelar a su lado bueno. 

Corrió por el jardín sintiendo su brazo arder y un líquido bajarle hasta el codo. Cuando llegó a la puerta de la casita vio gotitas de sangre caer manchando la entrada, se angustió un poco, tenía una herida en el brazo producto de haber estado en el rosal hace minutos, pero en esos momento de haber estado con Tom no había sentido el dolor, estaba tan emocionado que eso bastaba para capturar todos sus sentidos. 

Entró en la casita lo más rápido que pudo y algo pegó en su vientre, un dolorcito especial al estar ahí, aspirando el aroma agradable de Tom, viendo sus cosas más preciadas, estando, por así decirlo, en su corazón. Al fin se sentía cómodo. 

Avanzó algunos pasos buscando el baño para limpiarse de la sangre, su camisa azul estaba rasgada y sabía que eso preocuparía más a su mamá. Se lavó la herida remangándose la camisa y luego salió de ahí para ir a la salita alfombrada de cuadros sobre animales y paisajes e incluso ahí reposaba el bello piano negro brillante con los bancos acolchados. Acarició esa pulida madera cerrando los ojos por un momento y luego tuvo que abrirlos para buscar el teléfono sobre una mesita de madera al lado de uno de los sofás. Se sentó ahí y suspiró hondo, ahora vendría la parte verdaderamente difícil de tener que explicar a su mamá todo lo que había sido capaz, estaba seguro que un severo castigo le podría estar esperando al día siguiente. 

Llamó y fue contestado en segundos. —¿Aló, quién llama? —preguntó con la voz angustiada, casi entrecortada, Bill se pegó en la frente. 

—Soy yo… 

—¡Bill, dónde estás! —gritó desesperada. 

—Mamá… 

—¡Son más de las ocho y no me has dicho que saldrías, llego a la casa y la encuentro vacía, estuve a punto de reportar esto! ¿Dónde estás? 

—Cálmate, ¿quieres? No es nada malo, yo… —Bill se mordió el labio, su mamá reaccionaría mal definitivamente si se enteraba. 

—¡Habla de una vez! —Las manos de Simone temblaban tomando el teléfono, podía predecir que algo nada bueno estaba pasando, su hijo le ocultaba eso y de pronto recordó que era el cumpleaños de Tom, el chico rico de la mansión, cerró los ojos con el ceño fruncido esperando que sea Bill quien le dijera dónde estaba antes de ella tener que adivinarlo pues lo había hecho. 

—Tenía que venir —le dijo en un susurro—. Estoy bien, solo que… tenía que hacerlo, perdón mamá. 

—¡No puedo creerlo! ¡Me desobedeciste! Estás allá en el peligro, exponiendo a que pierda mi trabajo, ¿con qué cara iré a recogerte? 

—No vengas. 

—¿Qué? No te quedarás allá, ¿estás en la fiesta? ¿Te han visto? ¡Dios mío! —comenzó a lamentarse. 

—No, espera, no te desesperes. —Trató de sonar seguro de sí mismo, aunque casi no podía, era la primera vez que pasaba por encima de ella haciendo semejante locura—. Regresaré a casa mañana, lo juro; mamá, es importante, por favor, te lo suplico —pidió con voz pequeña, como un niño y es que quizá lo era aún, con trece años quería darse al de adulto, pero siendo realistas aún era pequeño. 

—Estás loco, ¿qué pasó con mi hijo? ¡Él te vuelve rebelde! ¡Bill! —pataleó ella. 

—Por favor, mamá. Nada malo me pasará si me quedo, estoy en un buen lugar, muy seguro, nadie me verá, mañana regreso a casa y seré cuidadoso. 

—No puedo creerlo, pásame con ese jovencito. 

—No está, aún está en su fiesta pero él me dijo que puedo estar aquí y hem… yo te aviso si regreso a casa dentro de poco, quizá él pueda ayudarme a regresar. —Pero eso era lo que menos deseaba Bill. 

—¡Debes regresar ahora! —Simone estaba angustiada—. Iré por ti. 

—¡No! Por favor, por favor, no vengas, nada malo pasará, pero si vienes pueden descubrirme. 

—¡Me chantajeas! De esta no pasas Bill, mira toda la confianza que te di y me traicionas descaradamente. 

—Mamá, por favor… piensa que Tom solo cumple años una sola vez, no haré esto nunca más. 

