miércoles, 24 de octubre de 2012

Minino~ 8

Hola a todos *-* les traigo capítulo de este fic y se lo dedico a Sasu por pedírmelo n_n besitos a todos.

Bill no podía contener la emoción rara que le recorría el cuerpo tan solo pensando en Tom. 

Podía pasar las horas sin hacer nada realmente importante, solo pensando en Tom, en lo que le había dicho y sobre todo en cómo lo había besado. Se tocaba los labios y cerraba los ojos intentando recordar esa sensación tan suave que lo había hecho temblar, lo húmedo de sus labios y esa determinación para moverlos, muy exquisito. 

Estaba ronroneando de solo recordar aquello. Dio saltos en su habitación, algunos tan altos que su cabeza impactó el techo y tuvo que tranquilizarse o se haría daño. 

Tom le había invitado a salir el día anterior. Cuando tocó la puerta de su casa y él abrió, se sorprendió de verlo y casi ni le habló… Simone estaba adentro, así que Bill se cohibió. Pero Tom quería invitarlo a salir al día siguiente, así que lo hizo. Bill se emocionó mucho, aunque no podía demostrarlo, luego Tom le besó otra vez, un beso pequeño de buenas noches. 

Así que era como una cita… Y después de revolotear en la casa, decidió alistarse. ¿Qué se pondría ahora? Detestaba usar capuchas o gorras todo el tiempo, eso no era fashion, al menos para él, pero ocultaría sus orejas, lo que menos quería era que Tom se llevara un susto con él. 

Decidió optar por una polera blanca, y unos jeans algo ajustados, aunque su cola debía estar muy sujeta a su cintura. Se perfumaba y acicalaba con detenimiento, y decidió pintarse los ojos, esta vez usando algo de sombras. Simone estaba en la computadora, hablando con quien sabe qué persona. Pero se percató de la energía de Bill y de todo lo que había revoloteado en la casa. Se levantó de la silla y fue a buscarlo. No lo encontró en su habitación, pero si en la suya, frente a su espejo delineándose los ojos. 


—¿Qué haces? —Lo miró atónita. A Bill se le cayó el lápiz de la mano. 

—M-me pintaba… —Ella se le acercó algo fastidiaba, pero trató de disimular. 

—¿Saldrás? —Él asintió—. ¿Con quién? 

—Con Tom, ayer vino a invitarme a salir… 

—Oh, ya veo. —Se apoyó en su mueble, intentando buscar las palabras adecuadas—. Ten cuidado Bill, no quiero que te pase nada, no sé si pueda confiar en Tom y mírate, te pones tan bonito… 

—¿En verdad lo crees? —Parecía que eso lo emocionaba. Simone enarcó una ceja. 

—Debemos hablar, ven conmigo. 

Fueron a la sala, se sentaron en los sofás y Simone se puso algo nerviosa, pero sabía que debía explicarle a Bill los peligros de la vida, y claro que hablaría luego con Tom muy seriamente. 

—Bill, no sé cómo decirte, pero… existen ciertas cosas que debes de saber si saldrás con un chico. —Bill pestañeó tratando de escucharla atentamente—. Quizá aún no estoy segura, pero quizá él quiera… no sé, quiera seducirte, o besarte, o… quién sabe qué más —Ante eso Bill sólo pudo suspirar y sonreír un poco. 

—¿Crees? —Era evidente su emoción. 

—¡Por Dios, Bill! ¡Estás enamorado de ese hombre! —El otro enrojeció un tanto nervioso, no sabía qué decirle, pero Simone se percató de la verdad—. Te gusta. 

—Define eso… 

—Pues si sientes muchas ganas de verlo, de estar a su lado, de querer estar con él. —Eso era lo que a Bill le pasaba. 

—Sí, y él también quiere estar conmigo… me lo ha dicho. 

