lunes, 1 de octubre de 2012

Minino~ 4

Hola a todos, les traigo otro capítulo más de esta historia. La imagen va gracias a Rebe que me la dio hace tiempo *-* es hermoso~


Simone estaba impresionada, no podía creer que aparentemente Bill haya pasado la noche en casa del vecino que ni ella conocía antes. Prefería no relacionarse con la gente de su entorno pues siempre estaba mudándose. 

Entraron a la casa. Aún el corazón de Bill no dejaba de estar agitado, ahora debía explicarle a su mamá por qué había estado allá, y que no había pasado nada malo, ni Tom sabía su secreto. 

—Ahora jovencito… —Hacía sonar su zapato sobre el piso y estaba de brazos cruzados. 

—Lo siento, quería… quería jugar con el gato y entré… 

—¿Por su ventana? —Bill tragó saliva, y asintió avergonzado. —Aishh Bill, sabes…—decidió callar, siempre regañándolo, él ya no era un niño, vio los ojos de Bill aguarse y se mordió la lengua—. Lo siento, tú ya sabes… 

—Sólo quiero ser como todos. Quiero hablar con él y saber de él, quiero ser su amigo, no tengo uno. 


Simone suspiró. Desde que había dejado a Georg, su hijo estaba así, necesitado de hablar con alguien y era lo esperado. Cuando vivían con Georg éste lo sacaba a pasear, a hacer cosas de chicos, había aprendido a jugar golf y fútbol, salían a hablar de cosas de de ese tipo, cosas que ella no entendía o no podía hablar con él… sabía que necesitaba a un papá, o al menos un amigo maduro que le enseñara las cosas de la vida desde otra perspectiva. 

—Está bien, lo entiendo. Pero la próxima vez sólo dímelo, cuando me ocultas algo, pasan cosas como estas. Subí a la azotea y no te encontré, entonces me angustié mucho, salí al pasillo y te veo salir de la casa de alguien que no conozco, ¿cómo crees que deba reaccionar? —Bill la entendió. 

—Lo siento, no volverá a pasar. —Pero dentro de él estaba aquella sensación rara de que por alguna razón no podía decirle a su mamá lo que le estaba pasando, ese sentimiento de curiosidad por su vecino, y ese interés extraño que comenzaba a crece. 

—De acuerdo. Ahora alístate que debo llevarte a la escuela, queda a media hora de aquí —Simone lo llevaría en su auto—. Estamos algo tarde Bill, debemos ir ahora y luego pasaré por ti a las cinco de la tarde, esa es la hora de salida. 

—¿Tanto? —Simone asintió. 

Bill fue a su habitación, se alistó como de costumbre, sólo que esta vez no se pintó los ojos, se puso una chaqueta con capucha y alistó rápidamente una mochila. 

Ambos salieron bebiendo algo de leche en caja, y comiendo alguna galleta en el camino. Bill estaba nervioso, pero sabía que era lo mejor. Prefería tener una vida como todos a estar en las azoteas de las casas observando en mundo desde ahí. Prefería estudiar, aunque sabía casi todas las materias pues era de leer libros y antes Georg le explicaba mucho sobre matemática y química, era hábil en eso. 

Llegó a la escuela y ya todos los estudiantes entraban apurados, así que se despidió fugazmente de su mamá y entró junto con todos. 

En sus manos tenía un papelito que Simone le había dado, entraría como alumno libre en la clase del profesor Fried, clase de Arte, segundo piso, aula número 403. 

Se apuró en subir. Había toda una energía en su cuerpo que debía reprimir para no llamar la atención. 

Cuando era niño podía mezclarse con los otros, a nadie le importaba si lucía diferente siempre y cuando sea participativo y social. Pero ahora de adolescente, lo que dijeran los demás de él le afectaba, lo ponía nervioso, así que se había inhibido un poco. 

Llegó al aula de clases y entró algo tarde, el profesor Fried estaba en el aula anotando algo en la pizarra. 