—Eres muy chico para dormir con… Dios mío, no Bill, no, no, no, dime que él y tú no son… 

—No, no —Bill comenzó a ponerse muy nervioso entrando a ese plano de definiciones, él no quería etiquetas, ni sermones con respecto a sus gustos y a la relación que tenía con Tom—. Mamá, deja de pensar eso. 

—¿Y qué se supone que debo pensar? 

—No puedo creer que no confíes en mí —dijo Bill y Simone chaqueó los dientes en evidente molestia, para ella comenzó a estar claro, su hijo estaba enamorado. 

—Será mejor que regreses en este instante Bill, no diré más. 

—Ten presente que estaré bien. —Bill no sabía qué más decirle para que no se angustiara, solo suspiró hondamente en la línea y Simone cerró los ojos escuchándolo así, perdido de amor… 

—Mi pequeño, me preocupa esto y lo hablaremos cuando regreses, solo… Dios mío, no hagas una locura, no dejes que Tom haga una locura contigo, ¡promételo! 

—¡Mamá! —se quejó ruborizado—. ¿Qué me crees? Lo prometo si dejas que me quede. 

—Bill, pides demasiado, no estás en condiciones de exigir nada, jovencito. 

—Por favor… 

—Mañana tendremos una extensa plática además del castigo que te mereces y no creas que no hablaré con Tom. 

«Quince años, quince años, quince, quince», eran los pensamientos perturbadores de Simone, ese jovencito tenía quince años y sabía lo que podía atreverse, no estaría tranquila, solo confiaba en su hijo, esperaba que no perdiera la cordura e hiciera una locura que ni siquiera podía imaginar. Con las manos frías y la garganta seca le dio las buenas noches a su hijo quien suspiraba a cada momento y le dijo muchas veces un “gracias mamá, eres la mejor del mundo, te amo, te amo”. Y colgó. 

Rió de la emoción abrazando un cojín del sofá, la parte difícil había pasado, su mamá ya sabía en dónde estaba y podría pasar la noche ahí, otra vez ese dolorcito especial en su vientre le pegó fuerte ante esa idea. 

Solo junto a Tom en la noche, algo que jamás creyó poder lograr. 

Su celular vibró en su bolsillo, era un mensaje de texto de Tom: «Lo siento, tardaré un poco más, aquí las cosas se ponen difíciles, espérame por favor, iré pronto.» 

Bill suspiró y se dispuso a contestarle: «A que no adivinas, tengo el permiso de mi mamá para quedarme hasta mañana, te espero.» 

Tom, al recibir eso, sonrió ampliamente, comenzó a desesperarse para que su fiesta terminara o que las personas a su alrededor se centraran en otra cosa que no fuese él. 

—¿Qué tanto miras? —le preguntó Brigitte queriendo colgarse de su cuello a lo que Tom no permitió. 

—Nada, son mensajes de texto. 

—Lo sé, pero al parecer es alguien especial, creí que salíamos. 

—Oh… —Tom la miró algo sorprendido—. Disculpa si te di a entender eso, yo… 

—Tranquilo, de seguro es por la presión de nuestras madres, también lo siento así. Tu mamá me ha dicho algunas cosas entonces me tomé enserio esto. —Tom le frunció el ceño por un momento, su madre había sido capaz de hacer semejante cosa, meterse en su vida privada, de seguro le había dicho a Brigitte que él sentía algo por ella, así ahora justificaba el porqué de su atrevimiento para con él. 

—Te pido disculpas, ella se mete en asuntos que no le importa, perdona el mal momento. —Ella le sonrió comprensible y se le acercó para apoyar su cabeza en su hombro. 

—No pidas perdón, sabremos manejarlo. —Ella lo abrazó por la cintura y él comenzó a sentirse incómodo, sabía que si no la paraba no podría salir de ahí y ansiaba ver a su mamá para decirle un par de verdades. 

—Debo irme un momento, disfruta de la fiesta. 

—¿Te vas? 

—Solo un momento. 

La dejó parada en la pista de baile, comenzando a adentrarse en su casa buscando a su mamá a quien halló con otras mujeres refinadas bebiendo y riendo a carcajadas. 

Muchas mujeres, amigas de su mamá, comenzaron a saludarle llenándole de besos pegajosos las mejillas, estaban algo ebrias, podía predecir que al día siguiente amanecerán todas ahí y por ende algunos de sus hijos. 

Su madre le vio y la sonrisa que tenía en sus labios se esfumó, Tom estaba muy enojado. 