—¡Estar! ¡Te pidió estar! —Ella parecía, histérica asustada de esa idea. Su hijo sólo asintió desde su asiento y el timbre de la puerta sonó, causando en él todo un revoltijo de sensaciones, no pudo evitar sonreír y querer levantarse de su asiento para abrirle la puerta al causante de toda esa emoción. Pero Simone se le adelantó. 

—Mamá, espera… 

—Voy a hablar yo primero, tú quédate ahí. —Estaba algo seria pero a la vez nerviosa. 

Abrió la puerta y Tom estaba con una sonrisa, bastante guapo y traía algo en sus manos. 

—Buenas tardes, me alegra que me hayas abierto justamente tú, mira. —Le extendió una cajita de dulces—. Son para ti —Simone achinó los ojos, sospechando. Táctica de adultos, ¿eh? 

—Humm…. —Prefirió salir fuera de la casa y cerrar la puerta a su espalda para que Bill no se inquietara o escuchara algo, aunque, eso era imposible de controlar, Bill escucharía así esté lejísimos de su vista—. No sé qué pretendes, pero no me agrada para nada… 

—Ok, entiendo que estés media molesta porque creerás que me aprovecho de tu hermanito, pero no es así, ¿crees que vendría a buscarlo directamente aquí si quisiera hacerle daño? No. Lo citaría quién sabe dónde y entonces pondría en marcha mi macabro plan, pero no es así como pienso Simone, me importa Bill, y mucho. —Se puso nerviosa, veía en él buenas intenciones, pero justamente su Bill era muy especial… 

—No quiero verlo llorar después, si algo le pasa, me lo llevaré, ¿te queda claro? —Eso sonó muy serio a lo que Tom frunció el ceño algo asustado y consternado. 

—Nada malo le pasará, te lo juro, y… y de verdad te digo que pareces su madre, eso no está bien Simone. 

—Soy lo único que tiene. 

—Ahora tiene a dos. Me interesa mucho tu hermano, juro protegerlo Simone, no lo pongas en mi contra —¿Cómo hacerlo? Jamás había visto a Bill así de radiantemente y feliz, ella no se sentía capaz de malograrle esa felicidad. 

—Está bien… ¿cómo sabes que me gusta el chocolate? —preguntó recibiendo la cajita de regalo. 

—Bill lo mencionó alguna vez. —Ella sonrió. 

—Pasa, pero debes traerlo antes de las diez. —Él puso mala cara. 

—Antes de las doce estará aquí. 

—Diez. 

—Once. 

—¡Diez! 

—Ok, diez, pero si algo pasa, te avisaré por teléfono —sacó tu celular—. ¿Me das tu número? —Ella se lo dio. 

Bill se asomó por una puerta bastante avergonzado. Pero aún así se atrevió a acercarse a Tom para saludarlo. Tom besó su frente dulcemente delante de Simone quien los miraba atenta para ver las intenciones de Tom. 

—Estás muy hermoso —dijo y eso provocó que el otro se agitara. Simone tragó saliva, pero debería dejarlos ir y resignarse que Bill merecía una vida como todo joven de su edad, bueno, de la edad que aparentaba. 

—Aquí a las diez —declaró tajante y Tom asintió. 

—¿Vamos? —se despidió de su mamá con la mano y salió de ahí junto a Tom. 

Fuera de la casa Tom tomó su mentón y alzando un poco su cabeza lo miró a los ojos, para luego sonreírle. 

—Preciosura… —dijo y luego de eso besó sus labios, un beso rápido. 

Bill se sentía flotar en una nube. Aún no sabía a dónde Tom lo llevaría, pero quería ir a donde él lo llevara… se sentía como en un sueño, estaba bastante cómodo con él. 

Ambos bajaron por el ascensor y Tom tomó su mano, sintiendo a Bill agitarse un poco, ¿tanto podía causarle con solo tomar su mano? El de trenzas aún no entendía cómo el minino podía ser así de inocente, casi como un niño, debía ser cuidadoso. 

