Póster - 20

Capítulo siguiente, tengan un buen día~

Terminada la cena, hablaron de algunas particularidades de Tom. Bill no tenía recuerdos, por lo que no tenía nada qué contar y le importaba saber algo más de Tom, el único que conocía en ese mundo. 

—¿Nunca has tenido una novia? —preguntó Bill ya que Tom le había dicho que no se había enamorado antes, que era un espécimen raro a comparación de otros. 

—Pues sí, solo dos, aunque eran niñerías, fue en mi adolescencia; ya sabes, los amigos, la presión social y todo eso, tenía que tener pareja o sería víctima del bullying, así que tuve que buscármelas. 

—Ya veo, de seguro yo también, solo que no lo recuerdo. —Tom le sonrió apenas. 

—Tú hablas de encontrar el amor, uno para siempre; ¿sabes? Eres muy distinto a lo que muestras por la televisión o en tus videos. Sueles ser cariñoso y coqueto ante las cámaras, pero en persona, me refiero a allá en la mansión donde vives, el tono de tu voz es distinto y cuando hablas todo se mueve a tu alrededor. 

—Wow, es que no puedo imaginarlo… Me siento… me siento algo tímido. —Tom rió y Bill también mandando una patada por debajo de la mesa—. Ya, no te burles. 

—Esto es raro, pero ¿sabes? Me encanta hablar contigo ahora. Hace horas, en la mañana no deseaba saber nada de ti, de Bill Kaulitz, de su música y todo lo que tenga que ver con él, pero contigo, que no sé si eres el mismo Bill que conocí antes, me siento tan… complacido. —Bill bajó la vista algo avergonzado mordiendo su labio inferior y luego extendió su mano tímidamente por la mesa hasta llegar a la mano de Tom y éste se la tomó—. Tengo miedo perderte. —Bill suspiró ante eso. 

—Y yo tengo mucho miedo de recordar quién soy realmente y no regresar más aquí… —Tom jaló su mano que tenía entrelazada y Bill no se resistió en busca de sus labios. Pero antes de que éstos fueran tocados por el de rastas, el timbre de la puerta sonó y ambos se sobresaltaron. 

—No puede ser —musitó Tom—. Debes ocultarte o… no sé. —Bill lo miró con temor. 

—¿Qué dices? Ocultarme, ¿por qué? 

—Pues me tienen vigilado, tú me tienes vigilado, o tu otro yo, no lo sé, pero hay hombres afuera y Georg de seguro te está buscando. 

—Suena fatal. 

—Sí, lo es; ven conmigo. —Le tomó de la mano y se lo llevó a su habitación. 

Lo sentó en su cama y tomó su rostro. —Descuida, nada malo pasará, espérame aquí, no te muevas. 

—No lo haré. —Bill tomó su brazo—. Espero no sea nada malo… 

Tom le sonrió apenas para darle fuerzas a Bill que lucía confundido y angustiado. 

Salió rápido de la habitación pues el timbre volvió a sonar. 

—¡Ya va! —gritó empuñando sus manos, él sabía quiénes serían y eso lo atemorizaba un poco. 

Abrió la puerta y estaban ahí dos hombres, a uno de ellos lo reconoció. 

Alto, rubio y cuerpo robusto, era Saki, uno de la seguridad cercana de Bill. 

—Entréganos a Bill —le dijo.

¿Se lo entregará o no? Veremos~ aún ni llegamos a la mitad :D