—Estoy harto de todas tus patrañas, me cansé. No me busques que estaré ausente. 

—¿De qué hablas? —Su mamá estaba furiosa mas Tom no le respondió, siguió su camino. 

Salió de la mansión por la parte de atrás pasando la cocina viendo como las empleadas del turno sacaban y sacaban fuentes de bebidas y bocaditos para todos sus invitados. Bien, Tom sobraba ahí. Mandó un mensaje de texto al organizador del evento diciéndole que le excusara, que no estaría en la fiesta sin embargo podía seguir animando a la gente hasta que esta se cansara. 

Se había quitado un enorme peso de encima, así lo sentía y mientras más avanzaba a la casita menos deseaba que el tiempo corriese en su contra. Quería meterse ahí y ver a Bill para abrir su regalo al cual tenía en uno de los bolsillos de sus anchos pantalones. 

Al no tener él la llave su casita, tocó la puerta y Bill se la abrió con una sonrisa en sus labios. 

—Regresé… —le dijo entrando y Bill enmudeció de tanta emoción.

Y regresó, muchas cosas están por pasar en la casita, al fin tiempo a solas. Besitos <3

8 comentarios:

  1. *o* ¡Que lindos!

    Que bueno que Simone dejo a Bill quedarse, que disfruten de su momento a solas, porque después lo va a castigar y ahí si que va hacer difícil que se vean, amenos que Tom valla a el :3
    La mamá de Tom es una entrometida! Pero bueno, no creo que cambie...

    Ahhh! por fin un momento a solas *o*

    Eh... Pink una pregunta, ¿Existe el amor a esa edad? Mis maestros me dicen que solo existe la ilusión...

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    1. muaaajaja sí :3 tendrán un momento a solas~ y bueno, Simone lo castigará u_U veremos cómo mucho más adelante.
      Y sobre tu pregunta, no creo que exista amor a esa edad, ¿pero acaso no pueden quererse? Yo pienso que sí, que puede darse aunque exista muchas confusiones, pienso que en la realidad de ellos dos están enamorados y nadie podrá contradecirlos, pero desde afuera de su burbuja de amor, cualquiera podría decir que no es amor.
      Besos<3

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  2. me tome el tiempo de leer tambien esta historia ...ke desde el primer capitulo me emocione :3 ... me gustan las historias de este tipo por asi decirlo...del chico rico ke se enamora de la pobre (o en este caso del pobre) ..y ke uno sea mayor ke el otro...eso es luchar por Amor...sin importales nada :) ...Gracias!! ^^...SALUDOS BESOS Y APAPACHOS!! <3 ..espero el proximo!! :D

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    1. hallo <3 *o* también lees esta historia~ gracias y bueno, también me gusta mucho fantasear este tipo de cosas complicadas de luchar por amor, por eso decidí aventurarme en este tipo de fics.
      Besos <333

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  3. :O se rebelo Bill... y no solo eso, se podría decir que en su momento y de cierta forma tomo el mando ante Simone :O
    1313 qué irán a hacer?

    ...Pink, cuántos capítulos faltan para llegar donde se quedo el fic en thf.es?

    Cuidate! besos!
    Criis. <3

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    1. hallo *o* xdd sí, se rebeló porque no soportó más. Y sobre tu pregunta creo que faltan unos dos o tres si más no recuerdo... pero ya se acerca
      besos <3

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  4. Todo el riesgo para ver y estar kon Thomas!!! (Adoro al rastudo este) Y ese besito y venirlo a interrumpir esa molesta nena ¬¬ Y ke arriesgado estuvieron los dos, thomas enfrentando a su "ABNEGADA Y AMOROSA " madre(sarcasmo) y Billito poniendose en evidencia ante Simone ke sufre por no komprender esa "relación" ke los une y por no kerer ver sufrir a su hijito(notese ke ni nombre lo del trabajo de ella) Me pasaria lo mismo bueno, me pasa actualmente( pero eso es personal) y toda la noche juntos y solitos ??? O.O Me encanta este fic tmb DamitaRosa :) Kuidate besitos Lily ♥

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    1. Hallo <3 bueno sí, esa chica estará rondando por ahí mucho u_u pero vermeos qué más pasa.
      Para Simone será muy difíicl aceptar esa relación u_u porque... bueno, si somos realistas no tiene mucho futuro.
      Espero lo tuyo no sea tan malo u_u
      besos <3

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