Generalmente él tenía novias, de su edad claro, y estas habían resultados calentonas y demandantes, quién sabe por qué razón le llegaban novias así, y a la semana de la relación, estaban teniendo sexo y luego de eso… todo empezaba a tornarse aburrido, como con Candy. Tom estaba harto de relaciones así, sentía que perdía el tiempo y obtenía sexo nada más, y se sentía solo… 

Pero con Bill, sentía algo diferente que meramente atracción física, él amaba esa inocencia y esa forma de ver la vida que tenía su pequeño vecino. Así que, trataría de no decepcionarlo. 

—¿Dónde vamos? —preguntó cuando ambos estaban en el auto de Tom, éste le sonrió. 

—Al cine, a ver una película, ¿quieres? Podemos ir a donde tú quieras. 

—Ver una película, me parece bueno. —Sonrió tímido y Tom asintió. 

En el camino, Bill intentaba calmar sus ridículos nervios. Estaba al lado de Tom, nada malo podría pasar, ¿por qué ese dolor de estómago y esas manos tan frías? ¿Por qué esa sensación de ahogo y esos pequeños temblores que lo azotaban cuando escuchaba su voz? 

—Qué te gusta hacer, cuál es tu pasatiempo favorito —preguntó Tom con una sonrisa en sus labios, mirándolo de soslayo, dándose cuenta de que parecía nervioso aún. 

Bill suspiró pensando. Es que si le decía que le gustaba andar en los techos de las casas observando la ciudad y que le gustaba tomar siestas largas, como que sonaría bastante anormal para el mundo de Tom, así que pensó en cómo responderle. —Me gusta, hemm… las cosas de arte, la fotografía. 

—¿En serio? Pero no me dijiste antes, es genial Bill, tenemos cosas en común. —Bill se sintió bien por un lado, pero por otro, ¿por qué simplemente no podía confiar en él? ¿Qué tan malo sería? 

Llegaron al cine y Tom compró dos boletos con todo y palomitas de maíz, además de algunas bebidas. 

—¿Qué película veremos? —Tom tomó su mano y lo pegó más a él. 

—“Spiderman”, no había otra en estreno. —Bill sonrió, no importaba en sí qué verían, quería estar a su lado. 

Pocas veces había ido a un cine. Cuando era más pequeño, era muy inquieto, casi ni podía estar tranquilo en un solo sitio, su observación del entorno siempre lo distraía, por lo tanto, enfocarse solo en la pantalla del cine le era medio tedioso, por eso Simone no lo llevaba mucho al cine. Pero ahora era un adolescente, podía centrarse en lo que debía y tener más concentración para parecer como todos y no ir detrás de cada cosa que se movía. Era muy curioso. 

Al entrar al cine, por un momento cerró sus ojos, temía que brillaran en la oscuridad y alguien lo notara, agudizó sus oídos para caminar a ciegas sin tener que toparse con alguien. Tom lo llevaba de la mano y encontraron un lugar bueno, aunque no muy adelante. Frunció el ceño, no quería estar muy atrás con Bill y no poder contenerse de estar besándolo o algo así… 

Se sentaron y Bill se centró en las palomitas de maiz que tenía, Tom lo observó. 

—Minino… —le susurró cerca del oído— ¿Siempre tienes que usar una capucha? —¡Mierda! Bill se sobresaltó en su asiento, no sabía que justamente le diría eso, y se llevó una mano a la cabeza, estaba nervioso—. Lo siento… ¿qué pasó? No me molesta que lleves capuchas, es tu estilo… —Bill lo miraba con los ojos muy abiertos y la luz del cine se apagó inesperadamente para dar inicio a la película. Bill se puso frío y Tom vio dos ojos brillando en la oscuridad y luego no los vio—. ¿Qué fue eso? 

—No te me acerques… —apenas dijo—. Lo siento. —Puso una mano en el pecho de Tom para mantener la distancia. 

