Minino~ 7

Hola a todos, siguiendo con las actualizaciones, subo este capítulo que se llama "Primer Amor" verán porqué. Un abrazo a todos *-* y muchas gracias a Allsocreepy por el bello dibujo que una vez me regaló para este fic, perfecto para este capítulo.

—¿No piensas contarme qué fue lo que te pasó ayer? —volvía a preguntar Simone. 

Otro día había empezado, esta vez era fin de semana y no iría a la escuela. Bill enmudeció, él no sabía cómo explicarlo, pero sentía que había perdido a Tom, tanto por lo que vio, como por lo que fue capaz de hacer, arañarle de esa manera. No podía evitar sentirse tan culpable. Pero lo hecho, ya estaba hecho. Borrar eso, sería imposible. Así que no le quedaba otra cosa que seguir adelante, viviendo como cada día, así debió ser, ¿para qué interesarse por otra persona? No podía interesarse en él así le gustase, sabía que él prefería a las chicas bonitas, es más, tenía una muy bonita de su edad, Bill aún era un niño y aunque sabía que dentro de poco podría sobrepasar la edad de Tom, aún así estaba en desventaja, era hombre, y quizá ni eso podría llamarse, era un gato. 

—Bien, si no quieres contarme lo entenderé. —Simone lucía seria. Estaban tomando el desayuno y Bill estaba serio y poco comunicativo. 

—Quizá… creo que… —se sonrojó—. Que me gusta él —habló bajito. Simone casi se atragantó con su emparedado. Estaba esperando por algo así desde que veía las miradas que tenía su hijo cada vez que Tom aparecía. 

—Lo sabía, pero el vecino, él… creo que a él no le gustan los chicos, me habló que te tenía mucho aprecio. La verdad es que estoy para apoyarte Bill, no quiero que sufras por estas cosas… 

—No quiero verlo. 

—Entonces —Simone suspiró—, nos mudaremos, ¿te parece? Como siempre lo hacemos. —Bill se quedó pensando por un instante, ¿mudarse? Él no quería hacerlo, dejar todo lo que había comenzado a construir, dejar a Tom, definitivamente no. 

—No, no quiero. 

*** 

Una semana había pasado. Bill no visitaba más a Tom, y éste casi se había resignado a perderlo, todo por su estupidez y su atrevimiento, se sentía tan mal, aún así quería saber por qué exactamente Bill estaba enfadado con él, no lo entendía, ¿qué de malo le había hecho a parte de aprovecharse un poco de él? 

Esta vez se adelantó a recogerlo de la escuela, lo iba a sorprender así Simone fuera por él, iba a hacer lo posible para hablarle. 

Había llegado temprano esta vez, y aún los estudiantes no salían de clases, así que, con su identificación de fotógrafo, decidió entrar con la excusa de tomar fotos a las instalaciones y hacer alguna entrevista para la revista en donde trabajaba. Le dejaron entrar, pero él no fue directamente hacia la oficina del director o administración. Caminó por los pasillos de las aulas, buscando una que Bill en una oportunidad le había dicho, aula 403. La encontró y ahí se paró al lado de la puerta, estaba nervioso, pero haría el intento. 

La campana sonó y los estudiantes comenzaron a salir, entre ellos vio a Bill, con una gorra esta vez que le cubría la cabeza, pero dejaba a la vista su largo cuello, primera vez y lo veía así. A su lado estaba la misma chica de siempre, frunció un poco el ceño, parecían novios y eso le fastidió. Bueno, ¿de qué se quejaba? Él también era heterosexual, aparentemente. 

—Bill —habló bajito, no pensando que éste le escucharía, pero pudo percatarse que Bill buscaba su voz. Qué extraño, pensó, habían tantas voces a su alrededor y prácticamente él susurró para sí mismo y al parecer Bill le había escuchado—. Aquí, cerca de la puerta. —Vio como los ojos de Bill se enfocaban en los suyos y hasta se ruborizó. La chica que andaba con él, se detuvo mirándolo extrañada. 

Bill no lo podía creer, ¿qué hacía Tom dentro de su escuela? Éste lucía tan atractivo, con una badana sobre su cabeza y mostrando sus trenzas negras. Tenía puesto una ropa ancha, pero se veía sexy con eso. 

—¿Bill? —llamó Astrid—. ¿Él no es el hombre que te recogía antes? —Bill asintió. 

—Astrid, voy a ver qué quiere, ¿me esperas? —Ella asintió y Bill fue donde Tom. 

Trataba de serenar su agitado corazón, pero su intento no era exitoso. Cuando estuvo cerca de él alzó la mirada bastante tímido, aún podía ver el rasguño que le había hecho en la mejilla, era pequeño, parecía ahora una peca nada más, pero le había dejado marca, qué culpable se empezó a sentir. 