—Disculpe… ¿puedo pasar? —El profesor se le acercó algo molesto, pero sabía que un alumno libre entraría a su clase por hoy; no sabía las razones, pero así era la ley alemana, no impedir el pase a los que solicitaban por X razones ser alumnos libres por un periodo de tiempo. Por lo general eran alumnos extranjeros que se mudaban temporalmente a esa ciudad o alumnos cuyos padres estaban en la cárcel o tenían problemas y solicitaban por un breve tiempo estudiar como libre. En su caso, era por crecer tan rápido… Bill le mostró el papel que tenía en sus manos, era una autorización del director para entrar como alumno libre. 

—Pasa, la próxima vez ven más temprano, no hago pasar mis alumnos con cinco minutos de retrazo. —Bill asintió avergonzado y entró. 

Había como cuarenta alumnos ahí, todos con sus cuadernos de dibujo. No encontró lugar cerca al profesor, así que avanzó hacia el fondo ante la atenta mirada de todos, y buscó lugar atrás. 

—Tenemos un alumno libre, debemos de tratarlo como nuestro compañero —habló el profesor—. Preséntate. —Bill palideció, pero se puso en pie, carraspeó un poco. 

—Me llamo Bill y vengo de Bremen. —Se sentó y así todos le dieron la bienvenida. 

La parte difícil había pasado, escucharía atento la clase de Historia del Arte y luego dibujarían los diferentes estilos del mismo. 

Curiosamente se sintió relajado, él quería eso, tener una vida como todos ahí. 

Había una chica muy linda a su lado, era castaña de cabello ondeado suelto y tenía labios rojos, resaltados con brillo. Estaba que mordía su lápiz y movía su pie impaciente. Bill a veces solía enfocar su vista hacia donde apreciaba movimiento, era tentador y luego dar un zarpazo sorpresivo ante aquello sin ser conciente de eso. Debía controlarse, había aprendido a hacerlo. Ella lo miró ya que Bill estaba con la vista enfocada en sus pies moviéndose. 

—¿Hola? —dijo ella— ¿Todo bien con mi zapato? —Bill enrojeció un poco. 

—Sí —rió bajito. 

—Soy Astrid. —Le sonrió. Bill se sintió relajado, ella era muy linda, parecía amable y con ganas de mostrarse amiga. 

La clase acabó y todos salieron del salón, era hora de un pequeño receso para algunos, pero para otros era momento de cambiar de aula hacia otras materias. 

Los alumnos se dispersaron y Bill miró el papel que tenía, su próxima clase sería Historia Universal, pero empezaría después de media hora, tenía tiempo para inspeccionar el lugar. 

—¿Te toca algún otro curso? —preguntó Astrid. 

—Sí, pero dentro de media hora. 

—A mí también, Historia Universal —Bill sonrió. 

—Genial —enmudeció pero ella se le acercó un poco más. 

—¿Vamos por un refrigerio? —era una idea tentadora. 

Ambos fueron hacia los comedores. Muchos estudiantes estaban allá. Todos hablaban con sus amigos, al fin Bill tenía una. Era muy risueña y hablaron sobre estudios, ella no cuestionaba cosas incómodas para Bill. Tuvieron una conversación amena y luego entraron a la siguiente clase. 

Las horas pasaban y curiosamente el horario de clases de Astrid era el mismo que el suyo, así que entraba con ella a las aulas designadas. 

Ya era la tarde y salió junto con ella a esperar a su mamá. Astrid manejaba un auto, uno rojo, a pesar de tener sus quince años, tenía uno. 

—Debo regresar a casa, ha sido un gusto conocerte, ¿nos veremos mañana? —Ella le sonreía y Bill asintió ante sus palabras. 

—Claro, para mí también ha sido un gusto, entonces mañana nos vemos. —Que sensación más relajante era tener una amiga. Ella se le acercó y le besó la mejilla. Bill enrojeció un poco pero luego suspiró y se despidió. 

Ni había notado nada extraño en él, eso era genial, creyó que era uno más, como todos. 

Vio el auto de su madre estacionarse y fue donde ella. 

—¿Qué tal tu primer día? —Bill entró en el auto con una sonrisa. 

—Todo muy bien… fue genial. 

—Me alegro mucho. 

Regresaron a casa y Simone debía ir a trabajar, se había hecho tarde. Aunque su trabajo realmente no era muy bueno, ella lo hacía, no tanto por el dinero sino por hacer algo. Cada mes en el banco le depositaban las ganancias de sus acciones que había invertido al vender su casa, de eso vivían. 