—Lo siento, lo siento —trató de relajarse. 

Bill palideció, eso estuvo cerca, ¿y si le quitaba la capucha y veía sus orejas? ¿Y si le cuestionaba el por qué sus ojos brillaban así, como los de un gato? ¿Y si podía percatarse de su cola? Miró a todos lados para buscar si habría alguna salida, tratando de no abrir mucho los ojos… Fue muy mala idea aceptar ir al cine. 

Sintió la mano de Tom tocar la suya. 

—Bill… tranquilo, ¿pasa algo? —Tom escuchaba lo agitado que Bill estaba y éste suspiró intentando calmarse, la película empezaba. 

Tom, en su mente, buscaba alguna explicación de por qué los ojos claros de Bill habían brillado así, al parecer éste estaba nervioso, y no quería agravar esa situación con preguntas, así que no las haría, solo quería calmarlo y que pasaran un buen tiempo juntos. 

Y decidió centrarse en la película hasta sentir a su Bill suspirar algo más relajado, entonces pasando una mano por sus hombros lo abrazó y Bill dudando apoyó su cabeza en su hombro enfocándose en la película. 

Peter Parket se había convertido en un hombre araña, qué curioso, su personalidad era la de un fracasado antes de ser un “súper héroe” y no parecía tan fatalista por tener habilidades como las de una araña. Incluso podía tener a Marian Jane… 

—¿Crees que a Peter le guste tener cosas de una araña como habilidades? —preguntó Bill que aún estaba apoyado en Tom. 

—Claro que sí… ha de ser súper tener habilidades especiales. 

—No. Digo, no porque no puede decirle a nadie que es un hombre araña… solo sale en las noches saltando edificios… eso… por más divertido que parezca, es triste; es como único en el mundo. —Tom suspiró sintiendo en Bill una especie de melancolía en sus palabras, en el tono de su voz. 

—Pero es un héroe, no uno común, un súper héroe, así que eso compensará su soledad. 

—Él tiene miedo de ser descubierto, ni a su chica le puede decir… 

—Bueno, de algún modo ella lo sabrá y apuesto que le va a encantar que su novio sea un súper héroe… 

—¡Shhh! ¡cállense! —Habló un señor delante de ellos, la película aún no terminaba. 

—Disculpe. —Rió Tom y luego Bill le siguió. 

Acercándose lentamente logró besarlo cerca de sus labios, Bill se estremeció pero alzando la cabeza le correspondió, abriendo un poco su boca para que Tom lo besara más. Puso sus manos en sus hombros y se dejó besar por un largo tiempo. Sentía mucho calor… Tom acariciaba su rostro con una mano. 

Después de aquello, Tom decidió que sería mucho mejor enfocarse en la película antes de querer besarlo hasta que sintiera que perdería el control. Bill por su parte, estaba tan agitado, intentaba regularizar su respiración e intentaba relajarse. Pasó dos dedos por sus labios aún húmedos y suspiró ante eso. 

El contaría cada beso y memorizaría cada palabra que saliera de los labios de Tom. 

La película terminó, y Tom miró la hora, era exactamente las diez de la noche. Se lamentó mentalmente, debía regresar, debía ser responsable en las citas y reconocer que Bill tenía quince años, aunque cada vez que lo veía aparentaba estar creciendo un poco más, aún así debía regresar a casa o se ganaría una regañada de Simone. 

—¿Te gustó la película? —Bill asintió y se dejó llevar por Tom. 

Ya en el auto. Manejaba de regreso, pero Bill tenía mucha curiosidad por él, aunque no sabía qué palabras usar para preguntarle ciertas cosas que le inquietaban, así que se removía en su asiento, sintiéndose impaciente. 

—Me gustó estar contigo hoy… —le dijo despacito. 

—A mí también, pienso que no será la única cita que tendremos. —Bill se mordió el labio inferior intentado decirle algo. 