—Tom… 

—Hola Bill. —Sonrió, como antes lo hacía—. Vine por ti, espero y no te molestes por eso, quiero hablar contigo. —El menor tragó saliva, sintiéndose pequeño, incapaz de decidir, ¿podía confiar en Tom? 

—Astrid me está esperando… —Hubo un silencio. Bill empezó a sentirse culpable por rechazarlo, a él, al que consideraba bueno, pero por otra parte, estaba aquel sentimiento de dolor que le producía saber que no podía seguir con él simplemente porque sentía su corazón roto, Tom nunca le correspondería… 

—Está bien… —Tom se sintió idiota, pero no podía obligarlo—. Ten presente que aún considero tu amistad importante. —Bill miró hacía atrás un momento, la voz de Astrid ya no sonaba en su ambiente, supuso que se había ido y no pudo esperarlo. 

—Ehmm… mi amiga acaba de dejarme, podría ir contigo si Simone no viene por mí. —Tom le sonrió y Bill lo hizo tímido. 

Salieron y Bill entró a su auto, estaba tan nervioso por hablarle otra vez después de una semana. Pero Tom podía notar su incomodidad, aún las cosas no estaban resueltas, él quería saber qué pasaba con Bill, le carcomía por dentro todo aquello, incluso no lo había dejado dormir por algunas noches. 

Había ideado un pequeño plan, pero quería saber si Bill podría. 

—Bill —llamó su nombre y él otro se sobresaltó en el asiento, habían estado en silencio por algunos minutos—. Me gustaría invitarte a cenar. —Bill tragó saliva, no sabía qué decir—. Si puedes, claro… O si quieres ver una película, la verdad es que quiero arreglar todo esto. —El corazón de Bill parecía ser audible de lo fuerte que sonaba para él, aún así odió mucho su timidez y su falta de conocimiento para poder explicar lo que le pasaba—. Te he pedido disculpas por el incidente de la otra vez, perdóname si te incomodé, no volverá a pasar, lo juro. —Una especie de decepción le recorrió a Bill y suspiró—. Pero por favor, no estés molesto conmigo… 

—Es que no estoy molesto. —Se animó a decir, pero no sabía explicar ese dolor que sentía por dentro. Y pensaba que sería vergonzoso mencionarle que lo estuvo espiando con su novia aquella vez. 

—¿Entonces? —estacionó su auto en una calle poco transitada, quería hablar con él y aclararlo todo—. Te noto distante y eso me duele… —Bill se mordió el labio y encaró a Tom, con los ojos aguados de una emoción que no sabía cómo describir, buscando palabras en su mente para sus emociones, todo nuevo en él. 

—Me duele también. —Apenas susurró y Tom se removió en un asiento, quería tomar su mano, pero después se abofeteó mentalmente, sabía que si cruzaba la barrera, el minino saldría corriendo de ahí, no quería echarlo todo a perder. 

—Pero, entonces no entiendo… —Bill se sintió acorralado. 

—No sé cómo explicarlo. —En verdad quería hacerlo, pero las palabras, la forma de decirlo, no sabía. 

—Pues, tengo todo el tiempo el mundo para escucharte, anda por pasos. —Bill lo miró y esa mirada media llorosa le partía el corazón a Tom, aún así se contuvo de acercarse demasiado—. Es por lo de la otra vez, ¿cierto? Perdón por precipitarme, en serio, eso no volverá a pasar… 

—No… es que no es por eso. —Se mordió el labio, él quería que volviera a pasar… quizá debía decirle eso a Tom aunque muriera de vergüenza. Sintió sus mejillas arder tanto ante la atenta mirada del otro —. Yo quiero… 

—¿Tú quieres? —preguntó incrédulo, tratando de saber a qué se refería. Bill asintió y luego agachó la cabeza, se sentía tan pequeño. Y visualizó en su mente aquello que había visto, la rubia jadeaba mientras lo acariciaba, y Tom empezó a besarla ahí en el auto, él no podía hacer todo eso… jamás podría estar a la altura de esa mujer, y eso le dolía—. Minino… —Se acercó un poco más, y tomó su mentón, alzando su cabeza para mirarlo a los ojos—. ¿Qué pasa? —Parecía que quería llorar, Bill no sabía cómo explicarle más. 

—Tú… tú tienes a ella. —Alejó la mano de Tom de él y se cubrió el rostro con ambas manos, avergonzado por lo que acababa de decir—. Quiero irme de aquí —dijo nervioso. 