Bill se dio una ducha y se animó a visitar a Tom. Ya era la noche y realmente quería hablar con él, no quería que se llevara una mala impresión suya por haber despertado en la mañana en su casa así como si nada. 

Se alistó como de costumbre, y delineó sus ojos como las otras veces. Simone ya no estaba en casa, así que salió y escuchó atento delante de la puerta de su vecino. Había una música electrónica de fondo y se escuchaba sus ¿jadeos? Bill se estremeció, qué pasaba ahí dentro. Dudó en tocar la puerta. Pero luego escuchó el maullido de Casimir, se había dado cuenta que Bill estaba detrás de la puerta. 

—¿Alguien llama, Casimir? —escuchó a Tom preguntarle al gato. Bill se relajó un poco, su vecino estaba solo y se animó a tocar. 

La puerta se abrió y Bill se sorprendió un poco. Tom estaba con un vividí blanco de deporte y estaba sudando, aún así se veía muy atractivo luciendo sus brazos descubiertos. 

—Hola Bill, pasa. —Lo invitó—. Disculpa que esté así, estaba haciendo algo de ejercicio—. Bill saludó y se sentó en el sofá. Apreció un tatuaje en el brazo de Tom, nunca lo había visto. 

—Oh, tienes un tatuaje… ahí. —Señaló la cara interna de su brazo y Tom se le acercó para mostrarle. Bill tomó su brazo—. “Freiheit 89” —leyó con asombró—. ¿Libertad ochenta y nueve? ¿Y eso por qué? —Tom se pasaba una toalla por el cuello, secándose un poco y luego sonrió a Bill. 

—Pues porque nací en ese año y además amo la libertad. 

—Tiene sentido —Tom asintió. 

Había nacido en un año “normal” para su edad, y además amaba la libertad, ¿cómo no querer ser como él? 

—¿Me esperas un momento? Voy a ducharme y regreso. 

Que confianza la de su vecino, no le molestaba si Bill se quedaba en su casa. 

Aprovechó para inspeccionar un poco. Podía escuchar la ducha dentro de la casa, así que se tomó la libertad de pararse y caminar por la sala. Había un mueble de libros pegado en una pared, había libros sobre fotografía y diseño. Sobre el mueble había algunos adornos extraños, eran de madera, como unos juguetes, y un gato también tallado en madera. Bill sonrió ante eso y luego su vista se enfocó en algunas fotos… había un pequeño álbum familiar ahí y sintió mucha curiosidad. Tomó el librito y lo abrió. Algunas fotos de Tom le parecieron muy lindas. Era de cuando él era menor, tenía rastas rubias en su cabeza y en todas las fotos posaba sonriente. Bill soltó un prolongado suspiro. Y luego vio fotos de cuando Tom era aún más pequeño, estaba con otro niño que se le parecía mucho, aunque se veía un poco más menor. “Brad Trümper” decía en una foto… entonces era su hermano, quizá su hermano menor. Éste lucía risueño en cada foto, tenía el cabello un poco más oscuro, como castaño y era algo crespo, de ojos resaltantes y miraba penetrante como la de Tom, ¿qué había pasado con él? Cómo saberlo. 

Escuchó a Tom cerrar la llave del agua así que guardó el álbum y se sentó en el sofá a esperarlo, Casimir fue con él y se sentó en sus piernas. 

Tom demoró un rato más mientras se cambiaba. Luego salió. Olía tan bien, Bill no dejaba de observarlo, tenía las trenzas mojadas, se había puesto una toalla en la cabeza y una polera blanca, ajustada que delineaba su cuerpo atlético. 

—¿Y cómo fue tu día? —le preguntó sonriente. 

—En la escuela, fue mi primer día. —Bill calló por un momento, quería preguntarle de tantas cosas pero no sabía cómo. Eso le fastidiaba, pero lo que no se daba cuenta era que Tom podía percibir sus nervios, Bill era tan transparente, eso le gustaba mucho al de trenzas—. Tengo una amiga—apenas dijo y Tom se sentó a su lado, suspirando. 