—Y si… si por alguna razón yo… yo te defraudara. —Se encogió un poco en su asiento. Tom lo miró algo sorprendido y estacionó el auto en el aparcamiento. Bill se tensó un poco. 

—¿Cómo crees que podrías defraudarme, minino? A veces pienso todo lo contrario, por la diferencia de edades que tenemos. 

—Y… y si creciera tan rápido y pasara tu edad… 

—No lo creo. 

—Si eso pasara, ¿dejarías de querer estar conmigo? —Tom se puso algo incómodo, ¿qué pasaba con Bill?, ¿por qué dudaba mucho? 

—Es que no es cosa de querer estar contigo, estamos juntos Bill. Y siempre seré mayor que tú, por más que quizá crezcas más que yo. —Bill agachó la cabeza y Tom trataba de entenderlo. 

—Tengo un problema —apenas dijo—, suelo crecer rápido… y es en serio Tom, no miento…. —Esta vez Tom pudo percibir seriedad total en el tono de voz de su minino, entonces se le acercó un poco más para tomar su mano, ésta estaba fría y él parecía temblar ante su tacto. 

—Si serás más alto que yo, ¿es un problema eso? Esperaré a que seas un poco más grande en edad, entonces… entonces me gustaría que viviéramos juntos. —Bill abrió los ojos, sorprendido ante esa idea—. Solo si tú quieres… 

—No-no sé qué decir… 

—No digas nada entonces… —Acercándose a él, lo besó. Un beso demandante para mostrarle que no tenía por qué angustiarse por cosas “naturales” de la vida, como era crecer, ¿qué problema habría con eso? 

Bill no podía más replicar, o contradecirlo, Tom había ganado y ante eso él no podía hacer mucho, aún buscaba en su mente alguna forma de confesarle, sin tener que ser evidente, o específico, su condición como una “rareza” de la naturaleza. 

Los labios de Tom se movían demandantes, insistentes sobre los finos labios de Bill, quien se removía empezando a agitarse por la manera en cómo era besado. El mayor posó una mano en el rostro de Bill al sentirlo intentar retroceder para alejarlo, pero lo detuvo, presionó un poco sus mejilla y con un jadeo prolongado Bill le abrió la boca como reflejo. Abrió los ojos a más no poder al percatarse la lengua de Tom entrando en su boca y con ésta le acariciaba la suya, en un vaivén que él no sabía cómo describirlo, era cálido pero a la vez, lo desesperaba en sensaciones placenteras que creía y podría explotar… otra vez empezó a asfixiarse, sintiéndose pequeño. 

—Ahh… —jadeó—. Lo lamento. —Respiraba agitado, eso había sido demasiado intenso para él. 

Tom lo miraba y se deleitaba con cada reacción y Bill se dispuso a cerrar sus ojos esperando por más, Tom decidió avanzar, solo que un sonido del celular de Bill los interrumpió. 

Bill, con las manos temblorosas y absolutamente agitado, se dispuso a contestar. 

—Espera —interrumpió Tom—. Mejor contesto yo, ¿te parece? —Bill asintió y le pasó su celular, acomodándose la capucha que tenía y tratando de relajarse— ¿Aló? 

—¿Alo? ¿Qué manera de responder es esa? Pásame con Bill. —Era Simone. 

—Él está aquí conmigo, acabamos de llegar del cine, en minutos subimos, no tienes por qué preocuparte, Simone. 

—Son más de las once, ¿qué acordamos? —Bill se agitó un poco y quiso quitarle el celular a Tom, se moría de vergüenza al escuchar que su mamá retaba a Tom y éste defendiéndolo. Más niño no podía sentirse. Pero Tom se dio la vuelta un poco, quería aclarar las cosas. 

—La hora no alcanzó, conmigo no le pasará nada… mejor y lo hablamos arriba, ya estamos aquí. —Colgó el teléfono—. Minino, debemos subir. —Bill suspiró resignado tomando su celular que Tom le pasaba. 