Tom se quedó pensando en sus palabras un momento, le había sorprendido, ¿acaso se refería a la pesada de Candy? —Minino… —Esta vez se le acercó un poco más y lo abrazó. Bill se removió nervioso, pero en cuanto Tom pasó una mano por su espalda, éste se arqueó un poco disfrutando del contacto y se aferró a Tom—. ¿Me viste con Candy? —Bill asintió desde su posición, tenía la cabeza recostaba en su pecho y podía escuchar sus latitos, estaban acelerados y mucho. Tom apoyó su mentón sobre su cabeza, sonriendo un poco por la cercanía y la sorpresa de percatarse que Bill, al parecer, estaba celoso, y eso era el problema—. Ella no es más nada mío, no es mi novia ahora. —Bill se removió un poco y posó sus manos sobre la cintura de Tom, abrazándolo por ahí y acomodándose más cerca, podía sentir como Tom se agitaba un poco más, pasaba sus manos por su espalda, Bill sentía las inmensas ganas de ronronear ahí, y quedarse dormido en sus brazos. Sonrió de felicidad al saber que él no besaría más a ella porque ya no era su novia—. No quiero perder mi cercanía contigo. 

—Tampoco yo… —dijo y luego empezó a ronronear bajito, intentando no ser obvio. 

Tom se separó un poco de él, tomando sus brazos y enfocó su vista en aquellos ojos brillantes. 

—Minino. —Tomó su rostro con ambas manos y la gorra que tenía puesto, casi cae de su cabeza, para lo cual Bill alzó sus manos tan rápido como pudo y sostuvo su gorra, mirando a los ojos de Tom, que tenía una mirada intensa—. Precioso… —susurro para luego acercársele más con la intención de besarlo. Bill con ambas manos sobre su cabeza, retrocedió ante la cercanía hasta que su espalda dio contra el respaldar del asiento, Tom siguió acercándose a él hasta que unió sus labios contra los suyos y Bill aún mantenía los ojos muy abiertos sintiendo a Tom sobre sus labios. 

Los movió sobre los suyos de una manera suave… Bill suspiró con Tom tan cerca, íntimamente cerca, y cerró de a pocos sus ojos perdiéndose en su primer beso. Sus manos temblaron un poco y las bajó, después de haber acomodado su gorra sobre su cabeza, hacia los hombros de Tom. Éste se agitó un poco, abrió su boca para volver a cerrarla sobre los suaves labios del minino, que no sabiendo cómo respirar bien con un beso, empezó a agitarse. 

Sus labios temblaban tanto que Tom sonrió en su boca antes de separarse, acariciando sus calientes mejillas y mirándolo de cerca, como abría la boca buscando respirar, agitado, y hasta jadeaba extasiado con los ojos brillándole intensamente. Había sido un beso correspondido, entonces Tom no dudaría en tomar el siguiente paso. 

—¿Quieres estar conmigo? Quisiera estar contigo, Bill… 

“Estar contigo” qué significaba aquello. Bill seguía agitado, con ambas manos sobre los hombros de Tom, mirando su bello rostro de cerca, sintiéndose querido. 

—Quiero ser como tú… —Tom rió un poco contagiándole la alegría a Bill, ¿qué respuesta era esa?—. Vivir lo que tú vives, estar a tu lado, eso quiero. —Tom pegó su frente a la suya y suspiró emocionado. 

—Entonces ambos aprenderemos a ser como el otro —le sonrió—, y estaremos juntos… —Bill asintió y luego Tom le tomó de la cintura para pegarlo más a él, lo cual le causó nerviosismo porque podía percatarse de su cola. 

“No soy como él, soy diferente” se agitó y trató de separarse. 

—¿Qué pasa? —Su secreto vino a su mente, debía ser precavido de todas maneras. 

—Nada, sólo… —Se sintió muy mal—. No me toques mucho. —Se avergonzó y Tom supo entenderlo. 

—Juro que no haré nada que no quieras. —Separó sus manos, se sentó lejos de él. Bill trató de relajarse acomodándose un poco la ropa. 

—Lo siento… 

—No lo sientas, eres pequeño aún. —Acarició su rostro—. Me gusta que estés cómodo conmigo, no haré nada si no quieres… —Bill le sonrió— ¿Vamos a cenar? 

—Sí… 

Aún la idea de que tenía un novio, no pasaba por su mente, sabía que tenía a Tom cerca como él lo había imaginado… aún no sabía todo lo que eso implicaría, pero estaba emocionado. 

Echó a andar su auto, Tom no podía creer que se había atrevido a declarase a Bill, eso no estaba entre sus planes, pero estaba emocionado, había recuperado a su minino, y había tomado más de él de lo que había esperado. Pero iría lento, no quería que se le fuera de las manos. Él empezaba a quererlo y ese sentimiento lo consideró fuerte a partir de ese día. 

Ambos cenando, Bill no podía quitar los ojos de los de Tom, casi lo miraba embelesado. Estaba cada vez más seguro que lo que sentía era amor. 

Tom se había convertido en su primer amor a partir de ese día…

El primer amor~ veremos cómo les va a esta particular parejita, aún queda mucho por ver en este fic. Un abrazo grande~