—Así que tienes una amiga, ¿eh? —movió las cejas, insinuándole algo y Bill simplemente enrojeció tratando de explicarle. 

—E-es solo eso…—Tom rió ante su actitud y puso una mano sobre su hombro sonriéndole. 

—¿Te gusta? —Se sobresaltó en su asiento, pero debía disimular. Tenía la mano de Tom sobre su hombro y eso le parecía tan… tan especial. 

—¡No! —pero luego pensó. Astrid realmente no le gustaba, al menos no lo sentía así, era muy pronto para saber eso, pero quería saber qué le diría Tom si así fuese, entonces cambió su versión— Bueno, quizá. —Evitó verlo a los ojos, trataba de calmar sus nervios. Escuchó la risa relajada de Tom y éste acarició un poco su cabeza, a él le encantaba eso y no pudo evitar acercarse más, Tom también lo hizo. 

—Pues hablas con el experto en eso. —Bill alzó un poco su cabeza y lo miró a los ojos—. Sé mucho de chicas, puedo ayudarte. —Exactamente eso no era lo que quería escuchar, pero tenía curiosidad por saber qué tanto sabía Tom de esas cosas… era como entrar a su intimidad, a algo que Bill sentía lejano. 

—¿Qué se supone que deba hacer? —Tom seguía cerca de él y tomó sorpresivamente su mano. 

—Minino, —aquella forma de llamarlo le estremecía—. No creo que necesites hacer algo realmente, eres tan lindo, gánate su amistad. —Los ojos de Bill brillaron ante eso y no puedo evitar acortar la distancia y pegar su cabeza al pecho del otro. 

Tom se quedó sorprendido por un momento, pero tenía una mano sobre la cabeza encapuchada de Bill, con la cual lo acarició sintiendo que disfrutaba. Parecía como Casimir cuando lo acariciaba, buscando un poco más, aunque tratando de no ser evidente, al final lo era. 

Bill parecía sentirse flotar en una burbuja relajante, hasta había olvidado qué estaban hablando, sólo quería que Tom lo tocara, lo acariciara como él quisiera. 

Tom podía notar la carencia de afecto por la que Bill pasaba. Se conmovió y lo terminó de abrazar. Bill pensó en qué decirle, pero estaba consternado con la actitud así de repentina de su vecino. Pasó sus manos por su espalda y eso terminó por descontrolarlo, y cerró los ojos apoyándose en el pecho de Tom, suspiró sonoramente, casi jadeando y eso advirtió a Tom que debía separarse. Así lo hizo. 

Bill se sintió patético y pequeño, así que se puso en pie algo nervioso, pretendía irse. 

—Debo irme —intentó avanzar, pero Tom tomó su brazo y poniéndose en pie también, lo inmovilizó. 

—Tranquilo, minino. —Eso lo puso nervioso. 

—¿Por qué me llama así? —trataba de no verlo. ¡Que situación más bochornosa! Él ni sabía cómo explicar por qué ese sentimiento de vergüenza tan abrumadora. 

—Pareces uno. —Le sonrió para relajarlo pero Bill estaba en ebullición, la vergüenza era tal que deseaba desaparecer—. Quédate un rato más. —Le sonrió y Bill suspiró. 

Tom notó ello y sólo se limitó a acariciar su cabeza otra vez como para relajarlo, no sabiendo que esto aumentaba más su nerviosismo y lo ponía en un estado que no sabía cómo describir. 

—¿Tienes novia? —preguntó para poner un tema, ya que al parecer notó que Tom no quería que él se vaya. Tampoco quería irse. No sabía si hacía bien o no preguntando semejante cosa… pero era entrar más en su intimidad, cosa que él quería. 

Tom lo jaló al sofá otra vez y pasó uno de sus brazos por sus hombros abrazándolo. 

—Las chicas son complicadas, tengo una novia, pero ya sabes… —Bill se sintió pequeño otra vez, se sintió infantil. 

—No sé —dijo algo decepcionado, no pensó que él tuviera a alguien. Pero con lo seguro y guapo que se veía, era lógico pensar que sí. Bill se sintió lejano a él por alguna extraña razón. 

—Las cosas no parecen funcionar, estoy en eso… Pero si quieres conquistar a la chica de tu escuela, claro que ayudaré. 