En el ascensor, otra vez el silencio, Bill lucía triste, en su primera cita, no era posible. 

—¿Pasa algo? —Preguntó Tom—. Te noto triste. 

—Estoy feliz… —Eso era verdad—. ¿Volvemos a salir? 

—Claro que sí —tomó su mano—, todas las veces que podamos, lo juro. —Bill le sonrió, entonces Tom lo abrazó. 

—Te quiero Tom… —Eso le causó tanta ternura, casi podía ser palpable la sinceridad con lo que lo decía… algo así nadie se lo había dicho, de esa manera tan pura. Tom besó su frente. 

—Te quiero también. 

Tom tuvo una discusión con Simone al llegar, pero supo manejarlo y ella resignada, tuvo que aceptar sus disculpas y todas las excusas que él le dijo. 

Después de darle un pequeño beso en los labios a Bill, Tom regresó a casa. Entró en ella y encontró dos ojos brillando en la oscuridad… por un momento pensó en lo familiar que le parecían aquellos ojos, pero después se estremeció de temor y terminó por encender las luces de su departamento dándose cuenta de que era Casimir, su gato negro. 

Su Bill era extraño, él podía jurar que en el cine le brillaron los ojos exactamente así. Entonces, decidió buscar el Internet si los ojos celestes claros de las personas, podían brillar como los gatos. 

La respuesta fue: No, ningún ojo humano podía reflejarse así… 

Tom, esa noche no pudo dormir bien.

Ya son novios y ahora Tom se pregunta por los ojos de Bill... Veremos qué más pasa.

11 comentarios:

  1. Quiero más! por favor, por favor, por favor!
    Estoy esperando con ansias un capitulo en especifico! xD ya quiero leerlo :D

    Pd: no me imagino a Bill con los ojos celestes... pero se ha de ver mas adorable de lo que es :3

    Cuidate! küsses!
    Criis.

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    1. Hallo ¿qué capítulo en específico? *-* pronto actualizaré n_n
      Y sobre los ojos celestes xd pues cuando perfilé al personaje gatuno eso fue una de las cosas que cambié y por eso en el banner figura con ojos así
      besos <3

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  2. aaaaaaaaaaaah! su 1ra salidaaaa juntos komo novios!!! y Simone komo madre pensando mal de Thomas más todavia!!! aaawww y esos 1ros besos tan deseados por ambos ;) y esos ojazos BRILLANDO en la oscuridad??? O.O Besitos kuidate TKUM Lily :) ♥

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    1. Hallo n_n sí, como novios~ esto es solo el comienzo, aún falta más
      besos <3 veremos qué más pasa.
      muah <3

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  3. awww su primera cita!! *w*...ke romantico!! :3 ... yo tambien estoy esperando por un capitulo en especifico xDD...me encanta! x3 ...me encantaria ver unos ojos azules como los del minino .... wow!! ^^...espero el proximo!!... SALUDOS BESOS Y APAPACHOS!! <3

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    1. Hallo <3 sí n_n y aún falta más *o* ¿qué capítulo estás esperando? *.*
      xd los ojos de este personaje son como los de un gato, brillan en la oscuridad...
      Besos <3

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  4. nyaaa~ su primera cita <3 <3 <3 que cosa tan lenda..danke pink por subir el cap *3* y dadicarmelo *o* espero el siguiente besos *3*

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    1. hallo <3 sí *.* la primera cita como pareja. Subiré seguido *-* así que eres Sasu<3 de nada n_n
      Besos <3

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  5. Ouwwwww bellos los dos *w* adorables sin duda XD quiero otro!! pon el siguiente pronto porfaaaa!!! X3

    Bye, bye :)

    Meowwww!!! x3

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  6. Pasando la cuarentena releyendo este buen y sabroso fanfic uwu pink ai lov iu :y

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