—No sé cómo. 

—Debes tomar su mano —tomó la suya—. Y luego mirarla a los ojos. —Buscó con su mirada aquellos ojos celestes que Bill tenía—. Y luego decirle que quisieras salir con ella. —Bill se le quedó mirando. Ojala y todo fuera así de fácil. Sentía que se moría de nervios y hasta deseó ser una chica así pudiera estar más cerca de él como quería estar en esos momentos—. Al verte, ella no se negará. 

—Usted no sabe… —apenas dijo. Sintió ganas de decirle que era diferente, que no era normal y por ellos jamás alguien podría quererlo. Pero no podía—. Se negará… 

—No seas fatalista, minino. 

—No me llame así —se avergonzó. 

—No me trates de “usted” me haces sentir viejo. —Rió un poco y Bill le sonrió tímido, estaba entrando en confianza y eso le gustaba. Aún Tom le tomaba de la mano, parecía que habían pasado una barrera. 

Pasó horas hablando con él sobre lo que pasaban en el día. Cuando ya era casi las once de la noche, Bill sintió que debía regresar a casa, aunque no quería. 

—Puedo pasar por ti mañana. —Le guiñó un ojo—. Así me presentas a tu amiga, ¿qué dices? —A Bill le pareció genial—. ¿Alguien va por ti, o regresas solo? 

—Simone me recoge, pero puedo decirle que regresaré contigo. —Tom sonrió de lado. 

—¿Tu hermana es soltera? —Eso le dolió, pero Tom parecía preguntarlo de broma. Su molestia no pasó desapercibida por el de trenzas—. Es broma minino, tengo una novia. —Eso era aún más doloroso, pero debía disimular. 

—Entiendo… debo irme. 

—Mañana entonces, estoy allá a la salida. —Se le acercó un poco y acarició su cabeza. Bill se estremeció otra vez, pero prefirió alejarse un poco. 

—Mañana… te espero mañana. —Caminó hacia la puerta de su casa y espero a que Tom la abriera. Él podía notar su tristeza, no quería verlo así. 

—Si algo más podría hacer por ti, sólo dímelo Bill, soy tu amigo. —Le sonrió y eso significó mucho para Bill. Tenía un amigo—. Puedes confiar en mí que alguna vez tuve tu edad y sé lo que es pasar por todo eso. 

—Gracias —sus ojos brillaban, era tan evidente. 

—Buenas noches. 

—Sí, para ti también. 

La puerta se cerró y Bill regresó a casa. De vuelta a su habitación, su corazón latía tanto… 

Aunque sabía que no tendría esperanzas con Tom… de solo imaginar que lo abrazaba, que lo acariciaba, se le hacía un nudo en el estómago. Casi se le lanzó en sus brazos mientras lo abrazó por un instante. Eso no estaba bien. 

Debía pisar suelo y darse cuenta de su realidad…

¿Qué pasará con este pequeño Minino~? ¿Podrá tener una vod normal como la que tanto desea? ¿Tom lo irá a buscar a la escuela? Veremos. Un beso :*

8 comentarios:

  1. :S no creo que algún día tenga una vida normal.. es decir, el es especial *-*
    ya quiero saber que mas pasara
    :)
    cuidate!
    Criis! <3

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    1. hallo <3 awww que lindo sonó eso *.*!! veremos qué más pasará, esto es solo el inicio.
      Besos <3

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  2. BUaaaaaaa que tristeee como me encanta esta historia... <3 algun dia minino algun dia T.T

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    1. algún día *-* sí, y bueno, es un poco triste al principio,
      Besos <3 veremos qué más pasa.
      muah

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  3. como me retenencanta esta historia!!! x3 <3 ...la amo!! <3 ^^...espero el proximo!! ;3 ...SALUDOS BESOS Y APAPACHOS!! >:DDD...

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    1. Gracias por leerlo *- y amarlo. pronto subiré lo demás
      besos <3

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  4. ;c extrañaba a minino ;c y mucho ;-; gracias por subirlo aqui :') muchas gracias T-T

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    1. Hallo <3 de nada, espero llegar a a parte en donde me quedé cosa que escribo lo que sigue hasta darle un final :3
      besos <3

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